China está cada vez más arrinconada: sus procesadores Loongson son estratégicos y su futuro es muy incierto

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La sombra de Estados Unidos es muy alargada. La Administración liderada por Joe Biden está decidida a hacer todo lo que esté en sus manos para evitar que la industria de los chips china se desarrolle lo suficiente para impulsar de una manera perceptible su capacidad armamentística, y la estrategia más eficaz para lograrlo pasa por evitar que las tecnologías estadounidenses puedan ser utilizadas por China.

El pasado 7 de octubre de 2022 el Gobierno estadounidense apretó su puño al máximo al incluir toda la industria china de los semiconductores en la lista que refleja el alcance de sus sanciones. Y, precisamente, Loongson, que es una de las pocas compañías chinas que puede desarrollar microprocesadores avanzados, aparece en esa lista negra. De hecho, a principios de este año inició la distribución a gran escala de su chip 3C5000, una CPU de propósito general con microarquitectura LoongArch implementada por esta compañía sobre la arquitectura MIPS.

Para China los procesadores de Loongson son críticos debido a que los emplea para aplicaciones militares, además de utilizarlos en otros escenarios. Tanto es así que su valor estratégico ha llevado a este país asiático a prohibir su exportación a Rusia, un socio al que le vendrían de perlas para aliviar la presión a la que está siendo sometido por Occidente en su conjunto. Hasta ahora Loongson ha podido evadir las sanciones de EEUU y ha continuado mejorando sus microprocesadores, pero en adelante lo va a tener muy difícil. Tanto, de hecho, que el futuro de sus chips es incierto.

La arquitectura no es el problema; lo son el diseño y la litografía

Como he mencionado unas líneas más arriba, Loongson implementa sus procesadores sobre la arquitectura MIPS, pero la microarquitectura de estos chips ha sido diseñada expresamente por los ingenieros de la Academia China de Ciencias. Al no utilizar las arquitecturas x86-64 o ARM esta empresa ha podido continuar refinando sus diseños sin verse condicionada por las sanciones de EEUU, pero se ha topado con un problema: para diseñar estas CPU está empleando software estadounidense, y el último paquete de prohibiciones de Occidente también impide el acceso de las empresas chinas a estas herramientas.

Algunos de los equipos de fotolitografía que utiliza SMIC para fabricar sus chips incorporan tecnologías de origen estadounidense

No obstante, este no es el único escollo al que se enfrenta Loongson. Esta empresa se dedica al diseño de microprocesadores, pero no tiene la capacidad de fabricarlos por sí misma. De esto se encarga SMIC, que es el mayor fabricante de semiconductores de China, de la misma forma en que TSMC produce los circuitos integrados que diseñan AMD, Apple, NVIDIA o Qualcomm. El problema es que algunos de los equipos de fotolitografía que utiliza SMIC para fabricar sus chips incorporan tecnologías de origen estadounidense, o bien de alguno de sus aliados, como Países Bajos o Japón. Y esta empresa también está en el punto de mira de EEUU. De hecho, al igual que Loongson, aparece en su lista negra.

En definitiva, Loongson tiene la capacidad de diseñar sus propios microprocesadores porque la microarquitectura sobre la que están implementados le pertenece, pero no puede utilizar las herramientas que ha empleado hasta ahora para hacerlo, y SMIC no puede fabricárselos utilizando sus litografías más avanzadas.

La única opción que tienen estas y otras empresas chinas que se encuentran en un brete similar no es otra que independizarse completamente de Occidente y desarrollar sus propias tecnologías para resolver todas sus necesidades. Es probable que tengan los recursos que necesitan para hacerlo, pero este objetivo no es precisamente barato. Y, lo que es si cabe todavía más inquietante para China, esta independencia absoluta requiere un tiempo que ahora mismo este gigantesco país no tiene.

Imagen de portada: ASML

Vía: DigiTimes Asia

En Xataka: Una industria en manos de TSMC y las fábricas asiáticas: el mapa de la producción mundial de chips

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