Suena a ciencia ficción pero sí: un grupo de investigadores británicos ha decidido llevar a cabo un singular experimento para comprobar la forma en la que entendemos e interpretamos el espacio tridimensional. Podrían haber hecho otras pruebas, puede ser, pero lo que hoy os enseñamos es bastante curioso aunque, todo sea dicho, tiene su lógica.
Jennifer Read, de la universidad de Newcastle, está liderando un experimento donde se quiere poner a prueba la capacidad de visión de una mantis religiosa. Uno de los insectos depredadores más eficientes a la hora de cazar a sus presas, más allá de la mítica alrededor de la cópula. Para conseguirlo, le han puesto unas pequeñas gafas 3D.
Entendiendo cómo reaccionamos al espacio
El experimento consiste en una mantos religiosa pegada a una rama, para que no se mueva, y ponerla delante de un monitor de televisión donde se le van poniendo diferentes imágenes que, a través de sus minúsculas gafas tridimensionales, se vuelven objetos con volumen a sus ojos. Como podéis ver en el vídeo más abajo la simulación es muy simple y no implica fotografías ni vídeos reales.
De este modo, se quiere saber si el cerebro de los insectos opera como el de los vertebrados y usa la separación física de los ojos y la diferencia en la perspectiva para localizar en el espacio donde están los objetos que tiene delante. Si fuera así, quizá la capacidad neuronal necesaria es más limitada de lo que los científicos creían. Aunque es sólo un supuesto.
Lo que no se contempla en esta suposición es que el ojo de los insecto funcione con un proceso completamente diferente al nuestro. Según Vivek Nityananda esto sería una buena noticia ya que permitiría investigar cómo funciona su sistema e incluso implementarlo en los robots emulando su visión.
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