Parece una pregunta un tanto absurda a estas alturas de la película. La realidad, sin embargo, es que vistos los últimos terminales que nos ha enseñado la finlandesa la semana pasada en un evento previo al de Londres, empezamos a tener nuestras serias dudas al respecto de cual será el sistema operativo reinante en los Nokia los próximos años.
Faltan apenas 15 días para que arranque el Nokia World en Londres y la finlandesa se juega mucho en esa cita. Muchos dan por seguro el lanzamiento del Nokia 800 o Nokia Sea Ray, pero desde Nokia nos llegan vibraciones en otro sentido. Cuando les hemos preguntado si veremos el 800 en Londres, la respuesta ha sido un escueto y tenso ‘estamos trabajando en ello’.
Windows Phone 7 no está siendo un camino de rosas para Nokia. La razón no es otra que los finlandeses no quieren instalar el sistema operativo como quien llena un camión de fardos al estilo coreano. Quieren que todos sus servicios funcionen en la nueva plataforma y que la experiencia Windows Phone 7 en los Nokia ofrezca un plus sobre otras compañías, que para eso son un socio preferente de la plataforma.
En Nokia temen además que se repita el efecto Nokia N97, que tardó demasiado en salir. El terminal fue anunciado en diciembre de 2008 y no llegó a las tiendas hasta junio de 2009. En ese mismo Mobile World Congress Vodafone anunció el HTC Magic, que salió en mayo, un mes antes del N97. Para cuando los finlandeses quisieron darse cuenta, Android se los estaba comiendo vivos en gama alta.
La debacle a manos de android hizo que rodasen cabezas y el Canadiense Stephen Elop se convirtió en el primer CEO no finlandés de la compañía en septiembre de 2010. En febrero de 2011, Elop anuncia que la empresa, metafóricamente, está en llamas y que se paraban todas las máquinas para empezar el proceso de adopción de Windows Phone 7 como nuevo SO.
Symbian, con nombre de mujer
Desde entonces, Nokia está capeando el temporal como buenamente puede, con sucesivos recortes de plantilla que han afectado a miles de personas y un catálogo de terminales que sigue partiendo la pana en gama media y baja pero que ha sido completamente desplazado en gama alta.
En agosto de este año. Nokia sorprende a propios con el lanzamiento de Symbian Anna, una nueva versión que, a primera vista, parece una actualización estética de Symbian 3. Le sigue en poco tiempo Symbian Belle y aquí se empieza a ver que Symbian no esta ni mucho menos tan muerto como algunos querrían.
Por si alguien no lo había notado, los nuevos Symbian tienen nombre de mujer en orden alfábetico (aún no se sabe qué nombre llevará Symbian C). El parecido de esta nomenclatura con los postres de Android no es pura casualidad. Después de años empecinados en hacer de su capa un sayo, los ingenieros de Nokia por fín se han visto entre la espada de Elop y la pared. O se ponían las pilas de una vez o ya sabían donde estaba la puerta. Muchos eligieron esta segunda opción.
Desde Nokia nos reconocen, con la boca pequeña, que Symbian Belle ha copiado muchas ideas de IOS y Android, desde la gestión de iconos y widgets, hasta la barra de notificaciones o los menús. Será copia o no, y a buen seguro que habrá quien siga defendiendo la mecánica de la versión 3 contra viento y marea, pero Symbian Belle Funciona, y lo hace además muy bien. Internamente Symbian siempre ha funcionado con estabilidad. Era la experiencia de usuario lo que lo lastraba, y la nueva versión ha mejorado, a nuestro juicio, formidablemente en este sentido.
En teoría, en 2016 Nokia deja de dar soporte a Symbian. Algo nos dice que para esa fecha el venerable SO va a estar dando tanta guerra que el soporte continuará.
Nueva numeración y terminales ¿hipster?
En la jornada de la semana pasada, Nokia nos explicó la nueva nomenclatura de sus teléfonos, que se ha simplificado al máximo. Cada nuevo modelo estará designado por un número de tres cifras (100, 200, 500…). Cuanto mayor sea este número, mayores las prestaciones del terminal. La primera cifra determina la familia a la que pertenece.
Nokia también nos explicó como todo su catálogo de terminales cumple normas de ecología y sostenibilidad que les ha valido certificaciones como la RoHS sobre sustancias peligrosas en la UE y el primer puesto en la lista de compañías tecnológicas verdes otorgado nada menos que por Greenpeace.
¿Sirve de algo ser verde? Todo depende de cómo quiera posicionarse Nokia. Sus terminales son los más ecológicos, sus prestaciones son buenas, a nivel de hardware, y ahora se apoyan en un sistema operativo que por fín funciona. Se trata de smartphones pequeños, manejables y muy coloridos. Son muchas papeletas para atraer a todo un mercado de hipsters y gurús de la moda alternativa que quieren un móvil sencillo, bonito y asequible pero con buenas prestaciones y conexión a internet.
Basta mirar el mercado de móviles para ver que en la gama media hay un enorme hueco parcialmente cubierto por Android con terminales que dejan bastante que desear en prestaciones y rendimiento. Un ‘Ubergeek’ que trastee con cientos de aplicaciones no va a comprar un Nokia 500, pero no nos podemos engañar creyendo que este tipo de consumidor es mayoritario. En este sentido tenemos la sensación de que otras marcas están dejando un espacio por el que Nokia puede seguir creciendo en el segmento smartphone de gama media y media-alta.
El doble filo de las operadoras
En España estamos tremendamente acostumbrados a que los móviles nos salgan ‘grátis’. En realidad esto es una distorsión de la realidad, ya que subvención no es igual a gratuidad, pero al final nos llevamos un dispositivo de 700 euros sin echar mano a la cartera, y eso genera un problema muy grave: No valoramos lo que llevamos en el bolsillo.
Este campo de distorsión de la realidad de las operadoras no beneficia para nada a Nokia que en el mercado libre es, probáblemente el fabricante con mejor relación precio-calidad. Pero nadie se fija en un Nokia libre de 300 euros y prestaciones medias cuando tiene un superphone al lado subvencionado por el mismo precio o menos.
El problema de los terminales de operadora es que, primero, las compañías ya están valorando el dinero que pierden con tanta subvención y no sería raro que en el futuro cambien el sistema por otro de financiación. Segundo, desaparezca o no la subvención, los terminales de operadora son un dolor crónico en lo que a actualizaciones se refiere por culpa de la maldita personalización y bloqueo de SIM.
Desde Nokia ya nos han comentado que los terminales comercializados hasta ahora, como el N8, serán actualizables a Symbian Belle y, creedme, un N8 con Symbian Belle vuela. Lo hemos probado. Pero Nokia también ha puntualizado que la actualización es para terminales libres y que la llegada de Belle a los teléfonos de operadora depende por completo de si la operadora lo habilita o no. Como veis, hacerse con un terminal subvencionado no es tan chollo como parece.
Otro detalle interesante es el NFC. La conectividad NFC que Nokia ofrece ahora es libre y se usa para dispositivos accesorios como altavoces. El problema es que, cuando salga un medio de pago por NFC, ninguno de los terminales actuales servirá ¿Por qué? Pues porque la plataforma de pago no se ha determinado todavía y la culpa es de entidades bancarias, operadoras y compañías de servicios financieros como Visa que no se ponen de acuerdo porque cada una quiere el trozo de pastel más grande.
De Londres al futuro
Cerramos este repaso a la situación de Nokia volviendo de nuevo la vista a Londres, donde en unos días conoceremos lo que los finlandeses nos tienen preparados. Desde Nokia España niegan en redondo cualquier anuncio que implique tablets o Windows 8. Si nada falla, deberíamos ver el Nokia 800 con Windows Phone 7 en su versión Mango.
Lo que ocurra después de eso es una incógnita. Windows Phone es una plataforma muy sólida y que parece funcionar muy bien en smartphones de gama alta, pero todavía no ha logrado obtener una cuota de mercado decente. Android falla más que una escopeta de feria, su problema con las actualizaciones es de juzgado de guardia y más de un fabricante empieza a mirarlo con recelo desde la compra de Motorola por parte de Google.
IOS funciona y es sólido, pero Apple también vive días extraños desde la pérdida de Jobs. Blackberry OS es una apuesta estupenda pero también sufre, como Symbian, del problema de la falta de aplicaciones y la caída del servicio de estos últimos días no les está haciendo ningún bien.
Todo parece indicar que en Nokia apuestan por Windows Phone para su segmento de terminales de gama alta, pero alguien ha decidido en la compañía no jubilar todavía a Symbian y seguir desarrollándolo, una prudente decisión. Mientras tanto, el recientemente anunciado sistema operativo Meltemi, basado en Linux, patrece llamado a ser el sustituto de S40 y S60. El mundo de los sistemas operativos móviles nunca ha estado tan en el aire y parece que Nokia no son los únicos que buscan una salida. 2012 va a ser apasionante en este sentido.
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