Levantar de la nada una de las compañías tecnológicas más importantes de los últimos cuarenta años no es tarea baladí. A sus 68 años, Bill Gates lleva retirado de la primera línea tecnológica más de 16 años, pero hubo un tiempo en el que sus jornadas no parecían tener fin e imponía esa adicción al trabajo a todos sus empleados.
Ese empuje le llevó a ser la persona más rica del mundo entre 1995 y 2017, pero en ese viaje hasta la cima del éxito aprendió que la productividad no depende de las horas que dediques a trabajar, sino a cómo organices tu trabajo y qué haces con tu tiempo.
En los primeros años de Microsoft, el magnate presumía de apenas dormir unas horas y trabajar sin descanso. “Por aquel entonces era bastante extremo con el trabajo. Trabajaba los fines de semana. Realmente no creía en las vacaciones” declaró Gates a la BBC. Por suerte, el tiempo (y suponemos que la edad) le mostraron que dedicar más horas al trabajo no implicaba ser más productivo. ”Al final, tuve que relajarme cuando la empresa alcanzó un tamaño razonable”.
Leer te hace crecer, pero también te repara. El fundador de Microsoft es un lector insaciable que devora sin piedad libros relacionados con aquellos temas que más le interesan o sobre los que tiene que aprender. De hecho, el propio millonario reconoció en el documental ‘Bill Gates :Bajo la lupa’ que acostumbraba a llevar siempre consigo una bolsa llena de libros que iba leyendo a lo largo del día o durante sus viajes.
El millonario aprovecha pequeños descansos a lo largo de la jornada para dejar de lado lo que sea que esté haciendo y dedicar unos minutos a la lectura. Según estudios realizados por la Universidad Occidental de Timisoara, realizar microdescansos de entre 10 y 20 minutos durante la jornada contribuye a aumentar la productividad y reducir la fatiga mental.
El interés por la lectura de Gates no solo es una forma de relajarse, sino que el millonario aprovecha ese hábito para aprender sobre materias que le interesan y luego aplica en su trabajo. Entre sus preferencias se encuentra las políticas de salud, medio ambiente y la ciencia, que luego aplica en los proyectos filantrópicos de la Fundación Bill y Melinda Gates que codirige. “Lo ideal es leer mucho y, con suerte, encontrar una habilidad que disfrutes y que pueda tener un impacto”, dijo el millonario en una de las sesiones de “pregúntame cualquier cosa” que hacía con los usuarios de Reddit.
Encuentra el trabajo de tu vida: esa será tu gasolina. “Tienes que disfrutar lo que haces todos los días, y para mí eso es trabajar con gente muy inteligente”, declaró Gates. “Es trabajar en nuevos problemas. La competencia, los avances, la investigación hacen que el campo en el que estoy, creo, sea el más apasionante que existe”.
Trabajar o estudiar algo que te apasiona es una de las mejores formas de motivación, más allá de la retribución económica. No hay salario que satisfaga a unempleado desmotivado. Un estudio de la Universidad de Warwick, apunta a que un empleado feliz y motivado es un 12% más productivo.
La motivación extrínseca se basa en incentivos materiales como un aumento salarial, un ascenso o reconocimiento dentro de la empresa. Sin embargo, ¿qué sucede si eres un profesional autónomo o un estudiante? En este caso el mejor motor será motivación intrínseca, esa no responde a los mismos estímulos externos, y que parte del interés propio y el disfrute de la actividad que se está llevando a cabo.
Parafraseando al filósofo chino Confucio: elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.
Dormir también puede ser productivo. Bill Gates ha contado en distintas entrevistas cómo eran las jornadas maratonianas durante los primeros años de Microsoft. El millonario y su socio Paul Allen competían para ver quién descansaba menos, considerándolo un indicador de productividad. “En mis primeros días en Microsoft, habitualmente pasaba la noche en vela cuando teníamos que entregar un software. Una o dos veces, me quedé despierto dos noches seguidas”.
Por suerte, con el paso de los años el magnate de la tecnología comprendió que es justo al revés. En uno de los episodios de su podcast Unconfuse me, Bill Gates confiesa que, a raíz de que se diagnosticara que su padre padecía Alzheimer, Gates comenzó a leer y a estudiar sobre la salud mental y la importancia que las horas de sueño tienen para mantener sano el cerebro. Gates asegura que procura dormir al menos siete horas, tras la lectura del libro ‘Por qué dormimos’ de Matthew Walker.
“Me tomó un poco más de tiempo de lo habitual terminar el libro. Irónicamente, porque seguí el consejo de Walker de dejar el libro que estaba leyendo un poco antes de lo acostumbrado para poder dormir mejor por la noche”, escribía Bill Gates en la reseña del libro.
El sueño juega un papel fundamental en el pensamiento y el aprendizaje. La falta de sueño perjudica estos procesos cognitivos de muchas maneras. Primero, perjudica la atención, el estado de alerta, la concentración, el razonamiento y la resolución de problemas. Esto hace que sea más difícil aprender de manera eficiente y, por tanto, la falta de sueño minará tu productividad.
En Xataka | La mina de dólares de Bill Gates: cómo ha logrado aumentar su fortuna durante más de veinte años seguidos
Imagen | Wikimedia Commons (Foro Económico Mundial)
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