El otoño ha vuelto. Mucho más seco que de costumbre por estos lares, pero con la misma fuerza fotográfica. Los colores del otoño han vuelto a su cita para que los fotógrafos dejemos sin palabras a quien mira nuestras fotografías. Si queremos conseguir el mejor resultado, solo tenemos que seguir los siguientes consejos.
Como siempre decimos, ir al campo y sacar la cámara del bolsillo no asegura grandes fotografías si no hemos practicado antes. No existen los trucos milagrosos y para lograr buenos resultados no basta con confiar en la inteligencia artificial de nuestros teléfonos. No es tan fácil como dar solo un botón.
Para hacer una buena fotografía otoñal tenemos que valorar la composición, la luz del momento y un cuidado control del color. Es decir, todo lo que tenemos que hacer siempre cuando nos llevamos la cámara al ojo. Solo que en esta estación hay que prestar más atención a estos puntos.
Los colores del otoño
El color es elemento más característico del otoño. Esos tonos dorados que llenan los bosques, que pintan los árboles, son los que nos llevan a hacer fotos a diestro y siniestro. Los móviles de última generación, conscientes de esta realidad, suben siempre la saturación del color para hacernos creer que vivimos en el mundo del mago de Oz.
Pero recomendamos tomar el control del color. Una buena fotografía otoñal debe salir de la cámara totalmente plana y sin color. La única forma de conseguirlo es disparando en formato RAW, o DNG si contamos con un móvil.
Es más complicado que hacerlo en un modo totalmente automático, pero todo cambiará. Ahora estás obligado a trabajar con apps de revelado como Snapseed o con programas como Adobe Lightroom o Capture One para revelar con dos parámetros esenciales.
En primer lugar, el Equilibrio de blancos, también conocido como Balance de blancos. Tenemos que buscar una Temperatura cálida para destacar el color de las hojas. Es tan fácil como marcar Sombra o Nublado. Si el resultado es exagerado, siempre puedes bajar el parámetro de Temperatura.
El otro parámetro que puedes tocar para mejorar el color, sin entrar en complicaciones técnicas, es Saturación. El secreto es no superar la mitad del total. Con el 50% basta y sobra.
Es verdad que podemos hacer muchas más cosas en Adobe Photoshop, como crear una capa de ajuste de consulta de colores y elegir el Archivo 3D LUT Fallcolors.look, por ejemplo. Pero no todo el mundo tiene este programa.
La luz del otoño
Aquí tenemos otra clave de las fotografías otoñales. Y encontramos dos tendencias: los que vemos el otoño bajo la niebla y la lluvia; y los que quieren el cielo azul y el sol en lo alto. Por supuesto, las dos formas son perfectamente válidas. Pero donde esté la niebla que se quite todo lo demás…
En los tiempos químicos, el truco era subexponer para oscurecer la luz y saturar de paso los colores… Pero en la era digital no tiene sentido, salvo que quieras seguir disparando en jpeg y olvidarte de cualquier procesado posterior.
Algún día volveremos a hacer la prueba, pero todavía tiene sentido, si no quieres ruido en tus fotografías, exponer a la derecha, es decir, hacer la fotografía mirando el histograma y llevarlo a la derecha con la ayuda de la Compensación de exposición.
Pero centrándonos en la luz otoñal, hay que recordar que no es tan dura como la del verano. La exposición es mucho más sencilla porque no es contrastada. Así conseguiremos sacar detalle tanto en las luces como en las sombras. El secreto no es otro que mirar al histograma y conseguir que toque ambos extremos, los blancos y los negros absolutos.
La luz es lo que va a cambiar todo y lo que va a convertir tu fotografía en algo inolvidable si la eliges bien. No hay que obsesionarse con los resultados de los fotógrafos más populares en este momento. Piérdete por el monte (con cabeza) y busca lo que te entre por los ojos.
Si tienes suerte y te pilla un día nublado, conseguirás aislar el árbol que te gusta y sacar en todo su esplendor el aire otoñal que buscamos todos. Y si te ha tocado un día soleado, el azul con el naranja nos da una de las mejores armonías de color que podemos encontrar.
La composición otoñal
No vamos a caer en recomendar las reglas básicas de composición que todos conocemos y hemos practicado alguna vez en la intimidad. Es el camino fácil y básico que tenemos que superar. La regla de los tercios es el ABC de la fotografía.
Si queremos mejorar nuestra composición otoñal, hay que olvidarse de las líneas imaginarias y apostar por la luz, que hemos visto antes, y el contraste. La clave, cuando te metes en el bosque, es evitar 'ensuciar' la imagen.
¿A qué me refiero? Cuando encuadras, tienes que saber cuál es el elemento principal de la fotografía. Una vez elegido, tiene que destacar. ¿Cómo? Evitando que los árboles se confundan unos con otros. Hay que evitar que se amontonen en el ancho y alto de nuestro encuadre. Si puedes separarlo visualmente con ayuda de la luz o del punto de vista, tienes la mitad de la fotografía hecha.
Como he comentado más arriba, el color otoñal es una herramienta perfecta de composición. Si un árbol conserva todas sus hojas y está rodeado por árboles desnudos, da igual dónde esté en el plano que siempre lo vamos a ver. Aunque no cumpla la regla de los tercios.
Así que si puedes salir entre semana, o el sábado y el domingo, o simplemente hay un parque cerca de tu casa, el otoño está esperando a ser fotografiado desde un nuevo punto de vista, el tuyo.