Por mucho que nos digan que el desayuno es la comida más importante del día esta comida no suele ser la más cuidada por los españoles. Quienes se inclinan por desayunos algo elaborados y más contundentes seguro recurran a menudo a una tostada. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿es la tostada una opción sana para empezar el día?
Debate abierto. Como tan a menudo ocurre en nutrición, hay defensores y detractores de incluir tostadas en nuestro desayuno. Multitud de propuestas de desayuno elaboradas por nutricionistas introducen alguna forma de tostada entre sus opciones. Las tostadas nos ofrecen una base de carbohidratos que podemos acompañar con otros micro y macronutrientes como vitaminas y proteínas.
Sin las tostadas también tienen detractores. Como Monique Tello, del Hospital General de Massachusetts, que escribía en un artículo que “para las células en tu cuerpo, un bol de cereales, un bagel, una tostada o una magdalena no se diferencian de un postre”.
Un aspecto importante a tener en cuenta es cuál es la alternativa. Las tostadas a buen seguro son mejores que la bollería, pero no tanto quizá como acompañar un yogurt natural con fruta. Esta segunda opción no es la más habitual en el desayuno español, sino que más frecuentemente la tostada sustituye a galletas y distintos tipos de bollería.
El pan. Lo que hace a la tostada es el pan, pero existen multitud de tipos de pan y no siempre escogemos el más sano. Hay cierto consenso en que la opción integral es mejor a la de recurrir al pan blanco. El pan de barra también suele ser considerado más nutritivo que el de molde, que incluye mayor cantidad de azúcares para permitir su conservación. Hay que tener en cuenta que, si bien la opción integral es mejor, los panes blancos “estilo artesano” o “naturales” no son necesariamente mejores.
Algunos de los peros que se le ponen a las tostadas tiene que ver con el tueste en sí. Aunque el pan sea un producto ya cocinado, tostarlo puede alterar sus nutrientes. El tueste puede favorecer la aparición de la acrilamida, un compuesto que aparece cuando se somete a los almidones a altas temperaturas, y que incrementa el riesgo de cáncer. Por eso es importante evitar “quemar” el pan al tostarlo.
El acompañamiento. También es muy importante cómo acompañamos el pan (si la frase suena redundante es porque lo es). Aquí hay otro problema con nuestros hábitos, puesto que dos de los protagonistas habituales de las tostadas en nuestros desayunos (mantequilla ni mermelada) son opciones especialmente saludables.
Por fortuna, entre las recetas de desayunos podemos encontrar algunas que incluyen tostadas. Un ejemplo, si tendemos hacia lo dulce, será la tostada de manteca de cacahuete y plátano. Esta receta nos proporciona una variedad de granos y frutos secos con los nutrientes adicionales del plátano. Además de energía, también nos aportará las grasas necesarias para afrontar el día.
Las tostadas de aguacate han ganado fama en los últimos años y también son un habitual en estas recomendaciones, acompañado por ejemplo de tomate fresco y huevo o setas. Además del aguacate, otras opciones de tostada pueden incluir atún, pavo o pollo, queso o fresas. Incluso las alubias típicas de los desayunos británicos pueden servirnos como opción nutritiva.
La importancia de desayunar bien. El desayuno es sin duda una comida importante. La energía y nutrientes que nos aporta la primera comida del día son claves para afrontar la primera mitad de la jornada, pero hay que tener en cuenta que, como siempre, hay matices.
Por ejemplo hay que considerar que no es solo el hecho de desayunar, sino también la cantidad y el tipo de comida que consumamos. También es vital saber que no todos los cuerpos son iguales, por lo que obsesionarse con cambiar los ritmos a los que nuestro cuerpo nos pide la comida puede ser contraproducente.
Consejos para un buen desayuno. Desayunar es importante, pero también hacerlo bien. La clave de un desayuno completo es que nos aporte una variedad de nutrientes, proteínas, grasas e hidratos. Es también recomendable incluir frutas en el desayuno, lo cual nos facilitará alcanzar las recomendaciones de consumo diario de estos productos.
Las tostadas pueden ayudarnos a lograr esta variedad de nutrientes, pero por supuesto existen alternativas. Tello, por ejemplo, recomendaba en su texto sustituir las tostadas por semillas, granos y frutos secos, acompañando éstos por yogurt y fruta congelada.
En la variedad está el gusto y también una ayuda para lograr una dieta equilibrada. Quizá nos anime saber que, incluso entre las dietas que nos proponen los expertos hay espacio para tostadas de otro tipo.
Imagen | Jordi Sanchez (CC BY-SA 2.0)
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