Las reglas del fútbol no siempre han sido las mismas. La forma de jugar y la puntuación ha variado mucho a lo largo de la historia hasta la que conocemos hoy en día. De hecho, en la primera mitad del siglo XIX no habían ni reglas escritas y en cada región se jugaba de una manera diferente. Sin embargo, el 8 de diciembre de 1863 se llegó a un acuerdo definitivo para redactar las reglas de la Football Association. Es decir, el reglamento que todo el mundo utiliza actualmente.
Más de 150 años después, este deporte debate cambiar una de sus normas más tradicionales, la de las tarjetas. En concreto, se discute la introducción de una tarjeta azul. Esta sería la primera vez que se modifica el sistema de tarjetas en el fútbol desde que en el Mundial de 1970 se introdujeron las amarillas y las rojas. Pero no es algo nuevo en el mundo del deporte. De hecho, ya son varios los que las usan y no les ha ido mal.
Una nueva norma. Según adelantaba The Telegraph hace unos días, la IFAB (International Football Association Board) está estudiando la posibilidad de introducir unas nuevas tarjetas azules que signifiquen la expulsión durante 10 minutos de un jugador. Es decir, el futbolista deberá abandonar el terreno de juego y dirigirse al banquillo hasta que ese tiempo expire. Hay que tener en cuenta que dos tarjetas de este color también constituyen una roja. Por lo que el jugador sería expulsado todo el partido y suspendido en el siguiente. De igual manera, una tarjeta azul y una amarilla combinadas tendrían el mismo efecto.
Su introducción sería gradual. De momento, la Federación Inglesa de fútbol se ha presentado voluntaria para probar este nuevo sistema. Y, según adelantaba el periódico británico, por el momento las competiciones de élite estarán excluidas de esas pruebas iniciales hasta que se perfeccione el nuevo reglamento. Por lo que podemos olvidarnos de verlas de manera oficial en la Champions o la Eurocopa pronto.
¿Por qué? El objetivo de estas tarjetas azules es el de evitar el gran número de protestas que reciben los árbitros durante los partidos e impiden su trabajo. Es un hecho que un árbitro no puede sacar cuatro rojas a un equipo y esperar que la competición se mantenga. Aquí lo que se busca más es el castigo a un equipo de dejarle con un jugador menos durante cierto tiempo. De hecho, la misma IFAB también ha propuesto recientemente el fuera de juego semiautomático, las cámaras en los árbitros o ser más estrictos con los seis segundos en los saques de los porteros.
"Hemos identificado el mal comportamiento de los jugadores con un problema grave para el fútbol. Estamos examinando qué podemos hacer mediante cambios en la reglas del juego. Una expulsión programada podría ser un elemento disuasivo mayor que una advertencia. También hay mucho interés por parte de varias partes interesadas en la idea de que sólo el capitán puede acercarse correctamente al árbitro", señalaba Lukas Brud. miembro de la IFAB.
Qué dice la FIFA. No ha tardado en salir a comentar lo que es la noticia más sorprendente que nos ha dejado el fútbol en los últimos años. En un comunicado, el organismo hace un llamamiento a la calma: "La FIFA desea aclarar que las noticias sobre la llamada ‘tarjeta azul’ en los niveles de élite son incorrectas y prematuras. Cualquier prueba, si se implementa, debería limitarse a probarse de manera responsable en niveles inferiores, una posición que la FIFA desea reiterar cuando se debata este punto del orden del día en la Asamblea General Anual de la IFAB del 2 de marzo".
Ya se usan en otros deportes. Pero lo cierto es que su introducción no es para nada descabellada ni es la primera vez que se lleva a cabo. La expulsión temporal que pretende introducir la IFAB en el fútbol ya existe en reglamentos como los de rugby, fútbol sala, balonmano o waterpolo. En el primero de ellos, cuando un jugador ve la tarjeta amarilla por alguna falta que vaya contra las normas, la penalización es que debe irse al sin bin (un asiento en el lateral del campo) y pasar allí diez minutos. Durante ese periodo de tiempo, su equipo juega con un jugador menos, es decir, con 14.
En el fútbol sala, se sigue la misma línea: cuando un jugador ve la roja, ya no podrá volver al encuentro, pero su equipo no se queda en inferioridad todo el partido, pudiendo recuperar a otro jugador si marca un gol. Y en el balonmano, deporte donde se producen muchas faltas de contacto, las acciones de inferioridades temporales son también muy comunes. En este caso se llaman "exclusiones". Y se producen tras varias amonestaciones o por cambios incorrectos. El jugador se queda 2 minutos sin jugar y sin poder ser sustituido. Eso sí, la tercera exclusión para el mismo jugador siempre lleva a una descalificación.
Las tarjetas verdes y redondas del hockey. Hay otros deportes que incluso introducen otros tipos de cartulinas con diferentes efectos. Por ejemplo, el Hockey tiene una tarjeta verde de forma triangular que sirve como una advertencia y conlleva 2 minutos de expulsión. Varias verdes pueden incurrir en una amarilla, que en este caso obliga al jugador amonestado a salir del campo de juego por un tiempo determinado por el árbitro que lo sancione, que puede ser de entre 5 o 10 minutos. Por último, también existe una roja de forma redonda que se traduce en la expulsión total del encuentro.
Imagen: Unsplash / GTRES
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