Desde hace más de 30 años, decenas de psicólogos persiguen una sola idea. Una idea sencilla, además: que centrarse en objetivos intrínsecos (el crecimiento personal, las personas a las que queremos, el servicio a la comunidad o la salud) promueve el bienestar, mientras que centrarse en objetivos extrínsecos (la riqueza, la fama o la belleza) acaba por erosionarlo.
Ahora, tras revisar 105 estudios y una muestra de 70.110 participantes, unos investigadores australianos parecen haberlo confirmado.
Un enorme metaanálisis. Un metaanálisis es "un método sistemático para sintetizar resultados de diferentes estudios empíricos sobre el efecto de una variable independiente, sea de intervención o tratamiento, en un resultado final preciso". Grosso modo, se cogen los resultados de muchos estudios distintos, se 'trasladan' en una misma escala y se analizan como si fueran un mismo estudio. Así podemos ver si los efectos son reales o no.
Siguiendo esta metodología, los investigadores descubrieron que la correlación entre perseguir objetivos intrínsecos y el bienestar era del 0,24. Es decir, positiva. En cambio, la relación con los objetivos extrínsecos era negativa (-0,22).
¿Qué significa todo esto? Es importante tener en cuenta que estos estudios no son causales. O lo que es lo mismo: sabemos que hay relación, pero no sabemos qué pasa antes. Es decir, bien pusiera ser que las personas que alcanzan un mayor bienestar acaben por centrarse en objetivos intrínsecos y dejando los extrínsecos a un lado.
Una brújula moral. Sin embargo, los resultados son interesantes porque, como señalan los autores, nos dan un horizonte, una referencia. A los individuos porque les de un marco de trabajo en su camino hacia su propia felicidad. Igual no es una receta mágica, pero sí una referencia de mucha utilidad en estos tiempos en que perder el norte es relativamente fácil.
Y, más allá de los individuos, también ayuda a las instituciones a entender mejor cómo pueden hacer que los individuos a los que sirven tengan una vida más plena y llena de sentido.
En esencia, nos da instrumentos para imaginar (y dar legitimidad a) otros tipos de vidas
Contra el sueño americano. En 'Days of Destruction, Days of Revolt', el ganador de un pulitzer Chris Hedges decía que el sueño americano era "la idea de que la vida mejorará [...] si obedecemos las reglas y trabajamos duro". Es justo esa idea la que, según los investigadores, se pone en jaque con este trabajo.
No sé si da para tanto, la verdad. Pero lo que sí está claro es que invita a darle una vuelta a la forma en la que la sociedad valora las expectativas de la gente.
Imagen | Dyana Wing So
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