En septiembre de 2017 llegaba el iPhone X, y con él la que probablemente ha sido la decisiñon de diseño más controvertida y polémica de todos los tiempos en el segmento de la movilidad. El notch se convertía en esa característica diferencial de los móviles de Apple que podías odiar o amar. Apple no fue la primera en hacerlo (Essential lo había hecho antes con su PH-1), pero fue la que lo puso de moda.
Todos los fabricantes acabaron copiándolo sin demasiada lógica: lo importante era parecerse al iPhone. Ahora nos preguntamos si la decisión de diseño de los iPhone 11 de montar las cámaras sobre un módulo cuadrado en una esquina -cuidado, porque de nuevo no son los primeros en hacerlo, Huawei ya lo hizo en 2018 con su Mate 20 Pro- acabará siendo la nueva tendencia de diseño para "diferenciar" a los móviles de gama alta. Ya hay varios que lo han hecho, y quizás sea algo común en el nuevo curso que comienza.
Si tiene notch tiene que ser bueno, ¿no?
Lo odiases o lo amases, lo cierto es que el notch —o muesca, o ceja, o como queráis llamarlo— fue copiado hasta la saciedad. Dos años después seguimos hablando de él porque todos los fabricantes lo han adaptado en una u otra forma, y aunque muchos se han esforzado por eliminarlo, otros tantos lo conservan con nuevos formatos como el minimalista de la gota o el agujero en pantalla que se ha extendido en algunos móviles de Samsung.
Todos querían ser como el iPhone X. Al menos, exteriormente. Parecer mejores, de gama alta, porque solo con tener ese notch ya parecías ser más de lo que eras. O esa era la idea que al menos transmitieron todos los fabricantes que incluyeron el notch de forma casi irracional. El notch no tenía por qué estar allí, pero estaba.
La opción de diseño se convirtió en una constante en un mercado ultracompetitivo y en el que diferenciarse es vital: si las especificaciones o las prestaciones no son suficientes, el diseño puede serlo.
Apple volvió a mostrar su influencia en el mercado, y creó una tendencia de diseño que en sus móviles tenía razón de ser —el potente Face ID necesitaba ese espacio— pero que en otros terminales se copió o exageró —Google lo hizo en sus Pixel 3— sin que pareciera estrictamente necesario hacerlo.
El notch molestaba, pero sobre todo lo hacía al principio. Quienes acabaron con iPhone X entonces lo dejaron claro: acabas siendo "ciego al notch" no notando que está, y eso también se hizo cierto en el resto de terminales basados en Android que lo integraron.
Afortunadamente Google y los fabricantes aliviaron aún más la tensión al incluir en sus capas de personalización una opción que permitía esconder el notch y situar una franja negra que simulaba ser el marco superior que el notch hacía desaparecer parcialmente.
En los últimos tiempos hemos visto cómo las cámaras pop-up o deslizables han logrado hacer desaparecer el notch por completo, pero en muchos casos ese notch, como decíamos, sigue presente aun cuando se ha adaptado a formatos mucho más reducidos en dimensiones. Tener un notch enorme ya no es diferencial, y ahora puede que nos enfrentemos a otra tendencia de diseño: la de los módulos de cámaras cuadrados.
Ya no es solo tener más caras, es que se vean en un módulo aparte
La lucha por el mejor móvil fotográfico ha sido una de las grandes bazas de la industria para vendernos móviles cada vez más caros. Es sin duda uno de los grandes argumentos del segmento hoy en día, y eso ha llevado a avances notables en esta capacidad en los últimos tiempos.
A la resolución de los sensores le ha sucedido el número y versatilidad de los mismos. Hemos pasado en un suspiro de una a dos, a tres y a cuatro (o cinco) cámaras en la parte posterior, pero no había un criterio claro para situar esas cámaras ni nada que diferenciase especialmente unos móviles de otros.
Sin embargo Apple podría haber establecido un precedente importante con su módulo cuadrado, que ha llegado con polémica por tratarse de un elemento de diseño que va en contra de esa habitual máxima de Apple de apostar por el minimalismo en su lenguaje de diseño.
El módulo cuadrado es ahora la nueva seña de identidad de estos móviles de Apple: es lo que los diferencia de sus antecesores y lo que marca la diferencia para decir "soy nuevo". La pregunta, claro, es si otros fabricantes de móviles basados en Android seguirán esta tendencia.
En realidad la idea no ha sido de Apple: los Mate 20 Pro de Huawei ya utilizaron este módulo cuadrado hace nada menos que un año, y la propia Google tuvo que publicar una imagen de su módulo de cámaras en el inminente Pixel 4 para hacerlo oficial tras las incesantes filtraciones que aparecen desde hace semanas.
Hay otros en esta línea como el Motorola One Zoom, por ejemplo. Esta firma lleva ya años usando un módulo circular en sus diseños de módulos de cámara trasera, y esa tendencia se ha mantenido en varios modelos. Curiosamente el Huawei Mate 30 Pro que también llegará en los próximos días parece integrar esas cámaras en un módulo circular, apartándose así del formato que inició su antecesor.
Otros fabricantes no se han apuntado aún a esta moda pero podrían hacerlo próximamente. Nokia, por ejemplo situó sus 5 cámaras en una curiosa disposición circular (pero sin módulo con protrusión extra) en su Nokia PureView 9, mientras que los Nokia 6.2 y los Nokia 7.2 hacen uso de un módulo circular para su triple cámara en lugar de uno cuadrado.
Puede que estos módulos cuadrados no se conviertan por tanto en tendencia, pero no os extrañéis demasiado si los fabricantes comienzan a usarlos de forma frecuente: diferenciarse de la competencia es importante, pero no dejar que la competencia se diferencie de ti también lo es.
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