2023 ha sido un año excepcional para NVIDIA. Durante el año que hemos dejado atrás los ingresos de la mayor parte de los diseñadores y fabricantes de circuitos integrados, entre los que se encuentran Samsung, Intel, AMD, Apple, Qualcomm, SK Hynix o Texas Instruments, han caído frente a los que obtuvieron en 2022. Sin embargo, las cuentas de NVIDIA han ido como la seda. Y es que según la consultora Gartner sus ingresos durante 2023 crecieron nada menos que un 56,4%, lo que ha permitido a la empresa liderada por Jensen Huang meterse de lleno entre los cinco mayores diseñadores de chips (que no fabricantes).
Su rendimiento económico no impresionará a nadie que haya seguido mínimamente la evolución de la industria de los semiconductores. Actualmente NVIDIA acapara cerca del 80% del mercado de los chips para inteligencia artificial (IA), y aunque compite con AMD, Intel, Google o Amazon, nada parece indicar que su posición de dominio vaya a verse alterada a corto o medio plazo. Las sanciones de EEUU están dañando su rendimiento económico en China, pero con toda seguridad su negocio en los demás mercados relevantes a corto plazo va a ser capaz de compensar su debilitamiento en el país liderado por Xi Jinping.
A pesar de su éxito actual el rendimiento de NVIDIA no está garantizado a largo plazo
El viento sopla a favor de NVIDIA. De eso no cabe duda. Sus previsiones de ventas para 2024 son tan altas que TSMC se ha visto obligada a dar la cara para anticipar que durante este año no va a ser capaz de satisfacer el 100% de las necesidades de sus clientes debido a que su tecnología COWOS de empaquetado avanzado de semiconductores no tiene la suficiente capacidad de producción. Dadas las circunstancias aspira a llegar al 80%, pero para NVIDIA no es suficiente. Y no se ha quedado de brazos cruzados.
Intel puede fabricar 300.000 GPU H100 al mes empleando su tecnología de empaquetado avanzado Foveros
Actualmente está negociando con Intel la posibilidad de que la compañía liderada por Pat Gelsinger fabrique una parte de sus GPU para IA empleando su tecnología de empaquetado avanzado Foveros. En teoría Intel tiene la capacidad de fabricar 300.000 GPU H100 al mes, lo que unido a la capacidad de producción de TSMC sobre el papel permitiría a NVIDIA cumplir los compromisos que ha adquirido con sus clientes. Sin embargo, pese a todo lo que acabamos de ver ya empiezan a aparecer algunos nubarrones en el horizonte.
Sam Altman, el director general de OpenAI, está buscando inversores que permitan a su empresa afrontar el desarrollo de sus chips para inteligencia artificial con un propósito muy claro: reducir la dependencia que tiene actualmente del hardware de NVIDIA. Sin embargo, OpenAI precisa algo más que dinero para afrontar este proyecto; necesita la colaboración de un fabricante de circuitos integrados con la capacidad de producir todos los semiconductores que precisará en el futuro. En este contexto tenemos pistas que nos invitan a aceptar que la negociación entre la compañía de Sam Altman y TSMC está muy avanzada.
En esta tesitura es razonable prever que otras compañías posiblemente decidirán seguir los pasos de OpenAI y desarrollar sus propias soluciones para IA, o bien apostar por las propuestas de algunos de sus competidores. Como hemos comprobado, NVIDIA domina el mercado del hardware de IA con una contundencia apabullante, pero es probable que a medio y largo plazo sus competidores más aventajados, entre los que se encuentran AMD o Huawei, consigan arrebatarle una parte de su cuota de mercado.
La demanda podría caer, y si lo hiciese drásticamente el negocio de NVIDIA, AMD, Huawei, Intel y los demás fabricantes de chips para IA, se resentiría
Si tuviese que poner la mano en el fuego para mojarme y defender que a medio plazo se desarrollará un ecosistema de hardware para IA mucho más variado en el que otros actores fuertes pelearán de tú a tú con NVIDIA, la pondría. Además hay otra posibilidad razonable que merece la pena que no pasemos por alto. Ahora mismo la demanda de GPU para aplicaciones de IA es altísima, pero a medio y largo plazo esta tendencia podría cambiar.
La demanda podría caer, y si lo hiciese drásticamente el negocio de NVIDIA, AMD, Huawei, Intel y los demás fabricantes de chips para IA, se resentiría. Sería algo muy parecido a lo que le ha pasado recientemente a Tesla. En 2021 alcanzó su máxima cotización de mercado, y desde entonces ha caído más del 50% aquejada por las turbulencias que aún hoy están sacudiendo la industria global del coche eléctrico.
Imagen | NVIDIA
En Xataka | El superordenador más potente de NVIDIA está listo. Tiene 4.608 GPU H100 y es una bestia para IA generativa
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