Los bolsillos de los españoles llevan meses resintiéndose por las subidas del precio de la luz. España la ha pagado en el primer semestre un 44% más cara que Europa, diferencia aún mayor cuando se trata de familias pobres (55% más con menor potencia instalada). La volatilidad y la montaña rusa que ha sufrido la tarifa PVPC (aquellas que están sujetas a la regulación del mercado) ha hecho que los hogares paguen mucho más por la misma cantidad de electricidad que antes.
Basta decir que el coste de en el mercado mayorista ha subido un 635% en un año. Razón por la que el Gobierno diseñó el tope al gas que hemos analizado en Xataka. Ahora, el Gobierno lanzará una nueva factura de la luz que afectará a 10 millones de hogares a partir del 1 de enero de 2023.
La nueva factura. El plan es cambiar las referencias en las que se apoya el sistema PVPC. En lugar de los días concretos, utilizar tres referencias no diarias. Es decir, la factura dejará de basarse en el precio al que se vende la electricidad en el mercado mayorista cada día, aunque sí seguirá afectando en menor medida e irá reduciéndose poco a poco. Recordemos que hace un año se sustituyeron las cuotas anteriores por una única divida en los periodos horarios punta, llano y valle. En su lugar, se establecerá según una cesta de precios a medio y largo plazo: mensual, trimestral y una media anual. El objetivo: evitar las fuertes oscilaciones.
¿Cómo? La idea es que el reparto se haga de tal forma que el producto mensual suponga un 10% del total, el producto trimestral se sitúe en un 36%, y el producto anual suponga un 54%. De esta manera, si se volviese a registrar otro pico récord en el precio de la luz, como lleva ocurriendo en los meses atrás, no tendrá tanto impacto en el consumidor. Es decir, se busca restar volatilidad e incertidumbre. De esta forma, tal y como calculamos en este otro artículo, la osciliación entre la hora más cara y la más barata, situada actualmente en el 27%, se reduciría al 17%.
¿Por qué? Según explica el Gobierno, "esta tarifa ha sido la opción más barata para los pequeños consumidores desde su creación en 2014". Pero claro, que se vincule ahora con precios mayoristas a corto plazo provoca que sus variaciones (esos picos por la crisis energética derivada por la guerra de Ucrania) se reflejen en las facturas que pagan todos los hogares. De hecho, son precisamente esas familias acogidas a este sistema las grandes víctimas de los precios mayoristas de la electricidad.
En tiempos de crisis, cambio de rumbo. Podría decirse que el sistema no estaba diseñado para una situación de crisis como la actual. Como explica el Ministerio en el mismo Real Decreto, "la escalada de los precios de la electricidad que se ha venido observando desde el segundo semestre del año 2021 ha puesto en entredicho algunos de los pilares regulatorios sobre los que actualmente se asienta la normativa del sector eléctrico".
Además, la reforma recoge otra consecuencia de esta situación: quienes se acogen al bono social no tenían la alternativa de abandonar el mercado regulado y pasarse al mercado libre, que establece un precio para la electricidad que se paga durante la duración del contrato. Recordemos que los consumidores en situación de vulnerabilidad tienen que tener uno de estos contratos como condición para acceder a las ayudas.
Tope al gas. Una de las medidas que ha impulsado el Gobierno recientemente para contener la subida de los precios de la luz ha sido "el tope al gas". Este plan establece que el gas que se utiliza para generar electricidad tenga un precio límite de 40 euros/MWh, aunque a partir del sexto mes el precio irá subiendo 5 euros al mes hasta llegar a un tope de 70€/MWh. Si bien fue un respiro para los clientes del PVPC, esta medida, que ahora quiere implementarse en toda la UE, tiene su letra pequeña tal y como hemos explicado en Xataka. Una serie de implicaciones que afectan a todos los consumidores, incluidos los contratos del mercado libre, que tenían un precio ya pactado con las comercializadoras.
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