Mientras esperamos un Surface Phone, si es que finalmente llega (muy inquietante la poca o nula relevancia de Windows 10 Mobile en el pasado Build de Microsoft), los smartphones de referencia de Microsoft en la actualidad son el Lumia 950 XL y su hermano pequeño por tamaño, el Lumia 950.
Del gigante Lumia 950 XL ya tenéis la review completa, vídeo incluido, en Xataka. Para la prueba del Lumia 950 planteamos un análisis de largo recorrido para valorar cómo se afronta este terminal desde un punto de vista diferente, en uso continuado, sin una review exclusivamente técnica al uso en mente.
¿Será suficiente una sobresaliente cámara o rendimiento para olvidar el acabado o las aplicaciones nativas cuando usamos día tras día el Lumia 950? Os cuento mi experiencia.
Una gama alta cuyo diseño solo peca de discreto acabado
Tras bastantes meses (casi dos años en realidad) a la espera de un verdadero gama alta de Microsoft, la puesta en escena del Lumia 950 sobre nuestra mesa de pruebas nada más llegar a mi despacho fue de sorpresa. En el sentido negativo.
2015 fue un año de un auténtico salto en materiales, acabado y en general, cuidado máximo de los detalles y diseño no solo de la gama alta de 700 euros la unidad de smarpthone, sino una gama media con más pedigrí que nunca en casi todos los apartados que consideres clave en un teléfono en la actualidad. Y este Lumia 950 no está a la altura.
Si hasta ahora podíamos defender la elección del plástico por parte de la saga Lumia (primero Nokia, ahora Microsoft) con algunas mejoras como el marco de metal que tanto me gustó y quedaba bien en el Lumia 930, el paso atrás dado por Microsoft en el diseño y construcción de este Lumia 950 es sorprendente. Ningún detalle relacionado con el acabado hemos podido salvar en este mes de uso mirando siempre la gama en la que teóricamente quiere competir (actualmente es fácil conseguirlo por poco más de 500 euros) Si obvias el interior, la base del diseño de este Lumia 950 no es muy diferente de los Lumia de gamas muy inferiores.
Otro cantar es cómo se maneja el terminal por sus dimensiones. Ahí pocas pegas hay que ponerle. El Lumia 950 es ligero para su tamaño de pantalla (150 gramos), relativamente delgado y suficientemente controlado en anchura y altura como para que resulte muy cómodo de manejar. Además, su pantalla de 5,2 pulgadas me parece una diagonal muy adecuada para usuarios que quieren sacar todo el provecho a su smarpthone.
De la distribución de los controles, soy de los que prefiere separar los botones de encendido de los de volumen, y de hecho estos últimos los hubiera puesto en el lateral izquierdo y no en el derecho, donde son menos accesibles. El botón de inicio, centrado en el lateral, se alcanza con facilidad al menos de la manera habitual en que suelo coger un terminal de estas características.
Lo que también me hubiera gustado encontrar en el diseño de los controles físicos es una diferenciación de ese control y el de cámara. Un usuario habitual de los Lumia lo identifica fácil y sabe que está en el extremo, pero quien llega por primera vez (y lo hemos comprobado) no tiene claro ni al tacto ni a primera vista cuál de los dos botones es el de encendido.
Una ventaja del diseño en plástico del Lumia 950 es que la carcasa trasera es extraíble. Y al contrario que otros fabricantes que dejan al azar o la pericia del usuario determinar cómo retirar esa tapa, Microsoft ha colocado junto al puerto USB C una muesca clara y sencilla para la retirada sin traumas de la trasera.
Una vez hecho tenemos acceso a la ranura para tarjetas microSD y las dos nanoSIM, además de la batería, que es extraíble. Esta triple combinación (Doble SIM, microSD y batería que podemos intercambiar) es uno de los argumentos más potentes a nivel de especificaciones del Lumia 950 y de esos detalles que facilitan la elección de este terminal como principal.
Por cierto, la protuberancia de la cámara, muy ligera, solo hace bailar el terminal cuando lo tenemos sobre una mesa en caso de pulsar con fuerza y de forma poco natural en los laterales de la pantalla.
Otro detalle que nos deja dudas sobre el interés de Microsoft en el diseño de este Lumia 950 es el agujero en medio de la nada en la parte inferior del terminal y que se corresponde con el micrófono principal.
Rendimiento e identificación biométrica: más de arena que de cal
La frase que ya nos habíamos acostumbrado a usar al hablar de rendimiento en un Lumia con Windows para móviles, que solía ser máxima optimización (incluso en las gamas más discretas en precio), se toma un momento de descanso en este Lumia 950. Y no es por falta de componentes de primera, pues como procesador está el solvente 808 de Snapdragon con seis núcleos, bien secundado por una memoria RAM de 3 GB.
En este mes de uso con el Lumia 950, la experiencia con el terminal ha sido fluida pero con más inconsistencias y retrasos inesperados que antes de la llegada de Windows 10 Mobile no nos habíamos encontrado en la gran mayoría de teléfonos Lumia de cierto nivel.
Donde hay que felicitar a Microsoft es en la elección de una memoria interna de 32 GB que nos deja ampliar fácil y económicamente con tarjetas microSD, como os he comentado más arriba.
Una de las ausencias más importantes y que he sufrido día tras día en el Lumia 950 es el lector de huellas. Microsoft apuesta por tecnología diferente que quiere poner en marcha en todo su ecosistema (iris por medio de un sensor de infrarrojos que no funciona mal para ser una primera generación), pero en un smartphone, a día de hoy, poca utilidad le hemos encontrado. O al menos cuando la enfrentamos a la huella en el botón de inicio.
Como puerto de carga se ha optado por el USB-C, lo que, aunque nos pese, ahora mismo supone una limitación en el uso del terminal día a día. Un olvido del cable supone un problema, algo que no ocurre con los microUSB.
A mi me ha pasado más veces de las que les deseo a mis enemigos, y resulta bastante frustrante tener que salir de casa con una carga mental más: no olvidar el cable USB-C por si lo necesitamos (o no perderlo de vista si no tenemos más que el que viene en la caja), algo que teníamos superado con los microUSB, que encuentras debajo de las piedras. Pero creemos que hay que dar el paso y Microsoft ha sido valiente haciéndolo.
Pantalla y autonomía: al nivel que esperamos
Con el elemento que más satisfecho he quedado en esta prueba de un mes con el Lumia 950 ha sido la pantalla. El Lumia 950 mantiene el excelente nivel de este componente de sus terminales más potentes, y no hace muchas concesiones: panel de 5,2 pulgadas AMOLED con resolución 2K, lo que nos deja una cifra de densidad de píxeles que es una absoluta pasada: 564 ppp.
Poco más que decir si buscas máxima nitidez y no te incomodan las peculiaridades de los paneles AMOLED. Es un gustazo ver material multimedia con este Lumia 950, con negros fantásticos y un contraste y ángulos de visión del más alto nivel.
En el extremo contrario de lo bien que le sienta esta pantalla al Lumia 950 os tengo que decir que esa densidad de píxeles no marca diferencias más allá del contenido multimedia. La interfaz de Windows 10 para móviles no es especialmente crítica con la resolución del panel, y no necesita excesiva densidad para lucir muy bien. Ahí no me hubiera importado que Microsoft realizada un sacrificio con un panel 1080p si con ello se mejorara la autonomía.
En nuestro mes de uso el Lumia 950 se ha comportado como esperamos de un smartphone de gama alta que no es formato phablet: un día de uso intensivo. No más aunque a veces sí menos. Como nos pasó con el Lumia 950 XL, cuando el terminal no usa la pantalla, especialmente en largas horas bloqueado, nos encontrábamos con un consumo de batería nada lógico. En la última actualización de Windows 10 parece que todo ha quedado solucionado y no hemos podido reproducir ese comportamiento errático.
En todo caso la autonomía de este Lumia 950 me parece que se queda en la media y en lo esperado. Ni mejor ni peor que sus rivales principales, aunque creo que con una capacidad de 3000 mAh y panel AMOLED, bajar la resolución le podría haber dado un extra de resistencia que hubiera otorgado un valor y diferenciación con rivales importantes en esa diagonal. Muy bien por cierto por la carga rápida e inalámbrica.
Una cámara excelente, sí, pero ya no es la única
Desde el chillón (nunca olvidaré ese amarillo que enamoraba) Lumia 1020, la referencia cuando hemos querido hablar de cámaras de nivel en un smartphone la marcaba este Lumia. Microsoft relajó la resolución de los siguientes modelos pero mantenía un trío irresistible: controles manuales, formato RAW y sensor de buen tamaño. En técnica era capaz de batir a cualquiera pero en la realidad había escalones como la rapidez de funcionamiento que jugaban en su contra.
El Lumia 950 es un dignísimo heredero de esa manera de entender la fotografía en el smartphone. Sensor de buen rendimiento incluso en escenas con poca luz, amplio rango dinámico de trabajo, resolución de 20 MP que la coloca prácticamente a la cabeza del sector, estabilización, óptica de calidad y luminosidad f1.9, y uno de los mejores modos de control manual.
Soy de los que usa de forma intensiva la cámara de su smartphone, desde la imagen que subiré a Instagram hasta la foto de familia de un evento importante o la imagen buscada y trabajada durante bastante tiempo. Así que me considero bastante exigente tanto en lo que se refiere a la toma de imágenes rápida y de forma fiable, con resultados muy buenos independientemente de la situación o escena, como en la posibilidad de controlar elementos de la fotografía de forma precisa.
La cámara del Lumia 950 me ha parecido muy solvente en todas las situaciones a nivel de resultados. Podemos conseguir desde fotos rápidas a escenas complejas de forma eficiente.
El gran problema de la cámara del Lumia 950 es que, a igualdad de condiciones, los otros factores le afectan y dejan en evidencia frente a la competencia, con la que ya no existe ninguna ventaja a nivel fotográfico de manera global. Rendimiento en baja luz, grabación de vídeo, modos manuales, opciones ... Todo está ya igualado e incluso superado en otras plataformas con mucha mejor acogida en todos los niveles: usuarios, desarrolladores, futuro por delante ...
Usando Windows 10 Mobile en el día a día
El gran reto de un terminal como el Lumia 950 es convencer a usuarios intensivos y productivos del smartphone de que pueden confiar en Windows 10 Mobile. El resto, con altibajos, lo tiene.
Pero en temas de ecosistema son ya bastantes años, versiones e intentos sin que realmente se haya avanzado, y la distancia con Android o iOS es cada vez mayor. En la prueba con el Lumia 950 me propuse recrear el uso habitual en las otras dos plataformas principales y aunque sin alternativas, aplicaciones esenciales como Telegram, Whatsapp, Facebook, Instagram (en beta), Twitter o un cliente de correo electrónico decente no faltaban.
En general están bien adaptadas al sistema operativo, pero no al nivel por ejemplo de Spotify, otra de las esenciales. Como Netflix. En el caso de Spotify, es todo un ejemplo de lo que podría ser Windows 10 Mobile si contara con el interés de los desarrolladores. Pero por ahora no busques variedad en las aplicaciones ni fondo de armario. Ni las promesas de facilitar la portabilidad de aplicaciones de iOS y Android a Windows 10 ha sido desencadenante de nada en la tienda de aplicaciones.
De la experiencia con el Lumia 950, lo mejor ha estado en el centro de control y notificaciones, así como en las aplicaciones de Microsoft: correo, calendario, ofimática ... y hasta navegador. Pero incluso en esos casos las versiones para iOS o Android me parecen más productivas y bien enfocadas.
Por último hay que hablar de Continuum, lo único que puede salvar a Windows 10 Mobile en el gran mercado de consumo. Si llega a tiempo. Esta posibilidad es lo más cercado que hay en la actualidad a la idea de futuro al que muchos aspiramos: un smartphone potente que nos duplique cuando sea necesario como equipo de sobremesa. Pero por ahora solo se puede tocar con la punta de los dedos. Y solo unos pocos. El mercado del smartphone va por otro camino.
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