La Superliga ya tiene la validez legal que buscaba. Ahora se expone a su depredador inmediato: Arabia Saudí

Aunque la Superliga haya ganado la batalla legal para existir, ahora le queda la más difícil: la política

Real Madrid
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Los aficionados al fútbol y todo aquel que tenga un céntimo metido en esta industria llevan horas pegados a las pantallas por una noticia que marca un antes y un después en el mundo del deporte. Esta mañana, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha emitido una sentencia en la que muestra su disconformidad con la FIFA y la UEFA por poner trabas a la competencia, como podría ser la Superliga. 

Una derrota para los organismos rectores, claro, porque limita su capacidad para restringir el acceso al mercado futbolístico, poniendo fin a su monopolio. Pero, aunque la Superliga haya ganado la batalla legal para existir, ahora le queda la más difícil e importante: la política.

¿Qué ha pasado hoy? En su fallo, el TJUE establece que la manera de actuar de los organismos rectores del fútbol europeo no se ajusta al derecho y que no tienen poder para tomar decisiones como prohibir la Superliga, ni proponer sanciones a quienes participen. "Las normas de FIFA y de UEFA que supeditan a su autorización previa cualquier nueva competición de fútbol de clubes y que prohíben a los clubes y a los jugadores participar en la misma, so pena de sanciones, son ilegales".

Eso dejaría la puerta abierta a la puesta en marcha de nuevos torneos como la Superliga: "Así mismo, las normas que atribuyen a la FIFA y a la UEFA un control exclusivo sobre la explotación comercial de los derechos derivados de estas competiciones pueden restringir la competencia”.

Pero ojo. Porque la sentencia no llega a pronunciarse sobre la Superliga específicamente ni llega a evaluar de manera concreta su legalidad. Lo que hace es simplemente proporcionar un marco interpretativo para que la justicia aplique el Derecho de la Unión cuando llegue el momento. El tribunal ha dejado claro que su sentencia "no significa que una competición como el proyecto de la Superliga deba necesariamente ser aprobado", sino que se trata de un veredicto sobre las reglas de la FIFA y la UEFA en general.

Legal conseguido, reto político pendiente. Aunque a nivel legal pueda ser posible, políticamente tienen que convencer a todo el mundo de que su proyecto funciona. Una cosa es que el TJUE te deje existir porque de otro modo se vulneran las leyes de la libre competencia. Y otra muy distinta es que todo el mundo esté de acuerdo. En este caso, la Superliga tiene que convencer a: la UEFA, todas las ligas domésticas y clubes pequeños, los clubes potentes de Inglaterra, Francia y Alemania y a las federaciones y gobiernos.

Tal y como explica Francisco Fonseca Morilla, un jurista experto en la materia, en este artículo de Relevo: "Esta sentencia, frente a lo que dicen unos y otros, está diciendo: "Oigan, siéntense a negociar cuáles son las condiciones justas y proporcionales que permiten hacer esto. Que lleguen a un acuerdo entre Superliga y Champions, eso es lo que llama el tribunal criterios objetivos y proporcionales. Y si a la Superliga le parecen restrictivos, tendrá que volver a recurrir y llegar a un acuerdo con la UEFA". Vamos, que la sentencia de hoy no es ni mucho menos el final de esta historia, sino el principio.

Y negociar con los equipos. ¿Qué pasaría si ahora cogen tres equipos como el PSG, la Juventus y el Bayern y dicen que no entran en la Superliga? Hay que recordar que el Real Madrid y Barcelona han sido de los pocos clubes fundadores que se han mantenido en el barco de la Superliga. Mientras, los ingleses se rindieron a la presión política y otros equipos como el Atlético de Madrid, Inter de Milán, Milan y Juventus también dieron un paso atrás.

De momento, el Manchester United ya ha dicho que sigue comprometido a jugar en competiciones dirigidas por la UEFA a pesar del veredicto del tribunal de la UE. "Nuestra posición no ha cambiado. Seguimos plenamente comprometidos con la participación en las competiciones de la UEFA, la Premier League y otros clubes a través de la ECA para el desarrollo continuo del fútbol europeo", ha dicho el club. También en la misma línea se han posicionado el Bayern de Múnich, Liverpool, Manchester City, Chelsea, Tottenham Hotspur y Arsenal. 

La Premier no está sujeta a las leyes de la UE. Hay que recordar que, desde el Brexit, el Reino Unido es ajeno a muchas de las leyes europeas, por lo que los clubes no podrían apelar ante el Tribunal europeo, incluso si se aprueba la nueva propuesta. El Departamento de Cultura, Medios y Deportes del gobierno del Reino Unido ha emitido un comunicado que indica que un proyecto de ley a punto de aprobarse establece un nuevo regulador independiente del fútbol que haría ilegal que los clubes británicos se unieran.

"En breve presentaremos una legislación que haga esto una realidad y detendremos a los clubes unirse a competiciones separatistas similares en el futuro", dijo un portavoz del Gobierno.

¿Y si la compra Arabia Saudí? Entre los diferentes escenarios, uno que ya resuena en la cabeza de muchos pesos pesados de este deporte como Karl-Heinz Rummenigge, representante de la Asociación Europea de Clubes, es qué pasa si la Superliga se crea, todos los clubes están dentro y de repente llega Arabia Saudí, la compra, mete a sus clubes y se lleva la competición a su país. Una vez te sales del paraguas de la UEFA, es obvio que los mandamases del petróleo te pueden comprar.

Arabia Saudí se ha gastado ya al menos 5.700 millones de euros en acuerdos deportivos desde principios de 2021, según The Guardian. La Saudi Pro League está estableciéndose como una nueva superpotencia futbolística, atrayendo a una gran cantidad de jugadores como Cristiano Ronaldo uniéndose al Al-Nassr y otros como Karim Benzema, Neymar o Jordan Henderson siguiendo el mismo camino. De hecho, el rápido ascenso de la Saudi Pro League ha llevado a expertos y periodistas afirmar que Arabia Saudita podría comprar toda la franquicia de la Liga de Campeones en un futuro próximo, a raíz de un aumento sin precedentes en los precios del petróleo.

Es algo que ya hemos visto con el golf. En octubre de 2021 el país invirtió unos 1.815 millones de euros en la creación de LIV golf. Algo que molestó al PGA Tour, el otro circuito de golf profesional masculino más importante del mundo, quien inició acciones legales contra esta nueva iniciativa árabe. Una de las demandas acusaba al circuito saudí de "usar sumas astronómicas de dinero" en un intento por utilizar a los jugadores internacionales para "lavar la imagen del país". La batalla terminó con un acuerdo de fusión para crear un conglomerado que ahora reina sobre el golf profesional y lo hará en los próximos años. ¿El nuevo presidente? Yasir al-Rumayyan. ¿El precio del acuerdo? 1.000 millones.

Imagen: GTRES

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