El primer restaurante para perros ha abierto sus puertas en Roma. Y es mucho más selecto de lo que imaginas

Desde su apertura, las reservas no paran de amontonarse

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En la cocina de un restaurante de la Via Flaminia, al norte de Roma (Italia), el chef Luca Grammatico se esmera en la preparación de un bacalao con ricotta y calabacines cocidos. Su próxima tarea es freír unos nuggets de pollo acompañados de puré de patatas, uno de los platos preferidos de su invitada de esta noche. "La presentación es muy importante", comenta el experto culinario mientras da los últimos retoques al plato.

Lo cierto es que la invitada que está por llegar al establecimiento no es una persona, es una perrita Beagle. Y que esto no es un restaurante al uso, sino el primero en el mundo que sirve a perros. Con el nombre de Fiuto, una palabra italiana que describe el sentido del olfato de un animal, este espacio gastronómico para canes fue inaugurado por Marco Turano y sus dos socios comerciales en el distrito de Ponte Milvio de Roma hace poco más de una semana. Desde entonces, las reservas no han parado de amontonarse.

El local ofrece un menú para perros cuidadosamente seleccionado que incluye tazones estilo poké con una selección de pollo, carne, pescado y verduras como entrantes, seguidos de una selección de platos principales y postres. Algunos ejemplos son: nuggets de pollo y puré de patatas; lomo de cerdo con calabacines y zanahorias en juliana; bacalao con ricotta y calabacines cocidos; o huevos duros con crema de guisantes y fontina.

A cada perro se le da agua (mineral, no del grifo) como aperitivo. Y el precio de las opciones de plato principal oscila entre 10 y 22 euros, dependiendo del tamaño de la ración, ya que dependiendo del tamaño del perro se le asigna un tipo de cuenco específico: S (para los que pesan entre 2 y 10 kilogramos), M (de 11 a 20 kg), L (de 21 a 30 kg) e incluso XL (más de 30 kg). "Sólo se utilizan productos de alta gama. Queremos asegurarnos de que cuando un perro come aquí, coma tan bien como los humanos", afirma Turano.

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"Elaboramos el menú con un nutricionista veterinario, con quien determiné los ingredientes teniendo en cuenta las alergias, porque los perros tienen muchas más alergias que los humanos", explica el jefe de cocina en este artículo de The Guardian, que anteriormente trabajó como adiestrador de perros. "Sin especias, sin sal y sin aceites", insiste el chef.

Como curiosidad, hay que comentar que no se oye ni un ladrido. Los invitados se concentran inmóviles en sus cuencos de diseño, sentados sobre mantas de lana junto a las mesas de sus dueños. El restaurante también atiende a humanos, pero la comida se prepara en una cocina independiente. Es decir, hay dos cocinas y dos menús separados: uno para los perros y otro para los humanos. En cuanto a la distribución, a los perros pequeños y grandes se les asignan asientos diferentes para evitar conflictos innecesarios.

Perros Restaurante

La iluminación es tenue, suena música lounge de fondo, y el personal acompaña a las personas y sus mascotas a sus mesas, preguntando a los clientes peludos si les apetece un huevo cocido con puré de guisantes y queso fontina. Los cachorros sedientos pueden optar por un zumo de manzana verde y sandía, o un smoothie de pera, fresa o plátano. Antes de irse, los huéspedes pueden pasar por un área para selfies con espejos y posar con su perro en una sesión de fotos. De vez en cuando hay concursos y premios para el perro que más se parezca a su dueño.

La idea surgió de la pasión de los dueños por la restauración (antes dirigían un restaurante en el barrio de Trastevere) pero, sobre todo, por su amor por los perros. "Buscamos asesoramiento de profesionales, incluidos propietarios de restaurantes, veterinarios y personas que proporcionan dietas para perros; no dejamos nada al azar", comentan. Desde su apertura, el restaurante ha acogido una media de seis a diez perros todas las noches entre semana y de 10 a 15 los fines de semana.

Hay que tener en cuenta que, al igual que en España y en el resto del mundo, la propiedad de perros en Italia (la mascota favorita del país) ha aumentado significativamente en los últimos años, impulsada en parte por la pandemia de coronavirus y el elevado coste de tener hijos. En total, los italianos gastaron 2.700 millones de euros en productos alimenticios para perros y gatos en 2022. Y tratándose de Italia, un país respetado por su cultura gastronómica, era una pena que hasta ahora los amantes de la comida no tuvieran dónde llevar a sus amigos de cuatro patas.

Imágenes: Fiuto (Google Maps)

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