La carrera por los nuevos ultrabooks parece estar frustrando un poco a algunos fabricantes como Acer o Asus. Ambas compañías le han dejado caer a Intel que sería un detalle poner sus procesadores Core i7 a mitad de precio para que ellos puedan recortar el coste de sus nuevos Ultrabook por debajo de los 1.000 euros para competir con el Macbook Air. Se rumorea que las carcajadas en la sede de Intel se han oído más allá de Palo Alto.
Ironías aparte, dicen fuentes de la industria que Intel ha declinado semejante proposición aludiendo que, de hacerlo, perdería su habitual margen de beneficio estratégico del 60%. Con todo, la compañía ha rebajado hasta un 20% el precio de los Core i7 para todos los fabricantes interesados y ha creado un fondo de 300 millones de dólares para ayudar en la comercialización de los nuevos Ultrabooks.
En un ordenador portátil de unos 1.000 euros, el hardware de Intel puede suponer hasta un tercio del coste de producción total. Lo que, en nuestra humilde opinión, ya entra en el campo de tener una cara muy dura, es pretender una rebaja del 50% cuando el problema no es sólo el precio de los componentes, sino la optimización del diseño y la cadena de producción.
Guste o no, Apple ha tenido el mérito de montar componentes de alta gama en la fina carcasa del Macbook Air con un coste de producción bastante eficiente. El problema de los ultrabooks es que no hay forma de abaratar costes bajando la calidad de otros componentes porque la extrema delgadez de las carcasas obligan a integrar piezas muy caras, como el almacenamiento en SSD. Eso por no mencionar que Intel también es proveedor de Apple y no sería muy inteligente beneficiar, así porque sí, a sus competidores directos.
Asus y Acer son, precisamente, los primeros que comercializarán sus ultrabooks, el Asus UX21 y el Acer Aspire 3951. El resto de fabricantes, que no se han pronunciado al respecto, les seguirán en los próximos meses.
Vía | Electronista
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