ASUS ROG Phone tras un mes de uso: la innovación en móviles gaming corre más que sus juegos

ASUS ROG Phone tras un mes de uso: la innovación en móviles gaming corre más que sus juegos

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ASUS ROG Phone tras un mes de uso: la innovación en móviles gaming corre más que sus juegos

Va siendo hora de que todos nos hagamos a la idea de que el sector de los móviles para jugadores es ya una realidad que apunta a ser cada vez más común. Un invento que se inició con más marketing que aciertos que alabar pero que, poco a poco y de la mano de terminales como el AUS ROG Phone, parece ir encaminándose hacia lo que realmente muchos demandamos.

Tras un mes de uso con el último móvil gamer, mis sensaciones siguen siendo casi las mismas que viví hace un año con el primer Razer Phone. Valoro y aprecio que todo gire entorno a uno de mis pasatiempos favoritos, pero es fácil encontrarse con un exceso de posibilidades en el lado gamer que limitan (o no explotan con la misma fuerza) las opciones como móvil de uso diario.

El portento técnico del ASUS ROG Phone

Sin ceder ninguna opción a queja, ASUS parece haberle pedido una lista de la compra al jugador más exigente de móviles para dar vida a su smartphone gaming. Montando un Qualcomm Snapdragon 845 con 8 núcleos a 2,96 GHz y valiéndose de una pantalla AMOLED de 6" Full HD+ con tasa de refresco a 90Hz, el terminal de la marca asiática es, sin duda alguna, todo un portento en lo técnico.

8GB de memoria, y almacenamiento más que suficiente para batallar entre las fotos de su cámara de 12+8 megapíxeles y la inmensa cantidad de juegos que hay en el catálogo de Google Play, completan las características de un terminal que no se olvida de la comodidad y la innovación en lo que a jugar se refiere.

De grandes dimensiones y un peso de 200 gramos, siempre es más fácil acostumbrarse a él en modo apaisado que en vertical, pero a base de líneas finas y estilizadas consigue parecer un terminal mucho más manejable de lo que realmente es. Por suerte, en lo estético, también han sabido contenerse en su diseño, y aunque mantiene ese toque futurista que tan bien parece funcionar entre el sector de los jugones, resulta mucho más sutil y elegante que lo que podemos ver en el mundo de los ordenadores portátiles.

Ponerlo a trabajar a plena potencia, exprimiéndolo a nivel de rendimiento con acciones como aumentar la capacidad del procesador y utilizando su doble altavoz estéreo frontal, puede reducir sus cerca de 10 horas de uso normal a la mitad, así que se agradece poder contar con un sistema de carga rápida que no nos deje colgados. El objetivo estaba claro, dejar al jugador de móvil contento.

¿Qué es un jugador de móvil?

Habrá quienes opten por mantener esa caduca moda de decir que todo el juego en móvil es ‘Candy Crush’. Más o menos la misma exactitud con la que se dice que todos los peceros juegan a ‘World of Warcraft’ o ‘League of Legends’, que los de consola no pasan del ‘FIFA’ y ‘Call of Duty’, o que los de Nintendo son unos infantiles.

Sin ser yo muy fan de generalizar, parece que los desarrolladores de móviles gaming abrazan esa práctica con una única idea en mente: si eres jugador quieres un móvil con una pantalla que trabaje a más de 60Hz, que tenga unas tripas capaces de sacar pecho en un benchmark y que goce de una estética futurista.

Tras un mes con el ASUS ROG Phone, tengo la experiencia de que los juegos no me permiten sacarle partido a todas sus posibilidades

Sobre la idea de que todas esas características vayan a la par de lo que ofrece el mercado del videojuego en móvil, ya hablamos otro día. La cuestión es que, de hacerse realidad la improbable posibilidad de que alguien decida lanzar un juego con graficazos que sólo pueda funcionar en este tipo de terminales, tú puedas llegar a disfrutarlo.

Un choque de trenes en el que por un lado se mueve la necesidad de apuntar cada día más alto y, por el otro, las compañías lanzan sus juegos con la intención de que corran en cuantos más terminales mejor. Al final lo que nos encontramos son recortes y optimización frente a unos pocos lanzamientos en los que, de primarse lo visual, se hace con títulos que limitan al máximo sus interacciones.

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Ya sea con un juego de coches como ‘Asphalt 9’, que tira de automatismos para controlar al máximo lo que muestra en cada momento, o con otros de ese mismo estilo que dan para completar una buena lista de experiencias automatizadas con buenos gráficos como ‘Iron Blade’ o ‘Cover Fire’. Formatos a la hora de simplificar la experiencia que ya salpican hasta a los competitivos. Ahí está ‘Shadowgun Legends’ para demostrar que el disparo automático es más rentable que llenar la pantalla de botones.

El móvil para jugar frente al uso diario

A ese escenario toca sumarle el hecho de que, como ocurre en todos los otros dispositivos enfocados al videojuego, el portento gráfico no siempre es la única baza. Si dedico muchas horas a jugar en el móvil es porque ofrece una gran variedad de títulos y experiencias, desde opciones más aparentemente demandadas como ‘PUBG’ y ‘Fortnite’, hasta otras que parecen pasar más desapercibidas pero son igual de recomendables como el reciente ‘Oddmar’ o experiencias aún más alejadas de lo clásico como ‘Mini Metro’.

Me parece importante destacarlo porque, en esencia, terminales como este ASUS ROG Phone van destinados a un público y jugadores muy concretos y, volviendo al tema de los generalismos que comentábamos unas líneas más arriba, no ampliar o simplemente suavizar ese enfoque a menudo trae consigo consecuencias negativas.

En el caso del ASUS ROG Phone, tras esta experiencia de un mes, es la sensación de que no le saco el partido necesario a sus posibilidades. Si bien es cierto que no puedo tener quejas sobre el rendimiento de toda esa gran variedad de juegos, incluidos los más exigentes, no hay nada que me haga justificar el precio que hay a sus espaldas.

Probándolo constantemente se me planteaba una pregunta en la cabeza. Si colocase el ASUS ROG Phone en una mesa junto a otro puñado de terminales y mi objetivo fuese jugar, sin duda alguna optaría por el móvil de ASUS. Si en cambio lo que tuviese que hacer fuese cualquier otra cosa, la decisión en ningún caso estaría tan clara.

Aspectos como la comodidad en el uso del día a día (especialmente en su uso en vertical), moverme por redes sociales o utilizar el teléfono como cámara de fotos, algo que parecen no haber comprendido las compañías (sí, hacemos más cosas con el móvil además de jugar), son sensiblemente inferiores o más incómodos a lo ofrecido por un terminal que se mueve en el mismo rango de precio.

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Más por quedarse en lo básico o no ser capaces de sorprender, que por el hecho de ofrecer una mala experiencia, fácilmente sacrificaría aspectos como un avanzado sistema de sonido o la posibilidad de hacer overclocking, por una cámara de mejores prestaciones o una batería que pudiese mantener más mi ritmo de juego y uso diario.

Y pese a todo ello, es un paso adelante

Pese a que cualquiera podría llegar a pintar todo este escenario como negativo, lo cierto es que me gusta quedarme con las sensaciones positivas, y ahí el ASUS ROG Phone me ha dado muchas esperanzas para creer que, con más o menos desviaciones, vamos en el camino correcto.

Opciones como los AirTriggers o la refrigeración son elementos a los que te acostumbras muy fácilmente. No sólo por lo cómodos que puedan resultar cuando te acuerdas de ellos, más aún por lo mucho que puedes llegar a echarlos en falta cuando no los tienes a mano. Problemas como el de que te falten botones físicos, o que el móvil se caliente cuando el vicio se te va de las manos y los codos se te marcan en las rodillas, son ya un clásico. Espero no ser el único en sufrirlos.

Nos encontramos en un punto en el que todo lo que huele a gaming acaba derivando en precios muy altos

El ASUS ROG Phone soluciona el primero con unos botones virtuales que se encuentran en la parte superior cuando colocas el terminal en horizontal, su posición natural, y actúan bajo presión como si fuesen los gatillos de un mando. Algo así como un L1 y un R1 que sólo se activan al apretar (sin botón físico, propiamente dicho) y devuelven una vibración que actúa como feedback adicional.

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El sistema permite activarlos cuando quieras y guarda la configuración que desees para cada juego. Si en uno quieres utilizar uno de ellos como botón de disparo y el otro como el de apuntado, sólo tienes que mover las marcas correspondientes al punto de la pantalla que desearías presionar al activarlos. Funciona a las mil maravillas y, dejando la pantalla mucho más limpia, permite que podamos movernos, manejar la cámara y realizar acciones sin tener que batallar con botones táctiles.

A que toda esa experiencia sea aún más cómoda siempre ayuda el hecho de que el ASUS ROG Phone siempre se mantenga como un témpano gracias a su sistema de refrigeración. Métele lo que quieras y durante el tiempo que quieras (siempre que su batería te lo permita), que no va a pestañear.

Mi opinión tras un mes de uso

Opciones para quererlo hay muchas. Para creer que puedes disfrutar del juego en móvil con otros terminales de la misma gama o incluso inferiores, también. Lo peor que se le puede achacar al ASUS ROG Phone es querer jugar en una liga muy específica. Por ahora demasiado de nicho y, si me preguntáis en base a mi experiencia, más aspiracional que necesaria.

Jugar en un ASUS ROG Phone a títulos de Android se siente como tener una GTX para jugar al Buscaminas

Es cierto que el futuro pinta bien para este tipo de terminales, especialmente cuando empecemos a hablar de juego en la nube y posibilidades a nivel de rendimiento para juegos realmente exigentes, pero son ideas que siguen sobrevolando el panorama del videojuego en móvil (y en sobremesa) y aún no han acabado de aterrizar completamente.

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Para cuando lo hagan, probablemente la opción más acertada seguirá siendo reducir un poco las especificaciones y optar por incluir junto al terminal accesorios mucho más útiles y valorados que una cancelación de ruido para poder comunicarte con tus compañeros por un chat de voz.

Accesorios como el dock, para poder jugar más cómodamente en la tele y con un mando en las manos, o el propio acople del ASUS ROG Phone para añadir joysticks y botones físicos, harían apreciar mucho más la oportunidad del desembolso que propone. Sin embargo su falta y venta por separado son movimientos que siguen sin sorprendernos, menos aún en un mercado en el que todo lo que huela a gaming se encarece de forma espectacular.

Por muy contento que pueda estar con su rendimiento, a día de hoy siempre tendré la sensación de que estoy desaprovechando su potencial. Que me he comprado un ordenador de la NASA para poder jugar al busca minas. Es el problema de que los móviles cada vez quieran parecerse más a una consola portátil y, por contra, el desarrollo de juegos para este tipo de plataformas quiera alejarse lo máximo posible del mercado del desarrollo triple A.

El terminal ha sido cedido para las pruebas por ASUS. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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