La UE sigue animando a su industria automovilística a fabricar coches de combustión... Para países pobres

La UE sigue animando a su industria automovilística a fabricar coches de combustión... Para países pobres
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La Unión Europea ha emprendido una cruzada contra el coche de combustión. El objetivo es, simple y llanamente, que desaparezcan. Y el primer paso será la prohibición de su venta. Pero, pese a todo, anima a los fabricantes a seguir fabricándolos. ¿Qué está pasando?

Adiós, combustión. El pasado verano, la Unión Europea llegó a una conclusión: es necesario que desaparezcan los vehículos de combustión. El primer objetivo es conseguir una reducción en el nivel global de emisiones de CO2 del 55% y alcanzar los niveles de los años 90. Poco después, en 2035, estará prohibida la venta de todo coche nuevo con motor de combustión. Sí, también los híbridos (enchufables o no) y los eléctricos de autonomía extendida entran dentro de esa categoría.

Euro 7. Antes de 2035, deberíamos ver un descenso significativo en la venta de modelos con motores de combustión. De hecho, la futura normativa de emisiones Euro 7 propone unos límites tan bajos que impedirá en la práctica la venta de coches no electrificados. Algunos fabricantes, como Audi, ya han suspendido el desarrollo de este tipo de automóviles.

"Muchos años o décadas". Con las instituciones europeas aprobando este tipo de medidas y los gobiernos alentando a la compra de vehículos menos contaminantes, son, cuanto menos, sorprendentes las palabras de Thierry Breton, comisario de Mercado Interior de la UE, quien en un viaje a Lombardía en el que le acompañaba John Elkann, presidente del Grupo Stellantis, ha animado a los fabricantes a seguir produciendo automóviles de combustión.

"Aunque Europa prohíba la venta de motores de combustión interna, otros países del mundo seguirán utilizándolos. (...) Animo a todo el ecosistema automovilístico a asegurar la transición eléctrica para estar preparados para 2035 (en la UE), pero también a seguir exportando vehículos térmicos o híbridos a países que todavía los necesitarán durante muchos años o décadas", aseguró el comisario.

No es casual. Como casi todo en esta vida, las declaraciones de Thierry Breton no son casuales. Y es que el Grupo Stellantis es uno de los que más ha protestado por la obligación de transitar hacia el vehículo eléctrico. Este mismos mes de enero, Carlos Tavares, CEO del conglomerado automovilístico, aseguraba que "el coche eléctrico impuesto por ley no es la solución".

Las multas. En los últimos años, los fabricantes de automóviles se han enfrentado al reto de reducir sus emisiones contaminantes. Con los objetivos de situarse por debajo de los 95 gr/km de CO2 y una serie de herramientas que han animado a la industria a vender vehículos más pesados y caros, finalmente las marcas han conseguido situarse por debajo de los límites permitidos. En 2021 ya consiguieron cumplir pero los objetivos para los próximos años por parte de las instituciones europeas son aún más ambiciosos.

Menos es más. A pesar de las palabras de Breton, los fabricantes han optado por volcarse con la electrificación. En Europa, no les queda otra si quieren seguir vendiendo automóviles. Pero es que, además, ya han optado por fórmulas para sufragar la transición. Ford se ha dividido en dos y será la división de combustión la que financie la eléctrica hasta que ésta sea rentable por sí sola. El Grupo Volkswagen ya ha anunciado que abandonará decenas de modelos por el camino. Menos opciones y más caras. Eso sí, dentro de la Unión Europea.

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