Platos, cubiertos y vasos de plástico desechables dirán adiós en 2021: la Eurocámara acaba de aprobar su prohibición

Platos, cubiertos y vasos de plástico desechables dirán adiós en 2021: la Eurocámara acaba de aprobar su prohibición
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Los diputados de la Eurocámara han votado de forma casi unánime -560 votos a favor, 35 en contra, 28 abstenciones- la prohibición definitiva de los objetos desechables fabricados con plástico, como platos, cubiertos, vasos, bastoncillos, pajitas, palos de globos... Incluso a envases de comida para llevar que no pueden reutilizarse. Un veto que se hará efectivo a partir de 2021 y que culmina una carrera de fondo contra este tipo de usos del plástico por motivos ecológicos.

La prohibición, que ya fue aprobada de forma informal en octubre, también incluye objetivos de recuperación centrados en mejorar la salud de mares y océanos. Por ejemplo, pretende que se recuperen el 90% de las botellas de plástico para 2029, dentro de una década. Algo antes, en 2025, el 25% del plástico de las botellas deberá ser de origen reciclado. Para 2030, este porcentaje deberá estar en el 30%.

Basura → Mares → Peces → Nosotros

Los plásticos de un solo uso suponen el 70% de los residuos marinos -el global del plástico sube hasta el 80%-, a su vez responsables de los microplásticos, las islas de basura y la contaminación biológica.

La prohibición se hará eficaz en 2021, mientras tanto los gobiernos de cada país miembro irán planteando sus medidas concretas

Por su lentísima biodegradación acaban siendo ingeridos por la fauna marina, la cual también ingerimos los humanos -de acuerdo, no todos- y explica el hecho de que ya se hayan hallado microplásticos en las heces humanas.

Al ser una directriz europea, cada uno de los estados miembros será quien determine las medidas concretas que se llevarán a cabo para estos objetivos, incluyendo los de promover el uso de plásticos reciclados. Algo que podemos esperar que se vaya produciendo en los próximos meses.

El de las toallitas húmedas es otro drama creciente contra el que ya se está trabajando desde las administraciones, y esta medida europea también ha fijado su mirada en ellas: cada fabricante deberá informar en el envase de si contienen plástico y sobre los daños potenciales que pueden causar si se arrojan al WC en lugar de al cubo de la basura.

La medida tiene su base en cuestiones ecológicas y de preservación del medio ambiente, pero también económicas: según lo comentado por la Eurocámara en octubre del año pasado, con esta restricción se pueden ahorrar 22.000 millones de euros en costes medioambientales, el equivalente a 3,4 millones de toneladas de CO2 menos hasta el año 2030.

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