Nueva York ha sido desde siempre una ciudad de inmigración, multiétnica y multicultural. También un faro de esperanza para aquellos que buscaban una vida mejor. Pero eso se está volviendo en su contra. Como todo en esta vida, cuando algo se lleva a cabo al extremo, surgen los problemas. La enorme afluencia de inmigrantes y solicitantes de asilo está poniendo a prueba la capacidad y los recursos de la ciudad. "Este problema destruirá Nueva York", señalaba su alcalde Eric Adams.
Ahora la ciudad se enfrenta a un nivel de personas sin hogar no visto desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Los datos. Según han comunicado los funcionarios esta semana, la ciudad de Nueva York acaba de superar un hito lamentable: por primera vez en su historia tiene a más de 100.000 personas sin hogar que duermen cada noche en el sistema de albergues y refugios. Según datos de la Coalición para las Personas sin Hogar, esa cifra supera ya los 110.000. Y hay que tener en cuenta que ahí no se incluye a otros miles que duermen en las calles.
Para empeorar la situación aún más, está creciendo la afluencia de solicitantes de asilo, que ahora constituye más de la mitad de la población acogida. El alcalde Eric Adams dice que la ciudad se está quedando sin dinero, espacio y personal para atender a esos solicitantes de asilo. “No veo un final para esto. Recibimos 10.000 inmigrantes al mes…. La ciudad se encuentra en medio de una crisis”. En total, aproximadamente 1 de cada 80 personas en la ciudad más grande del país no tiene un lugar permanente donde vivir.
La situación actual. La ciudad ya ha gastado más de 1.200 millones en viviendas para inmigrantes sólo este año y piensa gastar otros 4.000 millones el próximo año. Incluso se está considerando instalar tiendas de campaña en Central Park para albergar a los inmigrantes recién llegados, lo que indica cuán desesperada es la situación. Y es que más de dos tercios son familias con niños. ¿De dónde vienen? Principalmente de países latinoamericanos como Venezuela, Ecuador y Colombia. Desafortunadamente, albergar a los solicitantes de asilo es más costoso ya que muchos de ellos, sin permisos de trabajo, no pueden pagar sus necesidades básicas.
La mayoría son mayores. El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano explica además que los adultos mayores suponen el conjunto de más rápido crecimiento de la población sin hogar. Es lo que muchos expertos llaman (de forma peyorativa) un creciente “tsunami de plata”. Se estima que los costes de atención médica y vivienda en la ciudad de Nueva York se triplicarían por este problema en 2030 en comparación con 2011, y en Los Ángeles aumentarían un 67%.
¿Por qué? Principalmente porque la enorme generación del baby boom, que desde la década de 1980 ha contribuido en gran medida a la población sin hogar, ahora es anciana. Y el envejecimiento de Estados Unidos significa que más personas mayores se ven abrumadas por el alto costo de la vivienda y otras crisis financieras.
A futuro. Los legisladores de la ciudad han lanzado una campaña pública para resaltar la gravedad de la crisis migratoria y el alcalde ha pedido a las instituciones federales que aceleren la autorización de trabajo para los solicitantes de asilo También han anunciado una nueva política que sólo permitirá a los inmigrantes permanecer en los refugios de la ciudad durante 60 días, después de lo cual tendrán que volver a solicitar vivienda.
La crisis inmobiliaria. Aunque gran parte de la esfera política habla de crisis migratoria, el profesor de la City University de Nueva York, Philip Yanos, no está tan seguro. Y separa el problema de los recién llegados de la falta de vivienda asequible. Los altos costes inmobiliarios son, de hecho, el factor más importante para que una persona se quede sin hogar, especialmente para los mayores que viven con el Seguro Social y que ya no trabajan.
De hecho, el rápido crecimiento de los precios de la vivienda en los últimos años también está golpeando San Francisco, tal y como hemos comentado en Xataka. El 53% de los encuestados que se han quedado en la calle en el último año afirma que la causa fueron las “dificultades económicas”. Y una cuarta parte de las personas que se quedaron sin casa en 2018 se encuentra en la calle por primera vez. Es decir, no son personas que han estado entrando y saliendo de las calles. Sino que es algo que nunca antes les había pasado.
Imagen: Flickr (Guillaume David)
En Xataka | El "efecto dónut" del teletrabajo: cómo ha trasladado la economía de Nueva York del centro a la periferia
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