A partir del 1 de octubre OnlyFans , plataforma de micromecenazgo por suscripción, prohibirá la difusión de “contenido para adultos” en su espacio. Según la compañía, se seguirá pudiendo subir desnudos y algunos tipos de imágenes y vídeos soft porn, pero no estará permitido el contenido explícito y pornográfico que comprende el grueso de su repertorio actual y, sobre todo, aquello por lo que Onlyfans se ha hecho reconocible.
¿Por qué este volantazo ahora? Según Axios, porque a la empresa le está costando levantar grandes rondas de financiación. Los inversores tienden a apartarse de negocios que puedan entrar en colisión con las leyes FOSTA-SESTA estadounidenses, de lucha contra el tráfico sexual digital. El porno siempre ha sido un quebradero de cabeza desde este punto de vista. Leo Radvinsky, fundador del popular sitio para webcamers MyFreeCams y persona importante de la industria, compró en 2018 el 75% de Onlyfans, pero tras el espectacular crecimiento pandémico de la plataforma ha hecho amagos para canjear su participación y abandonar la inversión. Radvinsky es, de hecho, alguien con un turbio historial empresarial vinculado (de forma muy indirecta) al tráfico de links que llevan a contenido pedófilo.
Dos millones de trabajadores abandonados, según el recuento de The New York Times de gente que vivía ya de esta fuente de ingresos casi en exclusiva. Con los confinamientos mundiales de marzo de 2020, la empresa se erigió como lugar seguro desde el que hacer dinero para muchísimos trabajadores sexuales. Debido al poder de convocatoria de Onlyfans, ésta plataforma se convirtió en el espacio por defecto desde el que trabajar para todos los profesionales y amateurs del sector: no sólo ofrecía mejores comisiones de venta, sino que tenía mucho más público que BOngacams o Chaturbate.
A lo largo de cinco años la aplicación ha generado 4.500 millones de dólares para creadores. Pero, al concentrar tanto el negocio, los trabajadores se han topado ahora con el cambio de política con que su principal fuente de ingresos ha colapsado. Eso a pesar de que su CEO decía apenas hace un par de meses que seguirían permitiendo ese tipo de contenido.
Victoria antiporno. Ha habido dos principales reacciones al anuncio de la compañía. Los conservadores, los mismos que han hecho muchos esfuerzos en los últimos años por dinamitar estas plataformas sexuales con campañas de boicot a los inversores y anunciantes, consideran positivo que se cierre un espacio que fomentaba la cultura pornográfica y al que en algunas ocasiones se le colaba contenido violento o pedófilo. También un sector feminista ha aplaudido la decisión: Onlyfans se había convertido para muchas chicas en una suerte de “nuevo YouTube”, donde parecía fácil convertirse en una influencer bien pagada a costa de perpetuar la sexualización y “regalar” a bajo coste imágenes de sus cuerpos que permanecerían en la red para siempre.
Instrumentalizar el porno. Más ruido se ha hecho desde el otro sector feminista y pro porno, que considera hipócrita y mojigato seguir censurando a estas alturas aquel negocio que mueve tantísimos miles de millones y que parece imposible que desaparezca, sólo se transforme, y seguramente con peores condiciones que las que ellos ofrecían, caso de Pornhub o XVideos. Defienden que, con esta acción, Onlyfans ha hecho lo mismo que hicieron antes otros gigantes como Patreon, Tumblr o Reddit, que se valieron de este contenido para aumentar enormemente su popularidad y su nicho de mercado para después desecharlo por contenido respetable o vainilla.
El nuevo rostro de Onlyfans se llama OFTV y representa justo aquello de lo que hablaba el grupo mencionado. La semana pasada la compañía lanzó esta sección separada de su principal canal, que sería “safe for work”, y donde se fomenta un tipo de contenido pagado libre de desnudos, como vlogs, fitness y videos de cocina.
¿Sobrevivirá Onlyfans sin el porno? Es la pregunta del millón. No hay duda de que la forma en la que Onlyfans ha ingresado a la cultura popular es por su función como sitio de suscripción porno. Ellos no promovían esa asociación, y de hecho les vino bien cuando celebridades del tipo Cardi B, Tyga o Chris Brown se unieron a la plataforma atrayendo a un público capaz de pagar por un contenido exclusivo y que no fuese porno. Lo que también se ha señalado es que el engagement y dinero que estas estrellas generan no se acerca ni de lejos al que generan las superestrellas porno de su red.
Un dato que podría ser relevante o no: Tumblr, antes de Onlyfans otro destino popular para las personas que buscaban contenido para adultos, prohibió las imágenes sexualmente explícitas en 2018, un año después de que Yahoo la comprase por 1.100 millones de dólares. Yahoo vendió Tumblr en 2019 por tres (3) millones de dólares.