Los ríos de Alaska están sufriendo una extraña transformación visible desde el espacio: se están volviendo naranjas

Los cambios no solo son visibles: también afectan a su química y su nievel de acidez

Rio Naranja
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El color de un río puede contarnos mucho sobre su cuenca, sobre la vida que alberga o sobre su estado de “salud”. Cuando un río cambia de color es que algo ha cambiado en su entorno, y hay veces en las que eso es una mala señal.

Ríos teñidos. Un estudio de los ríos del estado norteamericano de Alaska ha observado un significativo cambio en el color de estos: se están oxidando. El causante del cambio de color sería el óxido, cuyo origen a su vez estaría en la desaparición del permafrost.

El equipo examinó 75 localizaciones repartidas en un área equivalente al estado de Texas (el segundo más extenso después de Alaska) y comprobaron los cambios en los ríos. Cambios no solo en la química de estos, sino también en el aspecto.

“Conforme volábamos más a su alrededor, comenzamos a encontrar más ríos y corrientes naranjas,” explicaba en una nota de prensa Jon O’Donnell, coautor de la investigación. “Estos caudales naranjas pueden ser problemáticos tanto por ser tóxicos como por prevenir la migración de peces hacia sus lugares de desove.”

A vista de pájaro. Las pesquisas comenzaron en 2018, cuando O’Donnell se percató del cambio en el color de uno de estos caudales. Acceder a estos ríos es a veces complicado y requiere desplazarse en helicóptero.

in embargo, explica el equipo responsable de este análisis, el cambio puede percibirse no solo a bordo de estos vehículos sino también desde el espacio. Revisando imágenes satelitales antiguas el equipo constató que algunos cambios visibles se remontaban al menos hasta 2008.

Pero el análisis realizado no se limitó a lo visual. El equipo recogió (y planea seguir recogiendo) diversas muestras de estos caudales para analizarlas.

Aguas ácidas y oxidadas. El análisis mostró unas aguas inusualmente ácidas. El pH de las muestras era de 2,3, mientras que lo usual en estos ríos está en torno a un pH de 8. Esto, explica el equipo, es consecuencoa de la erosión de minerales sulfuros, lo cual resulta en “condiciones acídicas y corrosivas” que, a su vez, ayudan a que más metales se disuelvan en el agua.

El equipo encontró trazas de hierro, zinc, niquel, cobre y cadmio en sus muestras. “Vemos muchos tipos diferentes de metales en estas aguas,” señalaba Taylor Evinger, doctoranda que cooperó con el equipo responsable del estudio. “Uno de los metales predominantes es el hierro. Es lo que está causando el cambio en el color.”

Los detalles del trabajo fueron publicados en un artículo en la revista Communications: Earth and Environment.

Deshielo en el Ártico. No está claro qué es lo que está ocurriendo exactamente aunque el equipo considera la posibilidad de que el deshielo de permafrost esté detrás de estos cambios. El permafrost es una capa helada de suelo. Este terreno podría albergar minerales como los hallados en estos ríos.

Durante los últimos años se ha especulado con la posibilidad de que este hielo se derrita como consecuencia del incremento de las temperaturas en los polos. Este deshielo podría liberar gases como metano e incluso formas extintas de vida microbiana, pero también podría liberar minerales a las aguas del círculo polar durante el deshielo primaveral.

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Imagen | Ken Hill / National Park Service

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