La posibilidad más devastadora para la industria de los semiconductores: una guerra entre China y Taiwán

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Vivimos tiempos difíciles. El profundo periodo de inestabilidad en el que está sumido el planeta está teniendo un coste humano, social y económico muy alto. Todos lo estamos presenciando, y a todos nos está afectando en mayor o menor medida, aunque no cabe duda de que las personas que peor lo están pasando son las que se están viendo involucradas de forma directa en los conflictos que están teniendo lugar actualmente.

A los europeos la guerra de Ucrania nos está afectando con intensidad debido a su proximidad geográfica, sus implicaciones geoestratégicas, y también a la relación de dependencia que algunos países mantienen con Rusia desde un punto de vista energético y comercial. Sin embargo, no es el único conflicto con la envergadura necesaria para tener un profundo impacto global; el que mantienen desde hace décadas China y Taiwán podría complicar aún más la ya de por sí delicada coyuntura internacional.

Y es que según el servicio de inteligencia estadounidense China planea aprovechar el actual clima de inestabilidad internacional para intentar invadir y hacerse con el control de Taiwán. De hecho, según The New York Times, la Administración liderada por Joe Biden está presionando al Gobierno de este país para que adquiera armamento estadounidense de última generación que le permita defenderse de un posible ataque por mar del ejército chino.

Un conflicto bélico entre China y Taiwán pondría en jaque la industria de los chips

La CIA parece tenerlo muy claro: la inestabilidad desencadenada por la invasión del territorio de Ucrania que inició Rusia el pasado 24 de febrero puede ser aprovechada por China para invadir Taiwán durante los próximos años. El coste humano de este conflicto, si finalmente se produjese, sería enorme, y, además, su impacto en la economía global sería monumental debido a que este país asiático ocupa un rol central en la industria de la tecnología en general, y en la de los semiconductores en particular.

De hecho, dos de los fabricantes de semiconductores más importantes, TSMC y UMC, son taiwaneses. Ambas compañías producen circuitos integrados en otros países, pero la mayor parte de sus plantas de fabricación residen en Taiwán. Por sí sola TSMC, que es la mayor empresa de semiconductores del planeta, acapara según Visual Capitalist aproximadamente el 54% del mercado.

Por sí sola TSMC, que es la mayor empresa de semiconductores del planeta, acapara aproximadamente el 54% del mercado

UMC se conforma con un mucho más comedido 7%, pero también es una cifra importante que la coloca en la misma liga en la que compiten la empresa estadounidense GlobalFoundries y la china SMIC. El déficit de semiconductores en el que estamos sumidos desde que comenzó la pandemia nos ha demostrado la enorme dependencia que tienen algunas industrias, como la de la automoción, la informática, las telecomunicaciones o los electrodomésticos, entre otras, de los chips.

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Pat Gelsinger, el director general de Intel, ha pronosticado que la oferta de semiconductores no conseguirá igualar la demanda de chips hasta 2024.

De hecho, Pat Gelsinger, el director general de Intel, y otros expertos prevén que los fabricantes de circuitos integrados no conseguirán empezar a equilibrar la oferta y la demanda de chips hasta 2024. Si antes o después de esa fecha se desencadenase un conflicto bélico entre China y Taiwán, con toda probabilidad TSMC y UMC no saldrían indemnes. Es razonable prever que el suministro de las materias primas que necesitan procedentes del extranjero se vería interrumpido como consecuencia del previsible aislamiento al que se vería sometida Taiwán.

Si estallase un conflicto bélico entre China y Taiwán toda el área geográfica bañada por el Mar del Japón y el Mar de China Oriental se vería influenciada por una profunda inestabilidad

En esta coyuntura para China sería crucial impedir el transporte por mar y aire de todo tipo de materias primas y otros productos hacia y desde Taiwán, y no debemos pasar por alto que, a diferencia de Ucrania, que es una nación continental, este país asiático solo tiene territorio insular. Esta es la principal razón por la que a China le resultaría más fácil aislar a Taiwán de lo que a Rusia le está costando coartar a Ucrania, que tiene muchas más vías de acceso y conexión directa por tierra con varios países europeos.

No obstante, esto no es todo. Si estallase un conflicto bélico entre China y Taiwán toda el área geográfica bañada por el Mar del Japón y el Mar de China Oriental se vería influenciada por una profunda inestabilidad. Y, precisamente, en esta región se producen la mayor parte de los semiconductores.

De hecho, no solo TSMC y UMC tienen fábricas de chips en esta área; Samsung, Intel, GlobalFoundries y SMIC también las tienen. Y entre todas estas compañías acaparan la mayor parte de la producción mundial de circuitos integrados. Crucemos los dedos para que se imponga la cordura y dejemos pronto atrás esta etapa repleta de conflictos, tensión e inestabilidad.

Imágenes: TSMC

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