2.144 kilómetros cuadrados de selva barridos metro a metro por un avión con equipos LIDAR. La mayor cobertura jamás hecha en arqueología ha descubierto más de 60.000 estructuras que hasta ahora permanecían escondidas debajo de la flora. El escaneo láser no ha descubierto grandes pirámides ni monumentos, pero sí que nos muestra cómo era la estructura de la civilización maya con calzadas, murallas y una cantidad enorme de otros edificios.
En 2016 un grupo de arqueólogos equipó un pequeño avión con un equipo LIDAR y lo mandaron a volar sobre el norte de la selva de Guatemala, en la frontera con México. El láser disparó 300.000 puntos por segundo y el avión sobrevoló el área durante 12 días para completar un área de algo más de 2.000 kilómetros cuadrados. Con esto, han conseguido uno de los mapas más completos de las ciudades mayas que tenemos ahora mismo. Ciudades que se construyeron entre 1.000 a.C. y 1.500 a.C. Tan detallados son los mapas que según indicaron los autores del estudio, si algo tiene más de medio metro de tamaño, el láser lo detecta.
El hito es desde luego considerable, tal y como comenta Francisco Estrada-Belli, uno de los arqueólogos que supervisa el proyecto, en menos de dos semanas cubrieron una extensión diez veces más grande que cualquier otra expedición maya desde la década de los 50. Es comprensible si tenemos en cuenta que el avión trabaja desde al aire sin obstáculo alguno mientras que en expediciones normales hay que atravesar la frondosa selva.
Qué nos aporta mapear la selva con un LIDAR
En esencia, los nuevos mapas creados con el LIDAR nos ayudan a comprender mejor cómo se organizaban las civilizaciones mayas. Por ejemplo gracias a algunos enormes muros descubiertos se puede respaldar la teoría de que no eran un imperio como tal, sino que vivían en ciudades-estado independientes. Por otra parte, también ayuda a descubrir qué tecnologías tenían y qué métodos utilizaban para algunas actividades diarias: canales, presas para regar cultivos, estructuras para evitar inundaciones, calzadas anchas, terrazas para plantar cultivos...
Aún quedan misterios por resolver no obstante. ¿Cómo ciudades tan densamente pobladas conseguían alimentarse e hidratarse? Algunos detalles de los mapas dan pistas sobre las prácticas agrícolas que seguían, pero queda mucho por conocer. Por ejemplo si una sequía acabó con la civilización entera como apuntan algunas teorías.
El LIDAR tiene varias décadas de historia, ha ido perfeccionándose a lo largo del tiempo. Actualmente lo solemos ver más en los coches autónomos, que en esencia calculan la distancia de los objetos y su factor forma en tiempo real gracias a puntos láser. Pero debido a que el LIDAR no es perfecto, puede dar falsos positivos de vez en cuando, también en un estudio arqueológico. Por lo que ahora los arqueólogos tienen que entrar en la selva y comprobar los principales puntos descubiertos en el mapa del LIDAR.
Más información | Science
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