Va a ser un día de celebraciones en Starbase, la sede de SpaceX al sureste de Texas. Una hora después de que el propulsor Super Heavy fuera atrapado con éxito por los brazos de la torre de lanzamiento, la nave Starship ha amerizado por primera vez en el punto previsto, donde una boya la esperaba para grabarla.
Un poco de contexto. Además del cohete más alto y potente del mundo, Starship es el primer lanzador rápidamente reutilizable. O eso es lo que SpaceX está intentando conseguir. Hoy por primera vez ha logrado recuperar la etapa Super Heavy (el propulsor de 70 metros de altura), haciendo que regrese a la torre de lanzamiento para que esta lo cace al vuelo con sus brazos robóticos.
La etapa Starship (la nave espacial de 50 metros, donde irán los satélites y los astronautas en el futuro) es aún más difícil de recuperar por el desafío de la reentrada atmosférica, el momento en el que la nave vuelve a la Tierra a más de 26.000 km/h, sometiéndose al calor extremo de la fricción contra el aire.
El nuevo escudo térmico. En junio, SpaceX completó por primera vez un amerizaje con la nave Starship, pero el escudo térmico no aguantó muy bien la reentrada y el flujo de plasma acabó causando daños visibles al cohete. Aun así, gracias a la resistencia del acero inoxidable, la Starship siguió funcionando y pudo encender sus motores para ponerse en vertical y simular un aterrizaje.
En el vuelo anterior, la Starship 29 amerizó a seis kilómetros de la zona prevista, así que para el vuelo 5, SpaceX reemplazó las 18.000 losetas térmicas de la Starship 30 por un escudo mejorado con una nueva capa de material ablativo bajo las losetas que ayuda a proteger la nave del calor extremo, con la esperanza de que sufriera menos daños y aterrizara en la zona prevista.
Diana y explosión. Aunque el plasma formado durante la reentrada siguió fluyendo hacia los alerones y volvió a causar daños visibles en la nave, el nuevo escudo térmico hizo su trabajo. Una hora y cinco minutos después de su lanzamiento, Starship 30 simuló un aterrizaje en el punto preciso del océano Índico donde SpaceX quería amerizar.
Prueba de ello es que había una boya equipada con una cámara a escasos metros de donde la nave encendió sus motores, poniéndose en vertical para "aterrizar". Antes de que la nave se hundiera, el sistema de terminación de vuelo (FTS) se activó y la cámara de la boya captó una gran explosión. Los restos de la Starship se hundieron en el océano tras un trabajo bien hecho.
Dos de dos. Dice Elon Musk que, con el amerizaje de Starship en el punto previsto, SpaceX ha cumplido dos de los dos objetivos para este vuelo de prueba. El otro, que comprensiblemente ha eclipsado el vuelo de la nave, era atrapar el propulsor Super Heavy con los brazos de la torre Mechazilla.
SpaceX fue la primera empresa en hacer un cohete parcialmente reutilizable (el Falcon 9) y ahora está a las puertas de conseguirlo con Starship. Tal vez este Super Heavy no esté en condiciones de volver a volar, pero no cabe duda de que SpaceX lo acabará consiguiendo. En cuanto a la nave Starship, todavía no es reutilizable, pero al ritmo que va la compañía, nadie duda que acabará siéndolo.
Imágenes | SpaceX
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