Vuelve la calima, y cada vez va a ser más normal: AEMET ya prevé el primer gran episodio en la península

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El primer gran episodio de calima del año en la Península está llamando a la puerta. Y, aunque no se esperan imágenes como las de año pasado, la intensidad del evento empieza a preocupar a los expertos. Sobre todo, porque la calima va mucho más allá de los cielos naranjas e impacta directamente en nuestra salud.

¿Calima? ¿Otra vez? ¿Qué está pasando? En los últimos días, se ha descolgado una DANA que va camino de situarse al nordeste de las islas Canarias. Eso va a hacer que se modifique la dirección de los vientos, haciendo que los flujos transporten el polvo sahariano hacia el estrecho, el mar de Alborán y el sur de la península.

La situación ya ha empezado a notarse en Melilla, pero será a partir del jueves (cuando la DANA se coloque en el punto exacto) que la calima va a ir extendiéndose también a la ciudad de Ceuta y, justo después, al resto de la Península. El viernes, si los modelos no fallan, será el día con mayor magnitud.

¿Vuelven los cielos naranjas? Vayamos por partes. La 'calima' es el nombre popular con el que nos referimos a un fenómeno meteorológico muy concreto: la alta presencia de pequeñísimas partículas sólidas suspendidas en la atmósfera. Sus efectos son bastante concretos: vuelven el aire más opaco, reducen la visibilidad y colorean el ambiente. A veces, y recalco este "a veces", tiñen el cielo de colores rosas, naranjas o marrones.

Esto es muy importante: la calima del 15 y el 16 de marzo de 2022 (la que coloreó de naranja los cielos de media España y llegó a Alemania) fue algo tremendamente excepcional. La AEMET llegó a decir que parecía la más intensa del último siglo. Si hablamos de calima ahora, no nos referimos a ese fenómeno. Lo que no significa que no sea un problema

Un problema de salud. Durante 2022, hubo regiones de España que solo respiraron aire limpio durante dos meses y medio. Y esto tiene consecuencias directas para la salud: los estudios que se han realizado en Canarias, la zona del país más castigada, muestran que el aumento de las partículas (PM10 y PM2,5) están relacionadas con un aumento de las urgencias hospitalarias.

Además, hay muchísima evidencia disponible que acredita que la exposición muy elevada a este tipo de partículas finas y muy finas "eleva el riesgo de padecer enfermedades coronarias y cánceres". Es decir, la calima no es solo una cuestión "estética", es un tema de interés sanitario.

Y se está haciendo cada vez más frecuente. No tenemos muy claro por qué, pero como señalaba Juan José Villena,  si lo miramos con perspectiva histórica, nos daremos cuenta de que la potencia de los episodios de calima ha ido subiendo de  intensidad (y de frecuencia) en los últimos años. Nos estamos acercando a un escenario nuevo que va a requerirnos cambios a nivel hídrico, sanitario y económico. Y nos lo va a requerir más pronto que tarde.

Imagen | CAMS EU

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