La pandemia hundió a las salas de cine. Su verdadero problema está en los datos post-pandemia

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Una de las primeras consecuencias de la pandemia, más allá de lo sanitario, fue cambiar nuestra vida en todos los niveles, y con ello, hundir a ciertas empresas y catapultar a otras, como Netflix o Zoom. En algunos casos hundió a industrias enteras, como la del cine, un espacio que parecía especialmente nocivo en un contexto como el de los primeros meses conviviendo con el COVID-19.

Aunque al cine pudimos volver en ese mismo 2020, la congelación de algunos estrenos unido al hecho de tener que acudir con mascarilla, sin que se hubiese puesto vacuna alguna y con miedo a un entorno así en algunas personas, su caída fue enorme. De facturar más de 600 millones de euros en 2019 se quedó en poco más de 170 millones.

Ahora que la pandemia es poco más que un mal recuerdo, ¿qué tal les está yendo a los cines?

Recuperación progresiva

Respuesta corta: en 2022 los ingresos del cine fueron un 18% inferiores a los de 2019.

Respuesta larga: ese 18% por debajo puede tener su explicación en que durante los primeros meses de 2022 todavía había ciertas restricciones, como el uso del pasaporte COVID como requisito para entrar a los cines en algunas comunidades autónomas, el uso de mascarilla obligatoria, y en general, la sensación de que aunque lo peor de la pandemia ya había pasado, todavía quedaban algunos últimos coletazos. Una sensación que pudo disuadir a muchos de acudir al cine.

Luego ya llegó el fin de las mascarillas en interiores, a lo que siguió la extrañeza tras dos años utilizándolas en cualquier espacio público que terminó dando paso gradual a la normalidad.

Por eso hay motivos para pensar que una buena parte de esa brecha del 18% entre 2019 y 2022 tiene que ver con lo que ocurrió en ese principio de año, que para 2023 debería subsanarse. Si no de forma total, al menos sí quizás parcial.

O eso dicen las previsiones, que estiman un 2023 todavía peor que 2019, pero ya mejor que 2018; un 2024 que sí supere al último año pre-pandemia, y así en carrera ascendente hasta un 2026 que logre 742 millones de euros entre recaudación y publicidad en el cine, convirtiéndose así en el mejor año desde 2009.

Otra buena noticia para el cine es que la mayoría de su público sigue siendo joven, al contrario que otros hábitos de entretenimiento a quienes cuesta más llegar a este demográfico. Según el Anuario de Estadísticas Culturales 2022 publicado por el Ministerio de Cultura y Deporte, el grupo de edad de entre 15 y 24 años fue el más numeroso en asistir al cine al menos una vez en 2021, un año todavía muy marcado por la pandemia. La mitad de ellos lo hicieron.

Cada grupo de edad posterior va descendiendo en porcentaje hasta el 14% de las personas de más de 55 años. Y no, el Bono Cultural Joven no tiene que ver en esto: su concesión llegó en 2022.

Otra cuestión es si esas previsiones podrán cumplirse y recuperar lo que se llevó la pandemia, y si eso será compatible con un mercado que ha acelerado la adopción del vídeo bajo demanda, precisamente gracias a la pandemia.

Un estudio de Kantar publicado en diciembre de 2022 reveló que dos de cada tres hogares españoles acceden a alguna de estas plataformas, una cifra más que llamativa teniendo en cuenta la pirámide poblacional de España y la menor penetración de estos servicios en la población más envejecida.

De ese 66% de hogares españoles que acceden a estos servicios, la mayoría lo hacen a Prime Video y Netflix, con cuotas de mercado muy superiores a los siguientes contendientes. Eso sí, recalcamos que estos datos son de diciembre de 2022, previos al fin de las cuentas compartidas de Netflix entre distintos hogares.

¿Podrán así y todo los cines recuperar el terreno perdido y sobreponerse, pese al auge del vídeo bajo demanda y de unos televisores cada vez mejores para ver cine en casa? Lo veremos.

Imagen destacada: Javier Lacort con MidJourney.

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