La oportunidad de analizar un televisor equipado con una nueva tecnología de panel no se presenta todos los días. El modelo A95K perteneciente a la familia MASTER Series no es solo el nuevo dispositivo insignia de Sony con resolución 4K UHD; también es el primer televisor equipado con un panel QD-OLED (Quantum Dot OLED) que esta marca coloca en el mercado.
La matriz orgánica que incorpora este televisor ha sido fabricada por Samsung, pero este es solo uno de los ingredientes de la receta. Uno muy importante, por supuesto, pero si no está acompañado de un procesado de la imagen bien ejecutado y de una calibración de fábrica mínimamente competente, entre otros factores que también tienen un impacto profundo en la calidad de imagen, por muy bueno que sea el panel no conseguirá entregarnos el 100% de su potencial.
Los ingenieros de Sony se han ganado a pulso la fama de ser muy habilidosos tanto al poner a punto los algoritmos de procesado de la imagen en su conjunto como al afinar la calibración que nos proponen sus televisores. Especialmente la de los modelos que pertenecen a la familia MASTER Series. Y, como hemos visto, el que estamos a punto de analizar es uno de ellos.
En cualquier caso, este es nuestro primer análisis de un televisor QD-OLED, por lo que inevitablemente su panel acaparará buena parte del protagonismo en este artículo. Hace pocos días tuve la oportunidad de ver en acción el S95BA OLED de Samsung, que también incorpora una matriz de este tipo, y me sorprendió. Mucho. Podemos estar seguros de que a los entusiastas de la imagen este análisis nos deparará emociones fuertes.
Sony A95K MASTER Series: especificaciones técnicas
Sony XR-55A95K | CARACTERÍSTICAS |
---|---|
PANEL | QD-OLED (Quantum Dot OLED) 4K UHD de 55 pulgadas, 10 bits, 120 Hz y 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3840 X 2160 puntos |
HDR | Dolby Vision, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | Cognitive Processor XR |
MODOS DE IMAGEN | Vívido, estándar, cine, IMAX Enhanced, juegos, gráficos, fotografía, personalizado, Dolby Vision Bright, Dolby Vision Dark y calibración de Netflix |
SISTEMA OPERATIVO | Google TV |
ALMACEMAMIENTO INTERNO | 16 GB |
SONIDO | Potencia total: 60 vatios Tecnología Acoustic Surface Audio+ Dolby Audio, Dolby Atmos y DTS |
MODOS DE SONIDO | Estándar, diálogo, cine, música, deportes y audio Dolby |
CONECTIVIDAD | 2 x HDMI 2.1, 2 x HDMI 2.0, 2 x USB, 2 x IF (satélite), 1 x RF, 1 x Ethernet, 1 x audio digital óptico |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | Wi-Fi 5 Bluetooth 4.2 |
PRESTACIONES PARA JUEGOS | 4K120, VRR, ALLM, mapeado de tono HDR automático y modo de imagen por género automático |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase G |
DIMENSIONES | 122,5 x 72,8 x 28 cm (incluidas la peana y la cámara) |
PESO | 21,2 kg (sin peana) |
PRECIO | 2999 euros |
Sony QD-OLED Master Series - 55A95K/P BRAVIA XR televisor inteligente Google, 4K/P Ultra-HD, para PS5, Bravia CAM incluída, Dolby Vision-Atmos, Pantalla Triluminos MAX
El corazón de este televisor, su panel QD-OLED, explicado
La cualidad más relevante que tienen los paneles OLED es su capacidad de emitir luz sin necesidad de recurrir a una fuente de iluminación externa, algo que sí deben hacer los paneles LCD. Esto es posible porque utilizan diodos orgánicos, unos componentes electrónicos semiconductores que permiten y controlan el paso de la corriente eléctrica en un único sentido.
A diferencia de los diodos convencionales, los que utilizan material orgánico tienen la capacidad de reaccionar a la estimulación eléctrica emitiendo luz, de ahí que la tecnología OLED sea autoemisiva.
Hasta aquí no hay ninguna diferencia entre los paneles OLED que fabrica LG y los que está produciendo Samsung. Sin embargo, si nos ceñimos a la estrategia a la que recurren para reproducir el color aparece la primera diferencia significativa entre ambas tecnologías. Los paneles OLED que fabrica LG Display son de tipo W-OLED (White OLED), por lo que la luz que emite cada una de las celdillas autoemisivas del panel es de color blanco.
El problema es que para componer una imagen en color necesitamos obtener los tres colores primarios RGB (rojo, verde y azul), por lo que es necesario colocar encima de la matriz de diodos orgánicos un filtro de color RGB que sea capaz de reproducirlos.
Curiosamente, esta tecnología no la diseñó originalmente LG. Durante muchos años la compañía que más esfuerzos había realizado para desarrollar la tecnología OLED fue Kodak, y en 2004 hizo un anuncio sorprendente: había conseguido resolver la principal desventaja que tenían los paneles OLED RGB, que consistía en la degradación prematura de los subpíxeles de color azul. Además, su solución permitía fabricar paneles OLED con un tamaño muy superior al de los paneles de este tipo que se producían en ese momento. Y con un coste inferior.
La tecnología que había implementado Kodak era, precisamente, White OLED. La compañía estadounidense patentó su innovación, pero su estado financiero en ese momento no era bueno debido, entre otras razones, a lo mucho que se había resentido desde finales de la década de los años 90 el mercado de la fotografía de película, que era una de las principales fuentes de ingresos de Kodak.
Esta situación provocó que los responsables de la compañía decidiesen abandonar el desarrollo de la tecnología OLED, por lo que a finales de 2009 LG compró a Kodak esta área de negocio y las patentes que había desarrollado por 100 millones de dólares. El resto es historia.
La principal ventaja de los paneles White OLED que fabrica LG Display frente a los RGB OLED convencionales es que, como hemos visto, no adolecen de la degradación prematura del subpíxel azul. Además, su producción es más sencilla, barata y permite obtener paneles con un tamaño sensiblemente mayor al de los paneles RGB OLED. Sin embargo, no todo son ventajas.
La tecnología W-OLED requiere la colocación encima de la matriz de diodos orgánicos de un filtro de color RGB
La tecnología W-OLED requiere, como hemos visto, la colocación encima de la matriz de diodos orgánicos de un filtro de color RGB que permite la reproducción de los tres colores básicos, pero que, a cambio, absorbe luz, reduciendo sensiblemente la capacidad de entrega de brillo de los paneles W-OLED frente a los RGB OLED. Y, además, su capacidad de reproducción del color es inferior a la de esta última tecnología.
La razón por la que ha merecido la pena que hagamos este pequeño repaso consiste en que, precisamente, la tecnología QD-OLED que ha desarrollado Samsung aspira a resolver los dos hándicaps de W-OLED, pero intentando mantener sus bazas frente a RGB OLED. Lo que propone Samsung es reemplazar el filtro RGB que requieren los paneles W-OLED por una matriz de nanocristales, o puntos cuánticos, que se responsabilice de la reproducción del color.
En teoría la eliminación del filtro RGB debería permitir al panel arrojar una capacidad de entrega de brillo superior tanto al medir el valor medio como los picos. Y, además, los nanocristales deberían conseguir reproducir un espacio de color sensiblemente más amplio que el filtro de color RGB.
No obstante, los cambios que propone Samsung frente a la tecnología W-OLED no acaban aquí. A diferencia de los paneles OLED de LG Display, que utilizan píxeles de color blanco, los de Samsung recurren a píxeles de color azul, de manera que serán los nanocristales los responsables de actuar sobre la luz azul para generar los otros dos colores primarios (rojo y verde).
Esta transformación es posible gracias a una propiedad muy interesante de los nanocristales: su estructura les permite modificar la longitud de onda de la luz, de ahí que consigan manipular la luz azul para generar a partir de ella luz roja y verde.
Los «puntos cuánticos» son un tipo de nanocristales compuestos por materiales semiconductores con unas propiedades muy curiosas. Y es que su tamaño es tan pequeño que su comportamiento queda descrito por las leyes de la mecánica cuántica, y no podría ser explicado utilizando la mecánica clásica.
Sus características electrónicas están definidas, por un lado, por su tamaño, y, por otro, por su forma, lo que explica que actualmente se estén utilizando nanocristales para aplicaciones muy diferentes, como son la tecnología fotovoltaica, el etiquetado biológico, las tecnologías de eliminación de agentes contaminantes… Y, por supuesto, en electrónica.
El reto durante el proceso de fabricación de los puntos cuánticos consiste en controlar con mucha precisión el tamaño de los nanocristales. De esta forma es posible conseguir partículas que brillen en cualquier tono del espectro de luz visible al ser excitadas por una corriente eléctrica, colores entre los que se encuentran, por supuesto, el rojo, el verde y el azul que necesitamos para componer el color a través de un panel RGB como los utilizados en los televisores.
El reto durante el proceso de fabricación de los puntos cuánticos consiste en controlar con mucha precisión el tamaño de los nanocristales
En cualquier caso, es evidente que Samsung conoce bien las técnicas de fabricación de los puntos cuánticos debido a que ha utilizado esta tecnología con profusión en sus últimas generaciones de televisores QLED. Por esta razón se le presupone un bagaje que sin duda le habrá resultado valioso durante la puesta a punto de los paneles QD-OLED.
Este televisor tiene la peana más masiva que hemos probado
Los televisores OLED son relativamente delicados. Cuando sacamos el panel de su embalaje con el propósito de fijarlo a la peana o los pies que nos propone el fabricante debemos tener precaución para no agarrarlo por una zona que pueda comprometer su integridad.
Este A95K también requiere que seamos cuidadosos, pero cuando lo estás manipulando transmite una sensación de robustez monumental debido a que prácticamente toda la superficie posterior de la matriz orgánica está reforzada por el recinto de policarbonato.
Cuando lo estás manipulando transmite una sensación de robustez monumental debido a que prácticamente toda la superficie posterior de la matriz orgánica está reforzada por el recinto de policarbonato
Esta decisión de diseño provoca que la mitad superior del televisor no sea tan fina como la de algunos de sus competidores, pero a cambio nos promete una fragilidad menor. Por otro lado, las fotografías que ilustran este artículo reflejan con claridad la que sin duda es una de las principales señas de identidad de este dispositivo: su sobriedad.
Sus marcos son muy finos y están rematados en un bisel de color negro muy bien mecanizado que pasa completamente inadvertido. Ni siquiera se ve con claridad el logotipo de Sony, que se esconde en la esquina inferior izquierda de la superficie frontal.
La peana que nos entrega Sony junto a este televisor es masiva. Se extiende a lo largo de toda la base del panel, es profunda, y, sobre todo, es muy pesada (pesa aproximadamente 14 kg). Su tamaño y su masa dan al televisor una estabilidad estructural a prueba de terremotos, aunque, eso sí, nos obliga forzosamente a colocarlo sobre una superficie que tenga al menos su misma anchura.
No obstante, esta no es la única característica peculiar de esta peana. Y es que nos permite optar por dos posibilidades distintas de instalación. La que hemos elegido nosotros por razones prácticas fija el recinto del panel a la parte posterior de la peana, de manera que queda visible, como podéis ver en la siguiente fotografía, por delante del televisor. Quien se decante por la otra opción conseguirá que la peana quede completamente oculta detrás del panel.
En la siguiente fotografía de la parte posterior de este televisor podemos ver con claridad lo que os he anticipado unas líneas más arriba: el panel no queda expuesto por detrás debido a que el recinto de policarbonato lo recubre completamente. Un apunte interesante: el conector propietario que podemos ver en la parte superior del televisor sirve para conectar la cámara 1080p que nos entrega Sony junto a él. Indagaremos en ella en la siguiente sección del artículo.
La calibración de fábrica que nos propone Sony es fabulosa
Al igual que los modelos del año pasado, este televisor incorpora Google TV, y me parece un acierto. Durante varios años fui muy crítico con la plataforma de Google para teles porque consideraba que no nos proponía una experiencia a la altura de la que nos entregaban en aquel momento Tizen OS y webOS, pero el panorama ha cambiado radicalmente. Google TV ya no tiene nada que envidiar a sus competidores.
No he podido confirmar qué SOC de MediaTek se responsabiliza, entre otras cosas, de lidiar con este sistema operativo, pero sospecho que es el mismo incorporado en el modelo A90J MASTER Series del año pasado. En cualquier caso, la interfaz de este televisor se mueve con mucha fluidez, y el tiempo que invierte en iniciar y cerrar las aplicaciones es mínimo. Además, a mí el diseño de la interfaz me gusta, así que en este ámbito no tengo nada que objetar.
Uno de los procedimientos que utilizo para revisar la calibración de fábrica que nos proponen los televisores consiste en tomar como referencia la pantalla de un iPhone 13 Pro Max, cuyo panel OLED llega a nuestras manos calibrado con una precisión Delta-E <= 1. Este parámetro refleja el mimo con el que un fabricante afina la colorimetría de sus televisores, y este A95K tiene uno de los paneles mejor calibrados que he probado hasta ahora.
Este televisor sale de la fábrica impecablemente calibrado. Su panel QD-OLED en teoría cubre el 80% del espacio de color BT.2020
Como veremos en la siguiente sección del artículo, el televisor que estamos analizando resuelve la colorimetría con una naturalidad y una riqueza tonal sorprendentes. Los televisores OLED que he probado hasta ahora han resuelto muy bien este frente, pero esta propuesta de Sony se beneficia, además, del amplio volumen de color que es capaz de restituir el panel QD-OLED (en teoría cubre el 80% del espacio de color BT.2020). Por supuesto, quien quiera cerciorarse de que su televisor le está entregando el 100% de su potencial puede calibrarlo empleando una sonda y el software de Calman.
Antes de seguir adelante me parece importante que nos detengamos un momento para echar un vistazo a la conectividad HDMI de este televisor. Y es que solo dos de los cuatro conectores que incorpora, los etiquetados como 3 y 4, implementan la norma 2.1. Las otras dos entradas son HDMI 2.0. Y me parece un error.
Un televisor prémium con la ambición que tiene este A95K debería entregarnos cuatro entradas HDMI 2.1, y no solo dos. En gran medida esta limitación viene impuesta por el chip de MediaTek, pero es algo que, en mi opinión, Sony debería resolver.
Aquí tenemos, por fin, un primer plano de la cámara que nos entrega Sony junto a este televisor (unos párrafos más arriba vimos qué aspecto tiene la toma propietaria que actúa como interfaz de conexión). Este accesorio se llama Bravia Cam, recoge imágenes 1080p y nos propone controlar el televisor mediante gestos e intervenir en videollamadas usando Google Duo. También puede asistir al proceso de calibración del panel, y, acertadamente, incorpora una tapa física que nos permite evitar en cualquier momento que continúe recogiendo imágenes.
En la siguiente fotografía podemos ver qué aspecto tienen los dos mandos a distancia que nos entrega Sony junto a este televisor. El de la derecha tiene una distribución de los botones tradicional, pero el de la izquierda es más estilizado e incorpora un sensor de movimiento que activa la retroiluminación de las teclas cuando lo agarramos. El acabado de este último mando a distancia está un poco más cuidado que el del otro, y, además, incorpora cuatro botones de acceso directo a Netflix, Disney+, Prime Video y Bravia Core.
La calidad de imagen de este televisor es apoteósica. Lo mejor que hemos visto
Para poner a prueba su calidad de imagen recurrí a algunas de las películas en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K que suelo utilizar, entre las que merece la pena destacar 'El renacido', 'La llegada', 'Interstellar', 'Blade Runner 2049' o 'Spider-Man: Lejos de casa', entre otras. También utilicé contenido de Netflix y YouTube que conozco muy bien.
Para reproducir estas películas recurrí a un lector OPPO UDP-205, un dispositivo que ya está descatalogado, pero que sigue destacando por la gran calidad de su mecánica de transporte y su lógica de procesado de audio y vídeo.
La siguiente fotografía del panel la tomé utilizando mi microscopio digital, y en ella podemos ver con claridad la distribución en rombo de los subpíxeles RGB de la matriz orgánica. Este patrón es muy diferente al que emplean los paneles W-OLED que produce LG, y en el que hemos indagado en infinidad de ocasiones en otros análisis, como, por ejemplo, el del modelo OLED C2 de LG.
En la práctica esta peculiar distribución de los subpíxeles no debería tener ningún impacto en nuestra experiencia, pero, como estamos a punto de comprobar, hay un escenario de uso en el que produce una pequeña anomalía.
Cuando enviamos al panel QD-OLED la señal de vídeo procedente de un ordenador (esta es la forma más sencilla de reproducir este efecto) una de las hileras de subpíxeles de color verde que limita entre una región de color blanco y el área colindante permanece visible. Podemos ver con cierta claridad esta hilera de subpíxeles verdes en la siguiente fotografía de detalle si nos fijamos en el margen superior de la región de color blanco que aparece en la parte inferior de la imagen.
No es nada dramático en absoluto porque a simple vista prácticamente no se ve, y solo aparece esta anomalía en las circunstancias que he descrito, pero es un efecto peculiar vinculado a los dispositivos con panel QD-OLED debido a la distribución en rombo de sus subpíxeles RGB, y a los usuarios nos interesa saber que se produce.
En la siguiente fotografía podemos ver que la uniformidad con que entrega la luz el panel QD-OLED es absoluta. De hecho, en esta instantánea parece que está ligeramente más iluminada la región central del panel, pero no es así. Este efecto ha sido introducido por el trabajo conjunto de la óptica y el sensor de la cámara de fotos con la que hemos tomado esta fotografía, pero en vivo la uniformidad de esta matriz orgánica es total.
Según Samsung la capacidad máxima de entrega de brillo de sus paneles QD-OLED roza los 1000 nits, lo que los coloca en la misma órbita en la que se encuentran los paneles OLED evo de tercera generación que está produciendo LG. La matriz de su modelo G2 se apoya en un disipador de energía térmica para entregar picos de 1000 nits sin comprometer su estabilidad, mientras que el panel evo del C2, que carece de disipador, se conforma con rozar los 900 nits.
En cualquier caso, este televisor se codea con el G2 si nos ceñimos a su capacidad máxima de entrega de brillo. Nos lo dice la teoría, y es lo que he percibido después de probar el A95K a fondo y de haber tenido la oportunidad de ver en acción con cierta calma al modelo G2 de LG.
No obstante, el panel QD-OLED del televisor que estamos analizando también tiene a su favor un brillo residual de solo 158 nits y una capacidad mínima de entrega de luz de 0,0005 nits, lo que le permite combinar en un mismo fotograma puntos muy brillantes y grandes regiones del panel con un negro de una profundidad abisal.
La combinación del volumen de color que es capaz de restituir este televisor y una calibración minuciosa le permite entregarnos una colorimetría sobresaliente cuando los contenidos acompañan. Cuando comencé mis pruebas me dio la sensación de que el color estaba más saturado en este A95K de lo habitual en los televisores de Sony, pero pronto me percaté de que no es así; sencillamente, este efecto es el resultado de la mayor riqueza con la que el panel QD-OLED resuelve la colorimetría.
Otro punto a su favor en este ámbito: la fotografía que publicamos a continuación no le hace justicia porque es muy difícil exponerla de manera que recoja con la máxima precisión posible su aspecto cuando lo tienes delante, pero este televisor reproduce la piel humana de una forma sorprendentemente fidedigna. Incluso recrea con mucha credibilidad su textura, y no es fácil resolver este objeto con tanta precisión.
Otra área en la que este televisor roza la matrícula de honor gracias a las características su panel, y también a la sofisticación de sus algoritmos de procesado de las imágenes, es el nivel de detalle que consigue recuperar tanto en las regiones en sombra como en altas luces (son las zonas más iluminadas de cada fotograma).
En este ámbito este es el televisor con panel orgánico más resolutivo que he analizado hasta ahora. La exigente fotografía de Emmanuel Lubezki en 'El renacido' representa un desafío ante el que muchos televisores palidecen. Pero este no. El A95K nos entrega muchísimo detalle en las áreas más oscuras y las más iluminadas, y, además, da a las imágenes una estética muy cinematográfica que posiblemente encantará a muchos cinéfilos.
Otro punto a su favor que merece la pena que no pasemos por alto consiste en que la precisión y la riqueza con las que resuelve la colorimetría no se ven degradadas cuando el panel debe entregar un pico de brillo en una porción de la matriz. En estas circunstancias el rendimiento de los televisores suele resentirse, pero este mantiene el tipo.
Y, por último, en lo que se refiere a la administración del movimiento mantiene la sobresaliente ejecución que nos propone Sony desde hace años en sus televisores de gama alta. En este terreno este televisor no despunta; sencillamente está al mismo nivel en el que se han colocado los últimos modelos prémium de esta marca que hemos analizado.
La siguiente fotografía nos depara una buena noticia: la cobertura antirreflejos que Sony ha puesto a punto para este televisor es fabulosa. En la sección central de la imagen podemos ver un diminuto punto blanco provocado por el reflejo intencionado sobre el panel del flash de mi smartphone. En todos los televisores que he analizado hasta ahora este reflejo provoca un destello de cierta intensidad, pero en este televisor es casi inapreciable. Otra prueba que este A95K supera con nota.
Durante mis pruebas el consumo de este televisor fluctuó de una manera constante. Es algo habitual en los dispositivos que incorporan un panel orgánico debido a que sus necesidades energéticas varían dependiendo de la proporción de subpíxeles que permanecen apagados en un instante determinado. En cualquier caso, los picos de consumo más altos que he medido coquetean con unos razonables 260 vatios (la matriz de la unidad que hemos probado tiene 55 pulgadas).
Se siente cómodo con los juegos, pero en este terreno no despunta
Para evaluar el rendimiento de este televisor con videojuegos recurrí a nuestra Xbox Series X y a varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’ y ‘Ori and the Will of the Wisps’.
En la siguiente fotografía podemos ver que la consola de Microsoft habilita la compatibilidad con los estándares Dolby Vision y HDR10, así que todo en orden hasta aquí. Sin embargo, las casillas de verificación que reflejan la disponibilidad del modo automático de baja latencia y la frecuencia de actualización variable están desactivadas.
Como hemos visto, las entradas HDMI 3 y 4 de este televisor implementan la norma 2.1, pero para que estas tecnologías estén disponibles es necesario habilitar expresamente el formato mejorado (VRR) en la interfaz del A95K.
En la siguiente fotografía podemos ver la sección del menú de configuración de este televisor desde la que podemos habilitar el formato mejorado (VRR) con el propósito de sacar partido a la sincronización variable con la GPU de nuestra consola de videojuegos o PC. Una vez que hemos habilitado este parámetro nuestra Xbox Series X activó de forma automática la compatibilidad con las tecnologías VRR y ALLM.
Si nos ceñimos a su calidad de imagen con videojuegos el rendimiento de este televisor es sobresaliente. Prácticamente todo lo que hemos concluido en la anterior sección de este análisis sigue siendo válido aquí. Además, el tiempo de respuesta de los paneles orgánicos es inferior a 1 ms, por lo que en este terreno rivalizan con los mejores monitores para gaming.
En lo que se refiere a la latencia de entrada durante mis pruebas he medido aproximadamente 20 ms, una cifra muy correcta, pero que no impresiona. Lo que echo de menos en este televisor en el ámbito de los videojuegos es que, como he mencionado más arriba, todas las entradas HDMI implementen la norma 2.1, y también que sea compatible con las tecnologías de refresco adaptativo G-SYNC de NVIDIA y FreeSync Premium de AMD, como algunos de sus competidores.
La tecnología Acoustic Surface Audio+ funciona. Vaya si lo hace
Soy especialmente tiquismiquis con el sonido de los televisores porque, en mi opinión, sus prestaciones sonoras tienen un impacto muy profundo en nuestra experiencia. Y me he llevado una sorpresa muy agradable con el rendimiento de este televisor. El estilizado recinto que tienen todas las pantallas actuales juega en su contra desde un punto de vista acústico, pero poco a poco las marcas están refinando sus prestaciones y consiguiendo que rindan razonablemente bien.
Es probable que solo los entusiastas más exigentes decidan recurrir a un equipo de audio multicanal dedicado. Así de bueno es el sonido de este televisor
El sonido del A95K es realmente bueno. Es dinámico y detallado, pero lo que más me ha sorprendido es la amplitud de la escena sonora que consigue recrear en torno al espacio físico en el que hemos instalado el televisor. El extremo grave que nos entrega no tiene la profundidad que conseguimos si recurrimos a un subwoofer, pero es probable que solo los entusiastas más exigentes decidan recurrir a un equipo de sonido multicanal dedicado para acceder a unas prestaciones sonoras aún mejores. Así de bueno es el sonido de este televisor.
Sony A95K MASTER Series: la opinión y nota de Xataka
Este televisor es de los que dejan huella. Por su calidad de imagen global, que, como hemos visto, roza la matrícula de honor, pero también por lo bien calibrado que nos lo entrega Sony, por su muy cuidado sonido, por su apuesta estética, y también por su muy convincente construcción. Además, esta marca ha acertado entregándonos la cámara sin necesidad de pagar un sobreprecio (especialmente si tenemos presente que este televisor no es para nada económico).
Si he de quedarme solo con algunas de las virtudes que le ayudan a despuntar ciñéndome a su calidad de imagen elegiría sin dudarlo la precisión y la riqueza con las que resuelve la colorimetría; la habilidad con la que consigue respetar la reproducción del color cuando se ve obligado a entregar picos de brillo muy altos; la gran cantidad de información que consigue recuperar en las regiones en sombra y las altas luces, y, por último, la profundidad que da a las imágenes cuando la fuente de vídeo tiene cierta calidad.
Es evidente que este es un televisor extraordinariamente atractivo, pero no es perfecto. Al igual que las demás propuestas de Sony no está preparado para lidiar con contenidos HDR10+ (es una lástima que esta marca continúe sin ofrecernos un soporte completo de todas las tecnologías HDR). Además, solo dos entradas HDMI implementan la norma 2.1, y tampoco puedo pasar por alto que sus prestaciones para juegos no están a la altura de las que nos proponen los televisores más ambiciosos de LG y Samsung. Y es una pena. De haber resuelto mejor estas tres áreas este A95K habría provocado que por primera vez nos planteásemos calificar un televisor globalmente con un 10.
9,6
A favor
- Su calidad de imagen global es extraordinaria
- Nos lo entregan impecablemente calibrado de fábrica
- Resuelve el color con una riqueza y una pureza sobresalientes
- La cámara está incluida en el paquete sin necesidad de pagar un sobreprecio
- Tiene un sonido sorprendentemente convincente
En contra
- No procesa contenidos HDR10+
- Solo las entradas HDMI 3 y 4 implementan la norma 2.1 completa
- Sus prestaciones para juegos no están a la altura de las que nos proponen algunos de sus rivales
Sony QD-OLED Master Series - 55A95K/P BRAVIA XR televisor inteligente Google, 4K/P Ultra-HD, para PS5, Bravia CAM incluída, Dolby Vision-Atmos, Pantalla Triluminos MAX
Este televisor ha sido cedido para este análisis por Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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