Creía que la respiración controlada era un cuento. Ahora la practico cada noche

  • Se basa en ciclos de inhalación y exhalación lentas sosteniendo la respiración entre ellas

  • Una práctica tan aparentemente simple tiene varios efectos positivos para nuestra salud física y mental

  • Incluyendo una mayor capacidad para concentrarnos y estar relajados

Inhale
2 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Apple puso a la venta su primer Apple Watch el 26 de junio de 2015. Lo compré ese mismo día y casi una década después ha tenido más consecuencias sobre mí de las que esperaba, pero esa es una historia para otro artículo. La cosa es que entre sus aplicaciones nativas había una llamada 'Respirar' que en ese momento me parecía algo bastante tonto. ¿Quién necesita una aplicación que le indique cuándo inhalar y cuándo exhalar mediante retroalimentación háptica?

Sonaba a superchería, a chakras, la usé una vez y me olvidé de ella por completo. Un tiempo después, los giros de la vida me hicieron pasar por un trámite que me ayudó a entender y poner en práctica este concepto de la respiración activa. Y me tragué mis palabras. Varios años más tarde, aquello también ha tenido más consecuencias sobre mí de las que esperaba.

Simple pero poderosa

Fue cuando descubrí que era una técnica simple, que podía hacer rápidamente desde cualquier lugar, liberando unas consecuencias inmediatas. La respiración controlada (o respiración consciente) influye en nuestro sistema nervioso, concretamente en el sistema nervioso autónomo, que regula funciones involuntarias como la frecuencia cardíaca o la digestión.

Consiste en encontrar un lugar cómodo y tranquilo en el que sentarse o tumbarse, cerrar los ojos, inhalar profundamente asegurándonos de que el abdomen se expanda todo lo posible, aguantar la respiración durante unos pocos segundos y luego exhalar lentamente. Y así repitiendo el ciclo durante varios minutos, tratando de alargar gradualmente cada inhalación y exhalación en la medida de lo posible.

Los relojes inteligentes de Apple, Fitbit o Samsung, entre otros, tienen ejercicios de respiración, y pueden conseguirse aplicaciones alternativas fácilmente para varios dispositivos. Con la ventaja de que ni hacen ruido ni nos exigen tener los ojos abiertos, ya que usan la retroalimentación háptica. Si no contamos con un reloj así, es fácil acceder a audios o vídeos guiados que nos ayudarán a controlar los ciclos.

Esta práctica promueve un estado de calma y ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, según concluyó un estudio publicado en el National Center for Biotechnology Information (NCBI) en 2018. Mejora la atención y la concentración, reduce la presión arterial y aumenta la sensación general de bienestar.

Noah Silliman Gzhykeo Cbu Unsplash Imagen: Noah Silliman en Unsplash

Estos efectos van más allá de la salud física y mental: también se traduce en un aumento de nuestra capacidad para concentrarnos y mantener el enfoque, incluso en situaciones de presión o cuando tenemos una preocupación en segundo plano que nos anula para casi cualquier cosa.

En una era en la que la desconcentración nos tiene ganados fruto de la cantidad de estímulos y recompensas que tenemos siempre en el bolsillo, mantener esa capacidad de concentración es diferencial.

La respiración controlada ayuda a pausarnos y relajarnos antes de continuar con una actividad para la que estábamos teniendo dificultades por no ser capaces de mantenernos en ella.

En mi caso, la respiración controlada es un recurso especialmente valioso antes de dormir. A menudo, por no decir siempre, me cuesta conciliar el sueño por no poder dejar de dar vueltas en la cabeza a ciertos pensamientos sobre lo que ocurrió ese día o lo que me aguarda el mañana. Una sesión de tres o cinco minutos de respiración controlada suele ser más que suficiente para superarlos.

Es una herramienta de auto-regulación que en un principio ignoré pero que se ha acabado convirtiendo en un recurso bastante valioso, por sus efectos y por su simplicidad.

En Xataka | La mayoría de la gente lleva respirando mal toda la vida. Por suerte la ciencia sabe como solucionarlo

Imagen destacada | Xataka, Mockuuups Studio

Inicio