Apple no debe estar especialmente contenta con la Unión Europea. El enfado, en realidad, es mutuo, y se nota. La recién estrenada Ley de Mercados Digitales (DMA) ha hecho que la empresa tenga que hacer cambios importantes en su ecosistema, pero es que últimamente la UE tiene a Apple entre ceja y ceja.
Eso quedó ya claro con la obligación de utilizar el puerto USB-C como puerto de carga de sus dispositivos móviles —adiós a Lightning—, pero la cosa ha ido a más con la puesta en marcha de la DMA, que ha afectado a Apple en dos grandes apartados.
El primero, el de la obligación de abrir las puertas a que pueda haber tiendas de terceras partes para la distribución de aplicaciones móviles. El segundo, el de tener que aceptar navegadores web basados en un motor de renderizado que no sea WebKit.
Con ambas medidas la Unión Europea trataba de ofrecer más alternativas a los usuarios, tanto a la hora de encontrar e instalar aplicaciones, como a la de usar navegadores e incluso aplicaciones web progresivas. Apple ha cumplido con la regulación, pero lo ha hecho poniéndoselo muy difícil a quienes quieren plantear esas opciones habilitadas por la DMA.
Es como si la UE y Apple estuvieran jugando una partida de ajedrez en la que los de Cupertino van ganando. Pero ahí no ha acabado la cosa, porque la Unión Europea imponía esta semana una multa de 1.800 millones de euros a Apple tras la demanda de Spotify.
Lo cierto es que parece como si los reguladores europeos la hubieran tomado con Apple, y eso plantea reflexiones como la que hacía David Heinemeier Hansson (DHH), fundador de Basecamp y creador de Hey. Este desarrollador, que en el pasado ha tenido sus propios enfrentamientos con la empresa de Tim Cook, se preguntaba algo que quizás algunos estéis pensando a la vista de los acontecimientos:
¿Y si Apple abandonase Europa?
Como él explica, Europa es un mercado importante para Apple, pero no es gigantesco. Según sus estimaciones, los ingresos de Apple en Europa suponen el 8-10% del total, que por ejemplo en 2023 fue de 383.000 millones de dólares.
¿Podría Apple renunciar a esos ingresos? Probablemente sí. Sería un varapalo importante, pero hay casos similares en el pasado. El más importante, el de Google, que abandonó China tras las exigencias del gobierno en materia de censura y un ciberataque conocido como Operation Aurora. Luego, eso sí, trató de volver.
La situación entre Apple y la UE no es tan grave como la que Google vivió en China, pero puede que aún así Tim Cook se esté preguntando si realmente compensa que sus productos y servicios estén disponibles en la UE.
La nueva legislación europea sin duda complica su gestión para Apple —dos estrategias distintas, una para la UE, otra para fuera de la UE—, pero los efectos colaterales serían gigantescos. No solo para los inversores y empresas que trabajan con Apple dentro de la UE, sino para los propios usuarios, que se encontrarían de repente sin poder acceder al ecosistema en el que tanto tiempo y dinero han invertido en los últimos años.
No parece por tanto un camino fácil de seguir, sobre todo teniendo en cuenta que la firma también está siendo sometida a un importante escrutinio legal en los últimos años. El Departamento de Justicia mantiene una investigación sobre Apple y sus prácticas en la industria, y hace unos meses se llegó a una sentencia sobre su litigio con Epic Games que ciertamente favorecía a Apple pero que planteaba nuevas sombras sobre el futuro de su negocio.
Imagen | Rawatx con Midjourney
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