Un tractor para dominarlos a todos: la historia del enorme Big Bud 16V, el tractor agrícola más grande jamás fabricado

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Como una imagen vale más que mil palabras, vamos con unas cuantas para explicar cómo de grande descomunal es el Big Bud 16V-747, el mayor tractor agrícola jamás fabricado. Veamos. Cada uno de sus neumáticos —al menos los originales— tiene un diámetro de 2,4 metros y se ha creado a propósito para su enorme estructura, de 8,3 m de largo, más que un bus para 30 pasajeros.

En cuanto a altura ronda los 4,2 m, lo que ofrece a los agricultores que se ponen tras su volante una amplia perspectiva de las tierras que cosechan. Se calcula que pesa entre 40 y 50 toneladas, dato que superaría los 60 lastrado con carga.

Si lo sacásemos del campo o los museos, donde el Big Bud ha tenido que permanecer buena parte de su larga trayectoria precisamente por lo difícil que resulta encontrar ruedas adecuadas para él, lo tendríamos difícil para movernos por la carretera. Además de alta esta enorme mole es ancha, muy ancha: ronda los 6,1 metros, bastante más que los camiones o autobuses convencionales.

Grande, mítico... y vetusto

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Tan grande es que incluso el Guinness World Records se ha fijado en el Big Bud. Hace ya un buen puñado de años, después de que saliera de fábrica con un motor de 16 cilindros, sus jueces le otorgaron el título del tractor agrícola más potente jamás fabricado. Tras varios ajustes, hoy alcanza los 1100 caballos.

Lo más curioso de todo es sin embargo que el Big Bud no es precisamente una innovación de la industria agrícola, un sector que ha demostrado a lo largo de los últimos años un fuerte impulso tecnológico, con la apuesta por la automatización de los campos de cultivo, el uso de IA y satélites o el desarrollo de software.

No. La historia del 16V-747 se remonta a hace más de cuatro décadas, a finales de los años 70, cuando Northern Manufacturing lo fabricó para una familia de agricultores de algodón de Bakersfield, California. Costó 300.000 dólares.

Sus dueños originales, los hermanos Rossi, lo utilizaron durante más de una década. De sus cultivos pasó a varias explotaciones, incluida Willowbrook Farms, y ya a finales de los años 90 regresó a Montana, a escasos 100 kilómetros de donde se montó. Los hermanos Williams de Big Sandy decidieron comprarlo y llevarlo a su granja, en el condado de Chouteau, para sacarle partido en sus tierras.

A lo largo de su extensa historia el Big Bud, que toma su coletilla "747" del gigantesco avión Boeing 747, el mayor del mundo durante varias décadas, no solo ha trabajado en los campos. La razón: un tamaño que le ha granjeado popularidad y admiradores, pero también ha supuesto un hándicap a la hora de utilizarlo.

Durante casi una década permaneció de hecho en el Museo Heartland, en Iowa, debido precisamente a que sus descomunales neumáticos no podían repararse y sus propietarios tampoco tenían la opción de comprar otros originales.

Hace unos años logró sin embargo superar ese escollo gracias a unos enormes neumáticos LSW1400 de Goodyear, algo más pequeños que los auténticos de United Tire Company of Canada, pero que le permitieron volver a engancharse a un arado y trabajar las tierras de Montana. Prueba de que el Big Bud está lejos de ser una reliquia del pasado es que todavía hoy, 46 años después de salir de fábrica, genera expectación y sigue despertando un interés considerable en el sector.

A comienzos de año las compañías Big Equipment y Rome Agricultural & Construction Equipment anunciaron de hecho un asociación para empezar a fabricar tractores bajo el paraguas de Big Bud. Su objetivo, explica la primera compañía: "Proporcionar un tractor con componentes que puedan ser reparados por agricultores, mecánicos generales o concesionarios sin restricciones".

Quizás otros grandes fabricantes hayan creado nuevos titanes de los campos, como John Deere y su impresionante, 9RX 640, pero el Big Bud 16V-747 aún se presenta en el sector como el tractor agrícola más grande del mundo… Tan convencido de su potencia y capacidad que se atreve a compararse con todo un Boeing 747.

Porque en tiempos de tractores autónomos y con láser, los clásicos no mueren. Buen ejemplo es el Big Bud o el impresionante 150 HP Case a vapor.

La suya ya es sin embargo otra historia.

Imágenes: Myron Reynard (Flickr)

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