El problema de las hamburguesas envueltas: mitos y realidades de los 'otros inconvenientes' de la comida rápida

Jean Claude Attipoe Etjiql0adwi Unsplash
4 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Cajas de pizza, papeles de hamburguesas, recipientes de patatas fritas, cubos de palomitas, envoltorios de dulces, barquetas y tuppers listos para recalentar a la hora de comer... ¿Y si toda esa paquetería que se ha vuelto tan popular fuera mala para la salud? No lo dentro, no (que también); sino los envoltorios. 

En los últimos días varios vídeos y noticias virales han encima de la mesa un tema que lleva más de una década preocupando a expertos e investigadores. ¿Qué pasa con los PFAS? 

¿Qué son los PFAS? Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, en sus siglas en inglés) son un grupo de más de 4.700 agentes químicos  sintéticos que, durante años, han sido ampliamente utilizados por la industria. En esencia, se trata de compuestos que contienen un segmento de fluorocarbono estable (no reactivo). 

Se los suele conocer como "químicos eternos" porque se acumulan de forma muy persistente en el medioambiente (las de cadena corta) y en humanos, animales y sedimentos/suelo (las de cadena larga). Si fueran completamente estables, no pasaría nada, pero la parte no fluorada de estos compuestos puede degradarse y, en última instancia, causar problemas de salud.

Hay bastante consenso entre los investigadores en que estas sustancias se relacionan con diversos problemas de salud como daños hepáticos, problemas endocrinos, obesidad, infertilidad fertilidad y cáncer.

Effects Of Exposure In Human Health Final
Agencia Europea de Medio Ambiente

Vale, ¿y qué tiene que ver todo esto con la comida rápida? Pues que, desde hace unos años, se ha descubierto que materiales que parecían seguros y estables (y que se vienen usando como envoltorios en muy diversos contextos) tienen problemas en entornos calientes y grasientos. Justo lo que ocurre con la comida rápida.

Es interesante porque, tras una primera alarma en 2011 y la rápida reacción de sector retirando esos componentes del empaquetado, se asumía que todo estaba más o menos en orden. No era así. En 2017, la revista 'Environmental Science & Technology Letters' reveló que, en EEUU, casi la mitad de los envoltorios de papel (por ejemplo, el papel con el que se envuelven las hamburguesas y bolsas de los productos de pastelería) y hasta el 20% de las  muestras de cartón (por ejemplo, las cajas de pizza) contenían flúor.

Eso reactivó la preocupación. Ese mismo año, la asociación de asociaciones de consumidores Euroconsumers y el Danish Consumer Council examinaron los envases europeos para comprobar si pasaba lo mismo. Los resultados cambiaron mucho de un sitio al otro.

Mientras en muchos países se detectaron compuestos fluorados en las cajas de pizza (hasta en la mitad de las muestras), ninguna de las españolas tuvo este problema. Lo mismo pasó con las cadenas de hamburguesas (y es curioso porque, de forma sistemática, los resultados en el resto de Europa eran peores -- incluso en las mismas cadenas).

La única alarma que detectó el estudio en España fueron dos bolsas de palomitas de microondas. Lo cual habla muy bien de la situación en el país en esta materia.

¿Debemos de preocuparnos por la comida rápida? A medida que la revolución de las hamburguesas llega a todos sitios y la 'comida rápida' va ganando cierto prestigio (que le ayuda a huir de la idea de 'comida basura' que ha arrastrado durante años), era cuestión de tiempo que la gente volviera a preguntarse... ¿Cómo de problemática es la comida rápida?

Los PFAS son un problema, sí. Sobre todo, porque (como hemos visto) son fácilmente accesibles, están en el mercado. Incluso en países como España, una crisis que obligue a recortar costes puede ponerlos de nuevo en circulación. Por ello, aunque la UE reforzó su normativa en 2022, se necesitan regulaciones más estrictas.

No obstante, no hace falta irnos a PFAS para concluir que, entendidos como lo que son (una pata más de 'la gran invasión de los ultraprocesados'), la irrupción de la comida rápida ha trastocado los patrones nutricionales de medio mundo. Tengamos en cuenta de que en España, el peso de la comida procesada en nuestra dieta se triplicó entre 1990 y 2010 (pasando del 11% al 31,7%) y la comida rápida tiene mucho que ver.

En Xataka | Estos son los efectos de alimentarse dos semanas a base de perritos calientes, hamburguesas y patatas fritas

Imagen | Jean Claude Attipoe

Comentarios cerrados
Inicio