A veces merece la pena hacer un ejercicio de retrospectiva en el mundo de la tecnología para ver de dónde venimos y la situación en la que nos encontramos ahora. A corto plazo parece que las novedades que hay en el sector parece que la evolución es pequeña pero si echamos la vista más atrás vemos que el cambio y la transición a veces resulta inmensa.
Un buen ejemplo son las pantallas de los smartphones. Parece mentira pero hasta 2001 no vimos los primeros teléfonos móviles, OKWAP i108 y Sony Ericsson T68M, con pantalla a color. Trece años más tarde, con el LG G3 hemos llegado a tener más de 500 píxeles por pulgada. Como veis el salto es grande, aún si reducimos esa horquilla de tiempo. De 150.000 píxeles a 3,5 millones hay mucha historia, e hitos de por medio.
Cuando 2,6 pulgadas nos parecían grandes y espectaculares
Todavía recuerdo, en plan muy nostálgico la primera vez que vi un Nokia N95. Recuerdo que se lo compró el hermano de una exnovia, alguien que no era especialmente techie pero que el dinero le permitía poder darse ciertos caprichos. Tenía un Siemens C65 y ver aquel “pantallón” en su momento reconozco que me impactó.
2,6 pulgadas de tamaño, una resolución de 240x320 píxeles y 16 millones de colores. Una pasada, no era un móvil grande para los cánones de por aquel entonces ya que el teclado se escondía detrás con una bandeja deslizable. Un gran teléfono, que además en su día supuso un avance bastante importante en el mundo de la fotografía con el teléfono móvil.
Qué barbaridad, pensaba por aquel entonces. Me parecía una pantalla enorme y sobre todo muy conseguida: nítida, las imágenes se veían realmente bien. Fue un referente ya que los finlandeses animaron a la competencia del momento (Samsung, Sony Ericsson, Siemens, Motorola) a lanzar móviles con pantallas más grandes sin comprometer mucho las dimensiones del teléfono móvil ya que todavía se estilaba que mientras más pequeño mejor.
A pesar de superarle en tamaño y resolución, los fabricantes tardaron en ponerse en los 16 millones de colores del Nokia N95
La recuerdo con gran cariño, era un buen panel que ahora sé que queda completamente obsoleta en comparación con cualquier smartphone del momento. Lo que no sabían por aquel entonces los finlandeses es que su ocaso iba a llegar pronto por no saber adaptarse a los tiempos que corrían y precisamente con la siguiente gran innovación del momento empezaron a perder fuelle: la capacidad táctil.
Llegaron las táctiles: de las resistivas a las capacitivas
La tecnología táctil no era algo precisamente novedoso en los años de la primera década del siglo XXI. Ya la habíamos visto en las PDAs y los Pocket PC, aquellos móviles grandes que veíamos a los ejecutivos del momento y nos parecían enormes. Siempre iban con su puntero para evitar plantear los dedos encima, todavía los protectores oleofóbicos eran un sueño.
Según se iban popularizan los smartphones, sobre todo con compañías como HTC, las pantallas táctiles eran cada vez más comunes. Se le podía considerar un gran avance sino fuera por un estigma que estuvieron llevando encima demasiado tiempo. Estamos hablando, como no, de la tecnología resistida.
Eran pantallas táctiles, sí, pero su funcionamiento era bastante tosco y torpe: tiempos de respuesta bastante altos, a veces su funcionamiento no era el mejor y bueno, dada la sensibilidad que tenían a veces para ejecutar cientos comandos parece que agredíamos a nuestro móvil. Todo eso cambió con un debutante en el mundo de la telefonía: Apple y su iPhone.
En los últimos años se ha repetido cual mantea que los de Cupertino nunca entran a una categoría sin asegurarse de que pueden lanzar un buen producto. Razón no les falta, todo sea dicho, y su iPhone fue todo un acierto. No sólo por definir buena parte de los cánones de la telefonía inteligente actual sino por dar el gran pasos de la pantalla resistiva a la capacitiva.
Se mejoró la respuesta de la pantalla. Tiempos más rápidos, mayor sensibilidad y algo muy importante: la introducción de los gestos. Deslizar el dedo para desbloquear la pantalla, “pellizcar” para hacer zoom… Cosas que ahora nos parecen muy naturales pero Apple fue una pieza clave para entender este cambio. Ahora resulta inaceptable un smartphone con pantalla táctil resistida.
De cara a la galería, iPhone pasará a la historia por muchas cosas y aunque fue el smartphone que popularizó las pantallas capacitivas no fue el primero. Ese honor queda reservado para el LG Prada. Un teléfono de finales del 2006 que tuvo un éxito discreto. La pantalla funcionaba bastante bien, a pesar de su limitada resolución de 240x400 píxeles, pero fue Cupertino quien logró sacarle más provecho.
A día de hoy cualquier pantalla ofrece una respuesta táctil realmente ágil. Es algo que damos por sentado pero durante años hemos tenido que pelear con teléfonos realmente frustrantes. Quizá por eso los siguieron haciendo resistentes: para aguantar nuestra ira al ver que no funcionaban bien.
Pasó el tiempo y esas 2,6 pulgadas del Nokia N95 que nos parecían grandes se convirtieron en diminutas. Ser táctiles nos ayudó a eliminar el teclado, salvo la irreductible BlackBerry que hoy no es más que las ruinas de una vieja gloria. Ganaron protagonismo y espacio. Los smartphones se hicieron más grande pero a la vez que crecían la densidad no iba al mismo ritmo. De nuevo, la siguiente innovación vino por parte de la compañía de la manzana mordida.
Apple volvía a innovar: las pantallas Retina
Verano del 2010, para algunos sigue siendo el iPhone más innovador que ha salido hasta la fecha. El iPhone 4 dio un salto que ahora, cuatro años más tarde, ya ha sido superado con creces pero que en su momento fue algo realmente espectacular. Con el nombre retina display, Apple colocaba un panel IPS de 3,5 pulgadas con una resolución de 960x640 píxeles.
Fue un gran paso adelante y durante mucho una ventaja competitiva importante frente a otras compañías que buscaban ofrecer más tamaño pero sin competir ni en resolución ni en calidad de imagen con lo que ofrecía Apple. A todo esto hay que sumarle el salto que dieron con la pantalla capacitiva pero sobretodo con el lenguaje de gestos que crearon para usar la telefonía de una forma diferente a como lo habíamos hecho. Sé que suena demasiado bonito pero al César lo que es del César, amigos.
Con el iPhone 5 creció un poco y se espera que con la nueva generación de smartphones de Apple se produzca un nuevo salto en tamaño y, por consiguiente, en relación. Fueron innovadores como hemos visto pero hay que reconocer que a día de hoy ha cedido la batuta de la innovación tecnológica en telefonía móvil a otras compañías. De nuevo, cada uno lo que le pertenece y se merece. No hay más.
El resto de fabricantes tardaron bastante tiempo en cogerles la medida y no fue hasta 2012 cuando de verdad se empezó a ver que la competencia se había puesto las pilas. El resto de historia desde ese punto ya la conocéis y luego la repasaremos porque son más hitos que componen esta retrospectiva de todo lo relacionado con las pantallas de los smartphones en los últimos siete años.
Samsung y su personal batalla con las pantallas AMOLED
Resulta difícil, sino imposible, saca a Samsung del mercado de telefonía actual para intentar entender qué más allá del casi infinito catálogo de teléfonos inteligentes de los coreanos. Haciendo un ejercicio de imaginación y eliminando a Samsung de la ecuación nos saldría un binomio de tecnologías que dominan en este sector: TFT y LCD.
Casi todos los grandes fabricantes han decidido apostar de lleno y en firme por alguna de las dos. Sin embargo Samsung en su particular forma de hacer las cosas, my own way que diría Frank Sinatra, decidió apostar por su propia tecnología en un esfuerzo también por ser una compañía más vertical y no depender en exceso de otros proveedores, sobre todo en temas tan sensibles como la producción de paneles.
Con todo eso, Samsung logró atraer a mucha gente con su Samsung Galaxy S. Un terminal que por aquel entonces no sólo era puntero en especificaciones sino que contaba con una particularidad que hacía que la gente se sintiera muy atraída: su pantalla Super AMOLED.
La evolución de las pantallas AMOLED ha sido excelente
Colores vibrantes que lograban cautivar a pesar de que sabíamos que sus pantallas tenían un problema: pentile. Esta distribución de puntos en el panel favorecía que ciertos colores tuvieran más protagonismo y por extensión mostraba la imagen con no mucha fidelidad.
Cualquier poseedor de uno de los dos primeros Samsung Galaxy S recordará cómo la tecnología AMOLED coloreaba un sutil tono azul cuando intentaba mostrar un blanco. Muchos criticaron a Samsung por apostar por una tecnología que, a pesar de ser propia, parecía un poco atrasada en cuanto a la forma de mostrar los colores.
Es cierto que también tenía (y sigue teniendo) ventajas. Poder encender los puntos de forma individual sin comprometer a todo el panel permitió con el año ciertos trucos como por ejemplo el que usa el Motorola Moto X para mostrar notificaciones en la pantalla de forma muy sutil y con un consumo de batería bastante discreto. Esto posteriormente se aprovechó también con las fundas inteligentes de los coreanos.
Al caso, el patito feo de Samsung siguió manteniéndose en cada Samsung Galaxy S y mientras algunos se mofaban de él y criticaban su calidad frente a sus competidores él no se rindió y siguió evolucionando. El Samsung Galaxy S3 ya demostró dar un paso adelante para enmendar sus errores, el S4 lo corroboró y el S5, a día de hoy, es una de las pantallas más atractivas del mercado.
ClearBlack, porque no todo el AMOLED es de Samsung
Es cierto que hablar de paneles AMOLED es prácticamente sinónimo de hablar de Samsung. Sin embargo no fue la única compañía que aprovechó sus virtudes. Ya en 2010 Nokia cogió este tipo de pantallas para desarrollar la tecnología ClearBlack que permitía reducir los brillos en condiciones donde se reflejaba mucha luz.
A día de hoy este avance de los finlandeses se mantiene vigente en muchos de sus terminales y no es casualidad: sigue funcionando muy bien y la competencia ha intentado recortarles ventajas metiendo pantallas más luminosas en vez de intentar abordar el problema de los brillos de otra forma como ha hecho Nokia.
TFT, IPS y la normalización de las buenas pantallas en los smartphones
No se puede considerar un hito per se pero resulta difícil no acordarse de la tortuosa evolución que tuvieron los primeros smartphones, sobre todo Android, hasta los que usamos a día de hoy. Hace unos años comprarse un gama baja era síntoma de disfrutar de una pantalla de mala calidad.
A día de hoy casi cualquier smartphone goza de una pantalla que no sólo responde bien sino que es muy competente haciendo su labor. Es cierto que no es lo mismo la pantalla de un Motorola Moto E que la del nuevo LG G3 pero establecer este tipo de comparaciones resulta un sinsentido.
La realidad es que las pantallas de la gran parte de los smartphones han dado pasos importantes para ser utilizables y ofrecer un buen rendimiento. Rara vez nos dejan tirados u ofrecen un rendimiento que sea pésimo. La situación se ha normalizado hasta que aparezca un nuevo cambio importante. Seguimos avanzando en el tiempo, hasta el 2013.
2013, el año de la resolución Full HD
Mientras las pantallas de los smartphones crecían y la categoría phablets se iba consolidando a finales de 2012 muchos nos empezamos a preguntar: ¿cuál sería el elemento que iba a definir la generación de smartphones del 2013? Muchos apuntaron con acierto a las cámaras fotográficos, fue el año en que nació el flamante Lumia 1020, pero no fue el único apartado que vino pisando fuerte.
En el CES del 2013 Sony era la primera en disparar con su Sony Xperia Z. Un smartphone que no sólo supuso un cambio de paradigma frente a los anteriores tope de gama de los japoneses sino que su pantalla full HD era un paso más frente a las HD que vimos en los meses anteriores.
Ser pionera fue un precio un poco caro para Sony ya que en poco tiempo el HTC One y el Samsung Galaxy S4 se colocaron con opciones más interesantes. Quizá por eso en IFA tuvieron que renovar equipo y entrar en una dinámica a la que parece que otros fabricantes se están sumando y no me gusta nada: un buque insignia cada seis meses.
Al caso, al principio parecía que el salto entre HD y Full HD no era para tanto. El tiempo, y darles tiempo, nos ha demostrado que las pantallas táctiles habían llegado a un punto de maduración óptimo. Mucha iluminación, buena colorimetría y una respuesta táctil excelente.
El 2013 fue, con permiso de la fotografía móvil, el año de las pantallas. Ha sido cuando más han lucido sin ningún tipo de discusión. También fue el momento de ver que toda la tecnología que había liderado Apple con su Retina Display se había quedado vetusto aunque hay quienes defienden, con criterio en mi opinión, diciendo que no hace falta más densidad. Razón no les falta pero parece que en LG discrepan y tienen algo más que decirnos.
El futuro más inmediato lo lidera LG: la curva y la resolución QuadHD
No me gusta especular pero a día de hoy son dos los elementos que lideran la innovación y los próximos pasos en el mundo de las pantallas en los smartphones. Por un lado tenemos la muy discutible curva en la pantalla. Como vimos en nuestro análisis tienen mucho que mejorar. Veremos si se queda en un experimento aislado o no pero es una posibilidad más a pesar de que de momento no ha demostrado un gran valor diferencial frente a los paneles planos.
La otra innovación nos viene desde los paneles con resolución QHD. Cuatro veces HD (720p) que no Full HD (1080p). Ojo al dato. Fue curioso ver cómo a principios de año nos fijáramos en los tres grandes fabricantes (HTC, Samsung y Sony) por ver quién sería el primero en ir más allá de la alta definición.
No fue ninguno de ellos, ni tampoco LG en realidad porque Vevo (un pequeño fabricante chino) anunció a finales de año su móvil con resolución QHD. Eso sí, quien de verdad lo va a popularizar y expandir van a ser los coreanos, aquí el músculo pesa más que haber llegado unos meses antes.
¿Se nota o no la diferencia? No he tenido todavía la oportunidad de probar el LG G3 para comprobar si realmente hay un salto sustancial frente a los paneles Full HD. Siento mucha curiosidad y parece que los planes de otros fabricantes es adoptar estos paneles cuanto antes. Samsung con su futuro Prime suena con fuerza y Japan Display ya está empezando a producir en masa paneles con esta resolución.
¿Marcará la diferencia el QHD? Está por ver
No diré qué será lo próximo pero es innegable que en sólo siete años hemos tenido una evolución espectacular. Lo hemos repasado en estas más de 2.000 palabras y ahora, para concluir, vamos a ver en una tabla algunos de los terminales que hemos mencionado a lo largo del artículo. Tantos píxeles se merecen nuestra atención, no sólo para ver fotos, leer o vídeos sino para reconocer su grandeza.
Sony Ericsson T68i | Nokia N95 | HTC Dream | iPhone 4 | Samsung Galaxy SIII | iPhone 5 | Sony Xperia Z | LG G3 | |
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Año de lanzamiento | 2002 | 2007 | 2009 | 2010 | 2012 | 2012 | 2013 | 2014 |
Tamaño | 0,57 pulgadas | 2,6 pulgadas | 3,2 pulgadas | 3,5 pulgadas | 4,8 pulgadas | 4 pulgadas | 5 pulgadas | 5,5 pulgadas |
Resolución | 101x80 píxeles, 256 colores | 240x320 píxeles, 16 millones de colores | 320x480 píxeles, 65.000 colores | 640x960 píxeles, 16 millones de colores | 720x1280 píxeles, 16 millones de colores | 640x1136 píxeles, 16 millones de colores | 1080x1920 píxeles, 16 millones de colores | 1440x2560 píxeles, 16 millones de colores |
Densidad | 226,04 ppp | 153,85 ppp | 180,28 ppp | 329,65 ppp | 305,96 ppp | 325,97 ppp | 443 ppp | 534,04 ppp |
Tipo de panel | STN LCD | TFT | TFT capacitiva | IPS LCD capacitiva | Super AMOLED capacitiva | IPS LCD capacitiva | TFT capacitiva | IPS LCD capacitiva |
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