Lo de 'Resident Evil' es muy curioso. Los videojuegos son adorados por millones de fans en todo el mundo, y son una de las bazas garantizadas que tiene Capcom en su catálogo. Las películas discurren por caminos bien distintos a los videojuegos pero la saga protagonizada por Mila Jovovich arrasó en taquilla en todas sus entregas. Solo la maltrecha y desencaminada (aunque tenía innumerables aciertos) serie de Netflix puso de acuerdo a crítica y público, y fue cancelada tras una sola temporada.
'Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City' (que acaba de aterrizar en Netflix y ya se ha encaramado al top de lo más visto) quiso hacer borrón y cuenta nueva con la franquicia en cines, que ya poco tenía que ver con los videojuegos (aunque las últimas entregas son obras maestras de la acción abstracta). Se planteó como una recuperación de lo que contaban los juegos, y tampoco lo consiguió al cien por cien, pese a que está llena de guiños a las producciones de Capcom.
El resultado es una auténtica fiesta gore, rebosante de acción sin prejuicios e imágenes impactantes, como la del camionero en llamas, los fogonazos de los disparos de Chris Redfield en un entorno completamente a oscuras o los muchos monstruos que pueblan el metraje (y que retrotraen a juegos que no han sido adaptados, como 'Code: Veronica'). Recupera el estilo incongruente y que no resiste el menor análisis serio de las películas de Mila Jovovich (pero que encuentra en la incoherencia su propia razón de ser), y se baña en la estética de acción táctica más horror bufo de los juegos.
La película no fue un desastre en taquilla, pero podría haber ido mejor, y esa es la razón, sumada a la debacle de la serie de Netflix, de que posiblemente hasta ahora no se haya hablado de una secuela (que, según su director, habría ahondado en la historia de Umbrella y lo que cuenta el citado 'Code: Veronica'). No hay que perder la esperanza: nosotros siempre vamos a recibir con los brazos abiertos un buen espectáculo de tapas de los sesos voladoras.
Ver 6 comentarios