'The Handmaid's Tale', en busca de la próxima gran sensación de la ciencia-ficción televisiva

'The Handmaid's Tale', en busca de la próxima gran sensación de la ciencia-ficción televisiva

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'The Handmaid's Tale', en busca de la próxima gran sensación de la ciencia-ficción televisiva

¿Será 'The Handmaid's Tale' la próxima gran sensación de la ciencia-ficción televisiva? Puede que sea una pregunta algo redundante, teniendo en cuenta lo mucho y muy bueno que se está produciendo dentro del género en formato serial, pero lo cierto es que la serie está atrayendo una atención que no veíamos desde la nueva (y algo discutida) temporada de 'Black Mirror'.

No es para menos: está basada en una novela de Margaret Atwood considerada un auténtico clásico moderno del género. Desde su publicación en 1985 nunca ha llegado a estar agotada, ganó el primer premio Arthur C. Clarke y fue nominada a otros tan notables como el Booker o el Nebula. Su popularidad le aseguró adaptaciones a una olvidada pero interesante película de 1990 y a nada menos que una ópera en el año 2000. Su mensaje y ambientación prescinden de futurismos y describen un problema eterno y universal.

Ahora llega una nueva y muy publicitada producción a manos de la plataforma de streaming Hulu, y que en España estrenará la filial de HBO de forma simultánea. Está protagonizada por Elizabeth Moss, conocida sobre todo por su intervención en 'Mad Men', escrita por Bruce Miller ('Los 100') y las primeras críticas son determinantes. Algunos hablan de la gran apuesta de este año para la televisión de calidad y nosotros ya hemos visto su primer capítulo. ¿Es para tanto?

Una cosa está clara: el arranque de 'The Handmaid's Tale' en su encarnación televisiva tiene todo aquello que configura el estilo de lo que en los últimos años se ha considerado televisión de prestigio. Alegorías de grandes temas -en lo social y hasta en lo metafísico-, solemnidad casi sin humor, calidad técnica que roza lo cinematográfico, abundancia de personajes secundarios y dispersión del punto de vista (aunque aquí de momento hay una única protagonista), reformulación de temazos pop clásicos (aquí, You don't own me en los créditos finales) y una serie de recursos narrativos hoy ya inevitables (flashbacks abundantes, secuencias pseudo-oníricas...).

Todo ello para contar la distópica historia de un futuro muy, muy cercano en el que la mayoría de las mujeres han perdido la capacidad de procrear e, imbuidos los Estados Unidos en un régimen clasista de fuertes componentes religiosos -y que recuerda a los puritanos que plagaron el país en los primeros años de colonización-, fuerza a todas aquellas mujeres que no forman parte de la nobleza a servir y ser vientres de alquiler forzosos de las estériles mujeres de los dueños de la nación.

Una adaptación sumamente fiel

Handmaid 2

El primer capítulo de 'The handmaid's tale' sigue de forma casi escrupulosa el arranque del libro de Margaret Atwood, lo que sin duda es buena señal, ya que respeta algunas de sus señas de identidad más notables. Por ejemplo, está todo estructurado como una narración oral, al igual que el libro (su título es un homenaje a un clásico del género, 'Los cuentos de Caterbury'). Ya en este primer capítulo tiene lugar la recreación de uno de los momentos más memorables y terribles del original y el resultado está, en términos de impacto y elegancia visual, a su altura.

La propia autora se ha encargado de dejar claro cuánto de la América de Trump hay en 'The Handmaid's Tale'

La serie no tiene más remedio, al menos en este primer capítulo y sin duda seguirá siendo así en los sucesivos, que restringir las referencias a lugares reales, y que en el libro tienen una importante carga simbólica: los ejecutados por el régimen, por ejemplo, son exhibidos en el muro de la universidad de Harvard, hoy símbolo del conocimiento humano, pero en su día centro neurálgico de la teología puritana. Es inevitable prescindir de estos detalles, pero deja claro que quien desee un 'The Handmaid's Tale' más denso y meditado tendrá que dirigirse al libro.

El libro, por cierto, acaba de ser reeditado en nuestro idioma por Salamandra, e incluye un prólogo de la propia Atwood que es la traducción de un artículo que la autora escribió hace unos meses para 'The New York Times'. En él contestaba a la pregunta acerca de la que vas a leer una y otra vez en las próximas semanas: ¿es El cuento de la criada una buena metáfora de la América de Trump?

Handmaid 3

Atwood es honesta y desvela el contexto en el que fue escrita la novela 'El cuento de la criada': en 1984, en Berlín Occidental y bajo el impacto que le produjo la cercanía del Muro y su visita a países como Checoslovaquia o Alemania Oriental. Entre eso y haber conocido cómo se configuró el mundo tras la Segunda Guerra Mundial, está claro que 'The Handmaid's Tale' es una metáfora de todas las dictaduras, todos los regímenes opresores. Usa la religión no como discurso anticlerical, sino cómo símbolo de todo lo que puede ir mal cuando se usan las creencias como arma arrojadiza.

Eso no quiere decir que la serie de Hulu no vaya a incluir referencias a la América de Trump. Sus creadores comentan que según avanza la acción los paralelismos comienzan a multiplicarse de forma escalofriante, y no es de extrañar teniendo en cuenta que 'The Handmaid's Tale' parece hablar hoy incluso con más fuerza que en su día de temas como el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos o la puesta en peligro de la libertad a cambio de mayor seguridad.

Estaremos muy atentos, en cualquier caso, al inminente estreno simultáneo de los tres primeros capítulos. Si hay un género capaz de hablar de la sociedad contemporánea de forma más afilada que cualquier otro es la ciencia-ficción. Y 'The Handmaid's Tale' parece más que dispuesta a asumir esa responsabilidad.

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