Si hablamos del hogar del futuro la mayoría de nosotros pensamos en el Internet de las cosas, el IoT, y cómo los objetos conectados pueden cambiar la forma que tenemos de relacionarnos con ellos. Este concepto se suele asociar a electrodomésticos o domótica más que al mobiliario que decora nuestro hogar. Quizás por eso la siguiente revolución tecnológica llegará a los muebles de tu casa, al menos eso es lo que nos cuenta Jessica Banks, CEO y fundadora de RockPaperRobot.
En su empresa Jessica apuesta por conjugar decoración, arte y tecnología en la creación de muebles y cree que "cuando hablamos de muebles tenemos una buena oportunidad de tener una relación más directa, una relación físicamente más tangible con ellos". De esta forma el mueble se convierte más en una experiencia que en un objeto que reacciona a los estímulos en tiempo real en función de nuestras necesidades, tal y como nos muestra en el siguiente vídeo.
Así serían los muebles conectados y digitales del futuro
Jessica tiene una visión del futuro de los muebles en la que interactuemos con ellos a nivel fisiológico, adaptándose a nuestra necesidades y de tal forma que, por ejemplo, "podamos relacionarnos con los mecanismos de la estructura de una silla y decirle que suba o que se acomode a la posición en la que nos queremos sentar". Muebles que se adaptan a la persona que los va a utilizar, ajustando su altura, su firmeza en función del peso que soportan, la constitución física de la persona que los utiliza, etc.
Más interesante parecen las posibilidades que surgen con las mesas de escritorio, tal y como nos cuenta la fundadora de RockPaperRobot aquí "tenemos la oportunidad de tener más información si lo necesitamos, porque podemos tocar e interactuar en diferentes lugares de la mesa. Podemos conectarnos con personas que están en otros lugares, o que actúe como un televisor, o nos muestre cualquier otro tipo de contenidos".
Pero no sólo la revolución está en su funcionalidad, sino que Jessica ve una oportunidad de innovar para que los muebles cambien de función según el uso que les vamos a dar en un momento concreto. "Nuestra mesa podría ser una tablet que sale de la pared y nos puede abrir cualquier tipo de vínculo para mostrarnos la información que necesitamos en ese momento y se puede utilizar como escritorio, como mesa de comedor o como mesa individual para cenar".
Un ejemplo de este tipo de muebles puede ser la mesa interactiva Mozayo que ya está en el mercado desde hace unos años y muestra las posibilidades y funcionalidad que podría tener utilizar la superficie de la mesa como un enorme tablet multitouch. El concepto que propone Jessica va un poco más allá, haciendo más funcional la mesa, que se adapte a nosotros según vayamos a trabajar, a comer o sólo buscar información que necesitemos en un momento puntual.
¿Futuro o presente? Esto es una muestra de lo que podemos encontrar en el mercado
Muchas de estas funcionalidades o adaptaciones fisiológicas del mueble a nuestro cuerpo ya están produciéndose. Jessica nos da ejemplos concretos como las "camas de agua o los sillones relax" que se adaptan a nosotros, que cambian en función de nuestra necesidad de descanso"
Nuestra protagonista ve un futuro diferente para los hogares como una evolución al concepto actual. Como nos cuenta en el vídeo: "Los muebles evolucionarán según la información que les facilitemos de nuestros datos biológicos o las actividades para las que los utilizamos, es parte de nuestra evolución como seres humanos. Esta transformación de los objetos que nos rodean forman parte de nuestra capacidad para adaptar las nuevas tecnologías e integrarlas para mejorar nuestras vidas".
Más interesantes que las camas de agua o los sillones relax son las mesas de trabajo que se adaptan a nuestra postura, regulando su altura automáticamente si trabajamos de pie o si lo hacemos sentados. Stir Kinetic Desk es un buen exponente de este tipo de mesas y parece un camino interesante para la industria del mueble, puesto que multinacionales como Ikea han sacado al mercado sus propias versiones para este tipo de mesas.
Como en todo lo relacionado con la adopción de nuevas tecnologías quizás se necesita una plataforma que ofrezca coherencia a todo el conjunto del IoT y los muebles conectados. Las marcas y los fabricantes buscan ganar cuota de mercado y eso les lleva a utilizar su propio protocolo de comunicación, sin respetar completamente el estándar, lo que provoca que en muchos casos no puedan comunicarse de igual manera con los de otras marcas. Esto puede resultar un poco confuso para el consumidor, sobre todo al principio.
Estas son las opciones que tenemos para controlar el hogar conectado
El potencial de estos objetos y muebles conectados es inmenso y nadie quiere quedarse atrás. Según la consultora Gartner en 2020 habrá 30 mil millones de dispositivos conectados a la web. Estas predicciones impulsan a los grandes protagonistas tecnológicos de nuestro tiempo a crear una plataforma que les permita centralizar el control de nuestra casa y el IoT. Empezando por Google, que compró Nest como un primer paso para un año después presentar Brillo, el sistema operativo basado en Android para el Internet de las cosas.
No es la única gran compañía que ve negocio en este segmento. Microsoft también ha sacado una versión de Windows 10 para el IoT. No, no vamos a tener Windows controlando la luz, se trata más bien de un sistema enfocado a desarrolladores que les ayude a dar rienda suela a su imaginación para crear nuevas funcionalidades. Windows 10 IoT Cores es una plataforma de desarrollo para proyectos en ámbitos como la robótica, la domótica o el Internet de las Cosas que permite, por ejemplo, abrir la puerta de tu casa gracias al reconocimiento facial.
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Por supuesto Apple no quiere quedarse atrás en esta carrera y ya trabaja con su plataforma HomeKit, que permitirá integrar en una sola aplicación todos aquellos dispositivos conectados a un iPhone o un iPad. La primera oleada ya está disponible en las tiendas y tenemos desde enchufes inteligentes hasta sensores de humedad, todo ello integrado y controlado por el asistente de voz Siri.
No son los únicos que están buscando su hueco y otros fabricantes también montan sus propias plataformas para ganarse el favor de los consumidores. Un ejemplo es Samsung, que también está trabajando con su propia plataforma junto a los desarrolladores para buscar soluciones eficientes para el avance en el IoT. Dentro de sus propuestas está el uso de Thread, un protocolo de comunicación que, entre otras mejoras, reduce la cantidad de energía que necesitan para comunicarse los dispositivos, algo muy importante para el desarrollo de la comunicación entre dispositivos que muchas veces no están conectados a la corriente eléctrica.
El ahorro y la eficiencia energética (PDF) en los hogares es uno de los motivos que nos lleva a adoptar la domótica para el control de objetos y electrodomésticos en nuestra casa. Según ABI Research, está previsto que en 2018 haya más de 500 millones de dispositivos domóticos inalámbricos conectados en los hogares.
Un ejemplo de ellos pueden ser las bombillas inteligentes, donde destaca la propuesta de Philips, HUE, que puede iluminar la estancia de forma diferente en función de lo que estamos viendo en el televisor. Panasonic también ha presentado recientemente su propio sistema de monitorización, seguridad y control domótico que además está preparado para conectarse con el Homekit de Apple. No son los únicos, prácticamente todas las marcas están buscando alguna propuesta de valor para entrar en el mercado.
Lo cierto es que todo lo referente a los muebles inteligentes y el Internet de las cosas está todavía en su fase inicial, y como bien decía Vint Cerf cuando hablaba del futuro en el sector, los próximos años van a ser muy interesantes en el desarrollo de todas estas tecnologías que cambiarán la forma que tenemos de relacionarnos con los muebles y los objetos cotidianos en nuestro hogar.
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