Un partido en Dinamarca ha diseñado su programa con una inteligencia artificial. Y se va a presentar a las elecciones

Un partido en Dinamarca ha diseñado su programa con una inteligencia artificial. Y se va a presentar a las elecciones
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A estas alturas de la película, con la inteligencia artificial (IA) creando arte, música y crónicas, dirigiendo barcos y aviones, elaborando deepfakes que ponen a prueba la más avezada de las vistas y pasando casi por humana —o sin el casi, eso depende de a quién se pregunte—, la cuestión parece bastante pertinente: ¿por qué no dejar que marque el rumbo de los gobiernos?

Suena estrafalario, pero en el Reino de Dinamarca hay quien cree que sería una idea bárbara. Tanto, de hecho, que ya ha puesto en marcha la maquinaria administrativa para conseguirlo.

A finales de mayo el colectivo de artistas Computer Lars lanzó Det Syntetiske Parti, que traducido al español equivaldría a El partido Sintético. El nombre puede resultar un tanto críptico, pero capta parte de la esencia de la formación danesa: su carácter artificial y su esfuerzo por sintetizar ideas, algo que ha logrado echando mano precisamente de las posibilidades que ofrece la IA.

La clave de la formación está en su programa. Para elaborarlo sus impulsores han recabado las propuestas de los "micropartidos" surgidos en el país a lo largo del último medio siglo —se han remontado a 1970— y las han analizado con IA. El resultado, recalca uno de sus impulsores, Asker Bryld Staunaes, es una propuesta que engloba “las visiones políticas de la persona común”.

Con la vista puesta en los objetivos de la ONU

Con su iniciativa el Partido Sintético quiere “llevar la inteligencia artificial al ámbito humano del debate y el discurso”. Por lo pronto la formación permite que el público pueda interactuar con su IA a través de un chatbot en Discord, donde también pude contactar con sus responsables.

“Intenta ampliar el imaginario sobre cómo podemos trabajar juntos de una mejor manera”, comenta Staunaes a la cadena TRT World. Uno de los objetivos que se marca la formación, de hecho, es sumar un nuevo objetivo de desarrollo sostenible a la lista ya elaborada por la Organización de Naciones Unidas: lograr una coexistencia “más directa” entre los algoritmos y humanos.

“Somos un partido antipolítico que pretende implantar la ‘Life With Artificials’ como el 18º de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU”, explica la formación, y zanja: “queremos acabar con los políticos grises y blancos que no bastan para crear la Dinamarca que nuestros hijos merecen”.

Detrás de la propuesta —desliza Staunaes— habría también una respuesta irónica a los cientos de partidos marginales creados a lo largo de los años en Dinamarca y que en ocasiones se plantean más a modo de crítica social que de auténtica plataforma desde la que impulsar políticas.

Algunas de las propuestas elaboradas por el Partido Sintético, de hecho, parecen muy difíciles de llevar a la práctica. Entre sus planteamientos destaca la creación de una renta básica universal que supondría más del doble del salario medio del país. Otra pasaría por establecer una suerte de “lotería” con inteligencia artificial que cada mes permitiría reemplazar de forma aleatoria a los integrantes del parlamento por ciudadanos, una suerte de “lotocracia” con algoritmos.

“La IA sabe que muchos de estos micropartidos hablan de democracia directa y están cansados de la representativa —detalla Staunaes a la cadena TRT World—. El sistema occidental no funciona realmente tras el colapso del discurso público en la era de los algoritmos de las redes”.

Computer Lars no lo tendrá fácil en cualquier caso para llevar sus ideas de la teoría a la práctica. Antes necesitará las casi 20.200 firmas que la legislación exige a los partidos para concurrir a las elecciones parlamentarias, marca de la que estaría muy, muy lejos todavía.

Eso no quita que el objetivo esté bien definido y el calendario ya trazado: el Partido Sintético de Dinamarca quiere presentarse a las elecciones generales de junio de 2023 y arrastrar al 20% del electorado que, asegura, no acude a las urnas. “El Partido Sintético activa a los votantes de sofá antipolíticos”, remarca. De funcionarle la estrategia, el premio no sería menor: el porcentaje de participación en la cita de 2019 fue del 84,5%, lo que deja un buen caladero de votantes.

Si araña al menos un escaño asegura que no se quedará de brazos cruzados y aprovechará el mandato para reforzar el peso de la inteligencia artificial en los debates parlamentarios.

La iniciativa de Computer Lar no es la única ni la primera que ha querido maridar IA y política. Cuando en 2018 los vecinos del distrito de Tama, en Japón, tuvieron que votar a su nuevo dirigente local se encontraron con que uno de los candidatos era una IA, un robot llamado Michihito Matsuda que aseguraba que lucharía para acabar con la corrupción. En la segunda vuelta quedó tercero.

En Rusia o Nueva Zelanda se han encontrado con sorpresas similares. Ahora Dinamarca podría ir un paso más allá en ese empeño. Por lo pronto el Partido Sintético programa ya sus mítines.

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