Por qué el salto a Netflix ha sido un acierto para 'La casa de papel'

Por qué el salto a Netflix ha sido un acierto para 'La casa de papel'

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Por qué el salto a Netflix ha sido un acierto para 'La casa de papel'

‘La casa de papel’ se convirtió en un arrollador éxito internacional tras su salto al catálogo de Netflix. Antes había completado su recorrido en Antena 3 de tal forma que seguramente nadie esperaba la gran explosión de popularidad que tuvo al llegar a la plataforma de streaming. Y es que llegó a convertirse en la serie de habla no inglesa más vista en Netflix.

La noticia de una Parte 3 fue toda una sorpresa y no costaba entender a aquellos que lo veían como algo innecesario. A fin de cuentas, la historia quedaba totalmente cerrada y no existía la necesidad de volver a abrirla, por lo que más de uno seguro que sigue con mirando con recelo el regreso de la serie. Por mi parte, creo que la serie ha salido ganando con el salto a Netflix y voy a explicaros los motivos.

Mayor ambición narrativa

Limitarte a hacer más de lo mismo puede funcionar en algunos casos, pero con ‘La casa de papel’ habría sido poco menos que aceptar de antemano el aluvión de críticas que iba a recibir por ello. Sin embargo, los responsables de la serie han luchado abiertamente contra eso con una mayor ambición narrativa que en las dos anteriores tandas de episodios.

Todo lo que hizo destacar a la serie, desde el ritmo vibrante hasta una química incuestionable entre sus personajes principales, sigue ahí, pero se ha complicado todo más en los guiones sin perder en ningún momento la fluidez necesaria para mantener enganchados a los espectadores.

Escena La Casa De Apepl

Una buena prueba de ello la tenemos en que la historia se divide en cinco capas de tiempo, algo que permite a ‘La casa de papel’ una mayor ambición en todos los sentidos, desde la forma en que todas ellas van conectando entre sí y teniendo un impacto directo en el nuevo atraco hasta en cómo se aborda la historia, tal y como comentó Álex Pina, creador de la serie, tras el primer pase del capítulo con el que arranca la tercera temporada:

Nos permiten tener varios géneros casi en la misma secuencia y casi con los mismos personajes

Ya en las dos primeras partes se mezclaban bien los géneros, sabiendo cuándo apostar por lo intenso pero también cuándo lo mejor era tirar más hacia la comedia. Eso se ha perfeccionado en esta Parte 3 sin que suponga un cambio de tono que podría desconcertar al espectador. Todo está muy medido para conseguir el efecto deseado.

Menor duración por episodio

En la televisión en abierto en España ha existido la necesidad de que los episodios de las series tengan una duración muy abultada para llenar todo el prime time. Poco a poco la cosa va cambiando, pero ‘La casa de papel’ tuvo que irse a los 70 minutos de duración durante las dos primeras tandas de episodios. No fue, ni mucho menos, una de las series que más se resintió por ello, pero sí que se dejaba notar en algunos episodios.

En esta Parte 3 pasamos a 45 minutos, lo que permite a la serie potenciar una de sus mayores virtudes: un ritmo envidiable que hace imposible que uno se llegue a aburrir. Puede que encuentres algunos problemas de verosimilitud -el tema de los dirigibles accediendo sin problema al centro de Madrid- o ciertos excesos, pero cada episodio se pasa volando y te deja con unas ganas increíbles de seguir adelante.

El salto a Netflix ha permitido eliminar la grasa de los episodios y potenciar su naturaleza de pasatiempo de lujo. Todo eso sin sacrificar los momentos más íntimos para que los personajes respiren, pero siempre para que sus interacciones sirvan para que la historia evolucione en la dirección deseada. Una versión perfeccionada de las dos primeras entregas.

Muchos más medios

Isla Casa Papel

En la primera temporada, aproximadamente, estábamos en 12-13 jornadas de grabación por capítulo y en la tercera estamos en 22. Eso supone un aumento de prácticamente el 80% de tiempo de grabación.

No hay demasiados datos concretos sobre esta tercera temporada porque Netflix no es muy amiga de darlos, pero Pina sí nos aclaró ese sobre los tiempos de rodaje. Bastante iluminador para saber que han contado con muchos más medios para hacer la temporada a su gusto. Además hay que recordar de nuevo que la duración de los capítulos se ha reducido de 70 a 45 minutos, por lo que el aumento de tiempos de grabación es en realidad aún mayor.

Eso también ha sido clave no solamente poder rodar fuera de España en países como Tailandia, Panamá, Reino Unido o Italia, sino también para que eso se perciba en pantalla,. Todo ello resulta especialmente patente en el primer episodio de esta Parte 3, en el cual vemos dónde acabó cada integrante de la banda, usándose de maravilla ese elemento internacional sin convertirse nunca en una forma de restregar por la cara al público el notable aumento presupuestario.

De hecho, esto también redunda en el primer punto, ya que al tener más dinero se puede pensar a lo grande sin cortarse por el hecho de que no se van a tener los medios suficientes para hacerlo. Esto se nota hasta en la banda sonora, que incluye las no baratas licencias de canciones de grupos como Muse, The Prodigy o The Black Keys, así como artistas nacionales como Vetusta Morla.

De paso se puede optar por un acabado más espectacular visualmente, algo que no se refiere únicamente a la acción, ya que la fuerza de los paisajes empleados también dota a la serie de una vitalidad diferente, casi equiparable a lo que sucede con el personaje de Berlín.

Libertad creativa total

Profesor

Y además con absoluta libertad por parte de Netflix, que es algo reseñable también.

Era uno de los puntos que destacaba Jesús Colmenar, director de la serie, sobre el salto a Netflix cuando Xataka pudo charlar con él y más integrantes de la serie. Parece obvio pensar que quien hace una fuerte inversión en una serie quiera controlar al menos hasta cierto punto el resultado final, pero todo apunta a que el equipo de ‘La casa de papel’ ha tenido la capacidad de decidir a su antojo qué incluir en esta Parte 3.

Eso es algo que muchos desean pero hay que saber gestionar. No necesariamente todas las ideas que te parezcan buenas lo sean y existía el peligro de apostar porque un más de todo lo que ya funcionó sería suficiente. Por suerte, los filtros dentro del propio equipo parecen haber sido suficientes, ya que durante los dos primeros episodios no detecté que nada negativo haya salido de esa absoluta libertad creativa.

Y todo eso manteniendo la identidad de la serie

Papel Casa Netflix

Una cosa que ‘La casa de papel’ no se podía permitir era que pareciera una serie diferente en esta Parte 3. Guste más o menos, las dos primeras entregas conquistaron a infinidad de personas a lo largo de todo el planeta y volverla a abrir requería dar con la idea adecuada para que tuviera sentido hacerlo y después saber desarrollarlo para que el nuevo atraco encaje como una prolongación del anterior.

Ahí es donde la mayor ambición narrativa que mencionaba antes pasa a primer plano, encontrando así soluciones a problemas como la forma de traer de vuelta a Berlín o de reunir a la banda de nuevo. Todo eso se siente como una evolución natural de lo visto en los anteriores episodios, permitiendo ampliar un poco más la mitología sobre esas dos primeras entregas mientras en paralelo van plantando las semillas para lo que está por llegar.

La novedad ya no está ahí y es algo con lo que va a tener que luchar tanto aquí como en la ya confirmada Parte 4, pero ‘La casa de papel’ ha sabido evolucionar sin salirse de sus señas de identidad en su llegada a Netflix.

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