AEMET tiene una buena noticia y no es la inminente DANA que llega: es que vuelve la "primavera" hasta junio

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Definitivamente, la cosa ha cambiado. Ayer los últimos coletazos de la entrada de aire frío del fin de semana dejaban fuertes tormentas (granizo, incluso) en el levante y trufaba de chubascos el resto del país; AEMET anuncia ahora la llegada de una DANA al suroeste de la península que va a terminar de romper el esquema meteorológico que llevamos sufriendo meses.

¿Qué vamos a ver? A partir del miércoles vamos a ver un aumento de la inestabilidad en el entorno del Estrecho. Eso se va a traducir en chubascos en la zona sur de la península, Ceuta y Melilla. Pero eso es solo el principio.

Durante el jueves y el viernes las tormentas van a cubrir buena parte del valle del Guadalquivir y todas las cordilleras Béticas. Es decir, lluvia en buena parte de Andalucía, Murcia, Albacete y el sur de la Comunidad Valenciana.

Durante el fin de semana se unirán a la fiesta la cordillera Cantábrica y los Pirineos dejando la mayor parte de la España peninsular y Baleares en un estado de inestabilidad atmosférica bastante alto. No obstante, nada de esto es en sí mismo una buena noticia.

¿Dónde está la lluvia? Porque, si nos vamos a los datos, descubriremos que pese a que ha llovido persistentemente en el Cantábrico y a que hemos tenido chubascos intensos en muchas partes del país, "la primera quincena de mayo ha sido muy seca en España. Se han acumulado tan solo 9 l/m², es decir, un 62 % menos de lo normal para ese período".

No es que sea raro, claro. "La primavera de 2023 está siendo excepcionalmente seca". Muy seca. Para que nos hagamos una idea, la primavera completa más seca de la serie histórica es la de 1995 con un acumulado de 85,7 l/m². Ahora mismo, estamos en 44,4 l/m². Tiene lógica que, en este periodo tan extremadamente seco, magnifiquemos cualquier chubasco.

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¿No hay buenas noticias? Nada de eso, hay al menos una noticia fantástica. La última predicción del modelo europeo empieza a dibujar un escenario esperanzador y lo dibuja hasta finales de junio. Es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero (en caso de que acierte) nos vamos a encontrar con un carrusel de bajas presiones y lluvia.

Está claro que la sequía va a seguir con nosotros ("necesitaríamos unas semanas extremadamente lluviosas" para moderar la falta de agua), pero estas lluvias moderadas y unas temperaturas más frescas son un respiro muy necesario antes de encarar el verano.

Esto no va de resolver el problema... Toca ser sinceros: no tiene solución. Los niveles de agua embalsada no dejan de bajar y, como comentábamos, las lluvias de estos días pueden tener un efecto 'cosmético', pero no tienen intensidad suficiente como para reponer los acuíferos y 'reiniciar' el sistema. No va a resolverse el problema, pero el reto actual no es ese.

...esto va de aguantar lo mejor que podamos. Aunque ahora lo estamos notando en toda su dureza, llevamos en 'sequía' desde 2014. Desde ese año, todos y en cada uno de los años hídricos ha llovido menos que la media histórica. La situación cada vez es más grave y no sabemos cuánto va a durar: el reto actual es aguantar lo mejor que podamos; es prepararnos para los cambios a medio plazo.

Parece un objetivo moderado, pero es algo tremendamente difícil.

En Xataka | Los largos periodos de sequía van a ser cada vez más y más normales. Es hora de acostumbrarnos a ellos

Imagen | ECMWF

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