Las interferencias del GPS en el Báltico se han intensificado en las últimas semanas, según apunta la inteligencia de fuentes abiertas (OSINT). El fenómeno se detectó hace unos meses y ha sido una constante en lo que llevamos de año. Esta semana se ha detectado el episodio más intenso de estos problemas con el GPS para los aviones. Un pico de interferencias que ha dejado miles de aviones afectados y que muestra que este problema está lejos de terminar.
1.614 aviones en menos de 48 horas. Markus Jonsson, analista de sistemas, explica que esta semana se han detectado 1.614 interferencias en el GPS en únicamente 47 horas, principalmente aviones civiles.
Ya se había detectado este 'GPS jamming' con anterioridad, pero no con tanta intensidad como la de ahora. Las zonas afectadas son alrededor del mar Báltico, aunque afectan múltiples países como Polonia, Alemania, Dinamarca, Suecia, Letonia, Estonia o Lituania. En cambio, Bielorrusia queda mayormente fuera pese a encontrarse en la zona.
Interferencias que confunden a los pilotos. Estos problemas con el GPS no son graves ni han provocado ningún accidente del que se tenga constancia. Si bien suponen un engorro para los pilotos. Las interferencias hacen que sus sistemas de navegación no funcionen correctamente y marque que están en una zona errónea. Esto puede provocar retrasos o cambios de rumbo no deseados.
Guerra electrónica desde Kaliningrado. Según explica un oficial del ejército de Lituania a Newsweek: "Las fuerzas armadas rusas tienen un amplio espectro de equipos militares dedicados a la interferencia GNSS, incluidas interferencias y suplantaciones, a diferentes distancias, duración e intensidad".
En concreto, el origen de estas interferencias apuntan a salir de la ciudad de Kaliningrado. Un enclave estratégico y la ciudad que donde se ubicó una de las principales bases navales soviéticas del Mar Báltico.
El General Martin Herem, del ejército de Estonia, explica que Rusia dispone de una "gran habilidad" en el terreno de la guerra electrónica, con vehículos especializados como el Borisoglebsk-2.
Ruido de fondo, pero que anticipa un posible problema para la OTAN. Melanie Garson, profesora asociada de Seguridad Internacional en el University College London, explica a Forces.net que "Rusia particularmente tenía la ventaja con anterioridad y ahora la necesidad. La innovación que han tenido en estos dos últimos años ha permitido fortalecer su capacidad en este terreno".
Por el momento son interferencias generalizadas. Ruido de fondo para molestar a la aviación europea. Sin embargo, empieza a generarse la preocupación de que estas interferencias puedan intensificarse a otra escala en el futuro. "Existe una preocupación real de que, particularmente la OTAN, actualmente no iguala esa capacidad", alerta la profesora.
Imagen | Yassine Khalfalli
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