Israel lleva semanas vacunando contra el coronavirus más rápido que nadie y los primeros datos son realmente prometedores

Israel lleva semanas vacunando contra el coronavirus más rápido que nadie y los primeros datos son realmente prometedores

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Israel lleva semanas vacunando contra el coronavirus más rápido que nadie y los primeros datos son realmente prometedores
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Javier Jiménez y Javier Lacort

Israel se ha convertido por méritos propios en el gran laboratorio mundial de la vacuna contra el coronavirus. Desde el 19 de diciembre, unos 2,5 millones de personas han recibido la primera dosis y un millón, la segunda. Algo que, en un país de poco más de nueve millones de habitantes, supone toda una proeza logística.

Tanto es así que no solo encabeza la lista de países que más dosis han puesto por cada 100 habitantes, sino que con una fuerte sanidad pública, una vigilancia epidemiológica avanzada y su relativo asilamiento habitual es el lugar ideal para buscar las respuestas que necesitamos para las grandes preguntas sobre la vacuna: ¿Qué efectividad tendrá en un entorno real? ¿Qué efectos epidemiológicos podremos esperar? ¿Cuándo empezará a tener efectos en el número de nuevos contagios, hospitalizaciones y fallecidos?

Todos los ojos están sobre Israel

La historia del 2020 israelí es la historia de cómo un tremendo éxito inicial se convirtió en una tragedia. Mientras muchos países sufrían una durísima primera ola, las estrictas medidas iniciales de Israel funcionaron tan bien que para el 17 de mayo ya estaba el país de nuevo en funcionamiento, como si nada hubiera pasado. Cuatro meses después, se convertía en "el primer país del mundo en volver a andar la senda del cierre total".

Pero ahí no acaba la historia. Pese a que el 19 de diciembre arrancaron las vacunaciones y llevaban más de 200.000 dosis, el 26 de diciembre, con más 3.000 casos diarios, el gobierno de Netanyahu volvió a aprobar en confinamiento estricto. Un confinamiento que en muchos aspectos sigue en vigor y que, desde el punto de vista analítico, enmascara los datos que llegan desde allí (haciendo muy difícil interpretar lo que ocurre en el país).

Fundamentalmente, porque como hemos aprendido este año, un confinamiento estricto tiene un efecto muy importante en la reducción de nuevos casos. En la medida en que el incremento del número de vacunas coincidió con la introducción del confinamiento, se hace difícil relacionad directamente la bajada de nuevos casos y el número de vacunados.

Israel Vacunacio N 001

Con el paso de las semanas tendremos microdatos que nos ayudarán a ver la evolución con mayor nitidez; no obstante, por ahora tenemos datos mejores. Maccabi Health Services, uno de los cuatro grandes proveedores sanitarios del sistema israelí de salud, ha publicado los datos epidemiológicos de 50,777 pacientes (mayores de 60 años) vacunados entre el 19 y el 24 de diciembre. Gracias a esto, podemos comparar la evolución de este grupo en términos de contagios y hospitalizaciones con respecto al total de los mayores de 60 años. Es decir, con todas las limitaciones, nos permiten comparar poblaciones relativamente homogéneas en una especie de "experimento natural" que resulta interesantísimo.

Además, de entrada, los resultados son muy positivos: en número de nuevos casos entre los vacunados cayó casi un 60% desde su pico máximo (y entre 13-23 días); mientras tanto, las cifras generales se han mantenido relativamente estables en una especie de fase meseta de la tercera ola. Hay varias consideraciones a tener en cuenta: por un lado, en la línea roja están también todos los vacunados después del 24 de diciembre. Es decir, probablemente las cifras ajustadas serán mejores resultados.

Israel Vacunacio N 002

Pero, por otro lado, como señala Eran Segal, pese a que la sanidad pública israelí es muy eficiente, se puede ver un sesgo claro: hay más vacunados en entornos socioeconómico alto que, además, partían de niveles menores de contagios. Eso puede hacer que los datos sean algo mejores de lo que son en realidad: al producirse un "efecto Mateo" inmunológico. Es decir, se ha inmunizado más (y más rápido) a los que tenían menos riesgo de contagiarse.

Sea como sea, los datos son provisionales y habrá que seguir de cerca la evolución de Israel. Eso sí, los datos son prometedores: por un lado, nos están ayudando a atenuar nuestras expectativas y entender qué debemos esperar realmente de las vacunas (algo que ha obligado a países como Reino Unido a modificar sus planes); por el otro, está reforzando la idea de que la vacunación masiva y rápida es una estrategia viable (quizás la única) para contener la pandemia.

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