Además de ser uno de los inversores más veteranos y exitosos de Wall Street, Warren Buffett es un padre preocupado por enseñar a sus hijos el valor del dinero que ganaba con sus inversiones. En la hemeroteca quedan varios ejemplos de esas lecciones.
La última de ellas la revela Mary Buffett, exnuera del millonario, que estuvo casada durante 12 años con Peter Buffett, hijo menor del "Oráculo de Omaha": regalaba 10.000 dólares a cada familiar por Navidad.
Una tradición familiar que duró poco
El millonario de 94 no solo tiene un estilo de inversión muy personal, sino que también ha intentado transmitírselo a sus hijos para que, algún día, gestionen su propia fortuna. Lo hacía incluso a la hora de elegir los regalos de Navidad.
Según contaba Mary Buffett en una entrevista para Think Advisor en 2019, durante años, Buffett mantuvo una tradición aparentemente sencilla: regalar 10.000 dólares en billetes de cien dólares a cada uno de sus familiares. "En cuanto llegábamos a casa, nos los gastábamos... ¡guau!", recordaba la escritora y empresaria.
Sin embargo, esta práctica cambió de manera notable en algún momento de la década de 1990. "Una Navidad nos llegó un sobre con una carta suya. En lugar de dinero en efectivo, nos había dado 10.000 dólares en acciones de una empresa que había comprado recientemente: Coca-Cola", aseguró la exnuera del millonario.
En su carta, el millonario les decía que podían venderlas o quedarse con ellas, eran libres de hacer con ellas lo que quisieran. "Bueno, [estas acciones] valen más de 10.000 dólares. Así que las conservé y siguieron subiendo", señalaba Mary Buffett.
Al parecer, esta práctica se convirtió costumbre y, en lugar de recibir un sobre con dinero en efectivo, los familiares del clan Buffett recibían un sobre con una carta personal del millonario con un paquete de acciones valoradas en 10.000 dólares. "A partir de ese año, Buffett continuó regalando acciones a su familia, incluidas acciones del banco Wells Fargo. Sabía que iban a subir, así que no solo las conservé, sino que compramos algunas más", recuerda la autora.
Este gesto no sólo ilustró la estrategia de Buffett con la creación de riqueza a largo plazo, sino que también inculcó en su familia la importancia de invertir sabiamente el dinero. No era la primera lección que daba a sus hijos sobre lo rápido que puede esfumarse el dinero.
Howard Buffett, segundo hijo del inversor, confesaba en el programa 'Good Morning America' de la ABC norteamericana "[Cuando éramos niños] Tan pronto como empezó a darnos la paga semanal, puso una máquina tragaperras en el ático, y cuando subíamos allí él recuperaba cada centavo de la paga", dijo Howard Buffett. "En 10 años, no conseguí poner en fila tres de esos melones".
Como cuando eran niños, el inversor cambió el dinero en efectivo, que podía gastarse rápidamente, por acciones de compañías con un gran potencial de ganancias. Más allá de la lección a sus hijos, este enfoque se alinea con su filosofía de inversión, basada en adquirir empresas con "fosos" consolidados y dejar que el tiempo haga el resto del trabajo multiplicando el valor de la inversión inicial.
Según explicó Mary, la decisión de conservar o vender las acciones quedaba en manos de los destinatarios, lo que añadía un mensaje de confianza, autonomía y responsabilidad sobre las decisiones que tomaran. En su caso, optar por mantenerlas resultó ser una decisión lucrativa, ya que las acciones no solo aumentaron de valor, sino que también reforzaron su confianza en la estrategia de inversión de su exsuegro.
¿Qué se le regala a un millonario?
En su entrevista, la escritora y empresaria reconoció que uno de sus mayores quebraderos de cabeza de tener un suegro con una fortuna valorada en más de 145.300 millones de dólares, era qué regalarle por Navidad.
Según Mary, "no quería nada". Para alguien que ha pasado décadas construyendo una de las mayores fortunas del mundo, lo material parecía tener poca relevancia, más alguien con la frugalidad de Buffett, capaz de vivir durante décadas en la misma casa o conducir el mismo coche.
"No sabía qué regalarle, así que preparé el balance de beneficios de nuestra compañía musical para demostrarle que estábamos ganando dinero. Sólo quería mostrarle: ‘Mira, lo estamos haciendo bien", declaraba la exnuera del millonario.
Quizá esta sea la mayor lección que el Oráculo de Omaha dejó en los zapatos de Navidad a sus hijos: a veces, lo más valioso no es lo que se da, sino cómo se enseña a aprovecharlo. Fruto de esos aprendizajes, sus hijos ya han asumido que no recibirán la herencia de su padre.
En una entrevista para Business Insider en 2017, Susie Buffett, hija mayor del magnate declaraba: "En realidad, estoy de acuerdo con su filosofía de no dejarles un montón de dinero a los hijos. Y, por cierto, mi padre tiene mala fama por eso. Ha sido mucho más generoso de lo que la gente cree. Me siento muy agradecida de tener a los padres que tuve y por lo que nos han dado. Pero, sin duda, no nos va a dejar 50.000 millones de dólares a cada uno y no debería hacerlo. Sería una locura hacer algo así".
En cambio, lo que sí va a dejarles a modo de legado, es una generosa donación de una cuarta parte de su fortuna para que sus respectivas fundaciones (y la de su difunta esposa) puedan utilizarla con fines filantrópicos.
Imagen | Flickr (Fortune Live Media)
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