Y llegó La Gran Batalla. La de los vivos contra los muertos. Y aunque llevábamos casi dos años esperándola, realmente no estábamos preparados. Casi hora y veinte minutos, que es lo que dura este 'The Long Night', con el corazón en un puño de la congoja siendo testigos de un espectáculo apocalíptico sacado de la peor pesadilla imaginable. Y al final una sensación de "¿Y ahora qué?"... pero no adelantemos acontecimientos, que hay mucha tela que cortar.
NOTA: Este artículo habla sobre detalles de la trama del capítulo 8x03 de 'Juego de Tronos'. SPOILERS del capítulo si todavía no lo has visto.
Por mis batallas me conocerás
En las primeras temporadas de 'Juego de Tronos' era Alan Taylor el encargado de dirigir la mayoría de capítulos con batallas (los más difíciles en cuestiones de logística y tamaño). El estadounidense es todo un experto en sacar petróleo (y épica) de presupuestos mucho más ajustados que los acostumbrados en las grandes producciones hollywoodienses a base de planos cercanos, mucho dinamismo, gore chusquero y gusto por las explosiones CGI. Recordemos la batalla del Aguasnegras, por ejemplo.
En las últimas temporadas esta labor ha recaído mayormente en Miguel Sapochnik, un director inglés con un estilo diametralmente opuesto: seco, directo, inmisericorde. Más centrado en provocar el miedo y la angustia que en las hazañas bélicas. A él le debemos la batalla de Casa Austera y la batalla de los Bastardos, por decir sólo dos. Y en la anticipada batalla de Invernalia lleva su estilo hasta el extremo ayudado por un elemento nuevo, la Oscuridad, que en sus manos se convierte en algo casi tangible, corpóreo y tremendamente amenazador.
'The Long Night' es un largometraje de terror de casi ochenta minutos, a mitad de camino entre 'El Guerrero Nº 13' y 'Amanecer de los Muertos'. Porque la guerra es terrorífica y la guerra por evitar la extinción ya ni te cuento.
La noche es oscura y alberga horrores
Como decíamos en las líneas anteriores, la Oscuridad, esa contra la que advierte el mantra siempre repetido por los creyentes del Señor de la Luz, es la gran enemiga y para combatirla es lógico que la más fiel de las siervas de R'hllor aparezca en el momento señalado, cumpliendo así una de las teorías más extendidas entre los fans: la de que volveríamos a ver a Melisandre.
Pero ni el fuego de los dragones de Daenerys y Jon (ya convertido en todo un Jinete del Dragón, será la sangre Targaryen) ni la capacidad de Melisandre de hacer arder espadas dothrakis y empalizadas parecen servir para nada: el ejercito de los muertos avanza inexorablemente trayendo con ellos la Oscuridad brumosa, impenetrable y eterna.
Miles de dothrakis caen (estremecedora la escena en la que sus espadas recién encendidas se van apagando poco a poco en la lontananza) y les siguen miles de Inmaculados, de salvajes, de norteños, de Guardias de la Noche y de meros campesinos con azadas hasta que las hordas muertas asaltan Invernalia y se cuelan por sus recovecos. La congoja nos aprieta el pecho y vemos inevitable el fin de Poniente.
La danza de dragones
Mientras tanto, arriba en los cielos, por encima de la bruma y la tormenta de hielo, se produce la primera "Danza de dragones" en cientos de años. Daenerys y Drogon junto a Jon y Rhaegal contra el Rey de la Noche y el revivido Viserion de hielo. Espectacular es poco.
Finalmente consiguen descabalgar al Rey de la Noche y herir a Viserion. Daenerys parece tenerlo listo para sentencia pero el aliento abrasador de un dragón parece no ser suficiente para acabar con el frío heraldo de la Muerte y la Oscuridad.
Con Drogon y Rhaegal también heridos de gravedad, Jon y Daenerys también tienen que descabalgar. Intentan seguir al Rey de la Noche, que sin duda se dirige al Bosque de los Dioses a finiquitar a Bran, pero las montañas de cadáveres son nuevos integrantes para sus hordas. La última esperanza parece desvanecerse mientras los muertos se levantan cual pesadilla zombie.
Y los muertos se levantarán de sus tumbas
Y no sólo los muertos del campo de batalla si no los muertos de las criptas de Invernalia. Una de las teorías de los fans más inverosímiles a priori que se termina haciendo realidad también... aunque sólo en parte: no vemos al descabezado Ned Stark Zombie por ninguna parte.
¿Puede el Rey de la Noche incorporar a sus filas a cualquier muerto o sólo están saliendo de sus tumbas aquellos Stark muertos en escaramuzas contra los Caminantes Blancos? No lo sabemos e imaginamos que a los refugiados en las criptas, presos del pánico, tampoco.
Tyrion y Sansa, que habían vuelto a estrechar lazos ("Has sido el mejor de todos ellos"), deciden no morir sin intentar plantar batalla tanto a los muertos a las puertas como a los muertos a las espaldas. No hará falta.
La princesa prometida
Y no hará falta porque Arya asumirá su destino. Un destino que estaba ahí desde hace años pero del que ni nosotros ni ella nos habíamos dado cuenta hasta ahora. Por suerte, Melisandre sí.
Después de eliminar ella sola a decenas de espectros con su nueva lanza es salvada in extremis por El Perro y Beric Dondarrion y llevada a una estancia más o menos segura donde también se resguarda Melisandre. Reunión de la Hermandad sin Estandartes.
Allí la Mujer Roja le vuelve a repetir lo que le dijo tiempo antes (capítulo 3x06): "Veo una Oscuridad en ti. Y en la oscuridad unos ojos que me observan: ojos marrones, ojos verdes, ojos azules. Ojos que cerrarás.".
Culmina haciéndole la misma pregunta que le hacía su maestro de esgrima Syrio Forel: "¿Qué le decimos al Dios de la Muerte?". Arya recita el "Hoy no" esperado y se da cuenta de que es ella, de que debe ser ella.
En el Bosque de los Dioses Theon se sacrifica culminando su redención mientras que Jon, incapaz de alcanzar el lugar y frenar la Oscuridad, se encara temerariamente con un Viserion que está asolando con su fuego helado lo poco que queda en pie de Invernalia. El Rey de la Noche se relame mientras se acerca a Bran: es inevitable, nadie lo puede parar. Pero una Chica no es Nadie.
No habíamos gritado así desde aquella noche de julio de 2010 cuando Iniesta marcaba aquel gol a Holanda en Ciudad del Cabo. ¡Arya de mi vida!
Un final para el Rey de la Noche que no puede no recordarnos al del Rey Brujo, aquel al que "ningún hombre podría matar", en 'El Señor de los Anillos': a manos de Eowyn (y con un poco de ayuda de Merry, claro está). Yo no soy un hombre. Yo no soy nadie.
Los amigos que perdí
Pero una vez sofocado el grito de júbilo nos damos cuenta de lo pírrico de la victoria. El body count es terrible aunque milagrosamente no haya terminado afectando a ninguno de los principales protagonistas.
Aún así la cuenta de amigos que hemos perdido es muy dolorosa: del abnegado Edd Tollet a la pequeña y valerosa Lyanna Mormont, que murió matando a un gigante zombie. Del redimido Theon Greyjoy al inquebratablemente leal Ser Jorah Mormont, en brazos de su amada Daenerys. De Fantasma a Beric Dondarrion, una vez cumplido el cometido que le asignó el Señor de la Luz.
Y claro, Melisandre. La Mujer Roja, cumplido su deber de hacer prevalecer la Luz sobre la Oscuridad, huye de las ruinas de Invernalia, se quita su collar mágico y muere decrépita en el campo de batalla con la única presencia, en la lejanía, de Ser Davos. Hizo cosas terribles pero siempre tuvo razón.
¿Y ahora qué?
Amanece, que no es poco, pero ¿ahora qué? Estamos exhaustos y todavía quedan tres capítulos, la mitad de la temporada, y por dirimir quien se sentara en el Trono de Hierro y la cuestión sucesoria Targaryen.
Además, faltaría más, Cersei espera con su ejercito cuantioso y descansado pero eso ya será la semana que viene. Ahora mismo, victoriosos pero derrotados (si es que eso puede ser), nos conformamos con escuchar el maravilloso score del titán Ramin Djawadi para este capítulo que ya es leyenda y cuya digestión nos llevará días y días. O incluso semanas.
Pd: Yo sólo pido que el de la semana que viene sea uno de esos capítulos de "gente hablando".
Valar morghulis.
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