El ADN de los tardígrados es 'inmune' a la radiación y ahora sabemos por qué: este grupo de investigadores busca cómo aprovecharlo

El ADN de los tardígrados es 'inmune' a la radiación y ahora sabemos por qué: este grupo de investigadores busca cómo aprovecharlo
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Suelo repetir a menudo que los tardígrados son "el grafeno de la microbiología". Es una broma, claro; pero, efectivamente, sobre el papel son capaces de "resistir presiones de hasta 6.000 atmósferas, sobrevivir en el vacío del espacio y aguantar temperaturas de más de 150ºC". "Serían los únicos supervivientes a una catástrofe astronómica" y, según parece, son auténticos maestros del robo molecular con el ADN con "mayor porcentaje de material de otras especies".

Y, sin embargo, hasta hace poco no pudieron ser cultivados en laboratorio con éxito, se morían. Es decir, son capaces de lo mejor y, también, de lo peor. Por eso los sutiles mecanismos de los tardígrados se han convertido en un campo interesantísimo de investigación. "¿Cómo se protegen los tardígrados en condiciones extremas?", se han preguntado los científicos durante años. Ahora tenemos algunas respuesta.

"Chernóbiles a mi"

tardígrados James Kadonaga / UC SAN DIEGO

Más allá del hype, la principal ventaja evolutiva de los tardígrados es ser capaces de no hacer nada: pasar a criptobiosis. Dicho de otra forma, son capaces de poner su metabolismo a cero cuando la situación se pone complicada. Sin embargo, pueden hacer otras cosas.

Por ejemplo, los tardígrados pueden proteger su ADN de la radiación. Esta es una de las cosas más interesantes y con más aplicaciones. De hecho, algunos estudios previos habían identificado una proteína llamada Dsup ('proteína de supresión de daños') que, cuando se aplicaba a células humanas, podía protegerla de los rayos X.

Sin embargo, no se sabía cómo funcionaba esa protección. Ahora un grupo de científicos de la Universidad de California en San Diego ha desarrollado un minucioso análisis bioquímico que ha arrojado luz a este asunto: se han dado cuenta de que Dsup se une con la cromatina (la forma que presenta el ADN en el núcleo celular) formando una nube protectora que protege al genoma de los radicales libres producidos por los rayos X.

A nivel microbiológico es un bombazo. Sobre todo, porque los investigadores no creen que esta protección esté específicamente diseñada para proteger contra la radiación. Parece más probable que sea parte del sistema de deshidratación (anhidrobiosis) que experimentan los tardigrados al entrar en criptobiosis cuando su entorno se seca. Según creen, Dsup parece ayudarles a sobrevivir.

Evidentemente, los investigadores ya están pensando en diseñar versiones optimizadas de esta proteína para proteger el ADN en muchos tipos de células. Algo que tendría una gran variedad de aplicaciones en terapias celulares o kits de diagnósticos. Pero también, quién sabe, en el desarrollo de tratamientos contra la radiactividad que puedan ser de utilidad cuando encaremos la colonización permanente del espacio.

Imagen | Darron Birgenheier

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