Un efecto inesperado del calentamiento global: Reino Unido y Escandinavia se ponen serios con la producción de vino

Un efecto inesperado del calentamiento global: Reino Unido y Escandinavia se ponen serios con la producción de vino
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Si cierras los ojos y piensas en Reino Unido quizás te vengan a la cabeza imágenes de amaneceres neblinosos, adoquines empapados por la lluvia, border collies pastoreando rebaños en campiñas de un verde rabioso o, si nos ponemos más poéticos, bruma subiendo por los acantilados de Dover. En lo que no pensaras, casi seguro, es en hectáreas de viñedos cargados con racimos de uva Pinot Noir. Eso parece una estampa más propia del rural de Francia o Italia, dirás.

La cuestión es que probablemente tengamos que replantearnos esa idea.

Y todo por obra y gracia del cambio climático.

Reino Unido, tierra de vinos. Tal vez te sorprenda la frase, pero ese es —según un equipo de investigadores de la Universidad de East Anglia (UEA) y la London School of Economics, entre otras entidades— el escenario hacia el que caminamos. Su conclusión es clara: con las previsiones del UK Climate Projections 2018 en la mano, todo indica que una amplia franja del país disfrutará de un clima más adecuado para el cultivo fiable de variedades de uva de vino espumoso.

“Comprobamos que, según las proyecciones, zonas importantes de Inglaterra y Gales serán más cálidas en 2040, hasta 1,4ºC más durante el período de crecimiento. Eso amplía el área de idoneidad del Pinot Noir para la producción de vino espumoso”, explica uno de los autores del estudio, Alistair Nesbitt. Las perspectivas son buenas también, con “nuevas áreas dentro del rango de idoneidad”, para variedades como Sauvignon Blanc, Riesling, Semillón u otras sin apenas presencia ahora.

Buenas proyecciones… para las vides. Tras recordar la cosecha “excepcional” de 2018, cuando Reino Unido alcanzó su verano más caluroso desde al menos 1910, el equipo se hizo una pregunta: ¿Cómo de probable es volver a vivir una campaña similar? La respuesta es clara.

El equipo de Nesbitt prevé que las áreas de East Anglia, Lincolnshire, el centro-sur de Inglaterra, el noroeste de Gales y las regiones costeras repartidas por el suroeste de Inglaterra y el sur de Gales registren “condiciones” de 2018 en el 60 o 75% de los años comprendidos en el período 2021-2040. Visto de otro modo: la buena cosecha de aquel ejercicio podría no ser algo tan infrecuente.

Un cambio ya perceptible. El informe no habla solo del futuro. Parte de sus datos se centran también en el balance de las últimas décadas. “Hemos visto que la viticultura en Reino Unido se expandió casi un 400% de 761 a 3.800 hectáreas entre 2004 y 2021”, comenta Steve Dorling, de la firma de pronósticos y análisis Weatherquest: “Durante ese período, el clima cálido ha respaldado un rendimiento y calidad mucho más fiables de las variedades de uva Pinot Noir y Chardonnay; estas variedades se mezclan en la producción de vino espumoso tipo champán”.

Otra voz destacada del sector en el país, la organización profesional Wines of Great Britain (WineGB), apunta también un claro escenario de expansión. Según sus cálculos, la superficie de viñedo se ha duplicado en menos de una década hasta alcanzar unas 3.758 hectáreas.

¿De dónde venimos? WineGB dibuja un crecimiento evidente del sector desde hace ya años. Su informe sobre el sector muestra un alza constante desde los 90, con un incremento acentuado en los últimos años. En cuanto a ventas, apunta 7,1 millones de botellas en 2020 y 9,3 en 2021. El estudio publicado en julio con las conclusiones de la UEA y la London School of Economics señalaba que el Pinot Noir para vino espumoso ya se cultiva con éxito en Reino Unido, si bien incide en que el aumento de temperatura previsto sugieren nuevas oportunidades para el colectivo.

Observed Average Annual Datos del World Bank.
Wine GB Parte del informe de Wine GB.

El efecto del cambio climático. El informe apunta que desde la década de los años 80 se ha constatado ya un alza en más de 1ºC durante la temporada de crecimiento en gran parte del sureste y este de Inglaterra y aporta proyecciones a futuro con una dinámica similar. Otros balances, como los del World Bank Group, muestran también una curva al alza entre 1901 y el año pasado. Lo cierto es que este mismo verano el Reino Unido se ha visto obligado por primera vez en su historia a emitir una alerta roja a las puertas de una ola de calor que amenazaba con máximas de 40ºC.

Escandinavia, otro ejemplo. Los efectos del cambio climático en el sector vinícola inglés se comentan desde hace ya años y van más allá de las fronteras de UK. Los veranos más largos y cálidos han animado también al sector en regiones situadas más al norte, como Suecia, donde hace un par de décadas la industria tenía un peso menor. En 2019 su producción era reducida, de menos de 450.000 litros de vino frente a los más de 4.500 millones de Francia; pero el sector era optimista. En el caso de Dinamarca, Condé Nast Traveler apunta que el volumen de viñedos se ha experimentado un alza notable, de más del doble, en cuestión de solo diez años.

“La producción comercial ahora es seria. Y la calidad del vino muy alentadora”, señalaba a The Guardian Sveneric Svensson, de la Asociación Sueca del Vino. También en Dinamarca se percibe un aumento en el número de viñedos comerciales. “La cosecha alemana ha sido muy alta y de calidad como consecuencia de un cambio climático que está desplazando hacia el norte la producción óptima”, reconocía en 2019 la propia Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

El cambio puede traducirse en efectos positivos para las nuevas producciones, pero también implica desafíos importantes, como —reconocen los expertos— la propia deriva del cambio climático. Su ritmo al fin y al cabo, asume el propio Nesbitt, está resultando “bastante aterrador”.

Imagen de portada: Vindemia Winery (Unsplash)

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