Del nuevo Mercedes-Benz Clase A 2018 nos llamaron la atención varias cosas: que tiene un asistente de voz que promete aprender del usuario gracias a la "inteligencia artificial", que tiene un panel de instrumentos cuyos gráficos ha diseñado NVIDIA y que se puede abrir con el smartphone. Es más, cualquiera con tu permiso puede abrir el coche con un smartphone.
Estuvimos de ruta con un Clase A 180 d (que parte de los 32.700 euros) para poner a prueba todos estos detalles tecnológicos del nuevo compacto de la famosa marca del grupo Daimler.
¿Necesito llevar gafas de sol?
Mercedes ha instalado en su nuevo Clase A un sistema de infoentretenimiento propio, MBUX, acrónimo de Mercedes-Benz User eXperience.
Además de incluir un panel de instrumentos que podemos personalizar (con aspectos diferentes como "Clásico" o "Deportivo"), se divide en dos pantallas con un tamaño variable. La primera es la que tenemos frente a nosotros en el volante, y nos ofrece la información habitual de velocidad, revoluciones del motor y también, cuando tenemos el modo navegación activo, un mapa que nos indica por dónde vamos yendo, algo útil cuando conduces (no tienes que quitar la mirada de la carretera). Aquí es donde se ha implementado una solución de realidad aumentada que combina el mapa en abstracto con el entorno real para una mayor orientación del usuario, aunque esta opción no estaba activa en nuestro vehículo:
A la derecha nos encontramos la segunda pantalla, que es táctil y en la que se encuentran los diferentes menús del sistema (Navegación, Multimedia, aplicación Mercedes Me, etc.). Llama la atención el aspecto gráfico, que han diseñado junto a NVIDA y, según nos confesaron, inspirándose en el mundo de los videojuegos para que sea más intuitivo de manejar.
No esperemos gráficos de triple A, pero sí es cierto que tiene un aspecto moderno y, lo más importante, se mueve muy fluido. Además, podemos manejarlo tanto desde la propia pantalla táctil, como desde un panel háptico situado donde habitualmente se encuentra la palanca de cambios (aquí no la hay porque el modelo que probamos es automático) y desde el propio volante, donde se han incluido dos pequeños mandos con un menú central de navegación al más puro estilo BlackBerry:
No obstante, la principal novedad de este Mercedes Clase A y del sistema propio MBUX es lo que denominan mando fónico, que a efectos prácticos es un asistente de voz que podemos activar con el comando "Hey, Mercedes", al más puro estilo Siri de iPhone.
En lo que Mercedes nos hizo énfasis es en el procesamiento de lenguaje natural que tiene el sistema. No hace falta aprenderse ningún comando específico complicado. Por ejemplo, al decir "Hey, Mercedes, ¿necesito llevar gafas de sol hoy?", el asistente interpreta que lo que le estamos preguntando en realidad es por el tiempo, así que nos presenta la previsión meteorológica y al final hace énfasis en si habrá más o menos radiación ultravioleta (si hay mucha, entonces lo recomendable es llevar gafas de sol).
Otros ejemplos: "Hey, Mercedes, tengo frío", y el coche activará la calefacción; "tengo hambre" para que te muestre restaurantes cercanos en el mapa; "llévame al Louvre de París" para que establezca una ruta para el famoso museo francés. Como vemos, son ejemplos de peticiones o preguntas indirectas y que el sistema reconoció sin problema.
Sí es cierto que tuvo dificultades para entendernos cuando le pedimos "música rock", aunque aquí Mercedes nos sugirió que pudo ser un problema de cobertura en ese momento. De hecho, el sistema es redundado porque tiene una copia local del contenido pero también en la nube. Para conectarse a la nube, el coche viene con una SIM que sólo se puede usar para llamadas de emergencia y para peticiones como la previsión meteorológica. Si no queremos esas limitaciones, tendremos que contratar una tarifa de Internet para esa SIM.
Lo realmente interesante del asistente, además de que facilita mucho las cosas cuando estás conduciendo, es que es capaz de registrar ocho perfiles distintos de conductor. ¿Para qué sirven? Aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial, según Mercedes.
El sistema es capaz de reconocer tu timbre de voz, acento, si todos los miércoles vas a clase de piano a las cinco de la tarde, si llamas a un contacto de manera recurrente o si te gusta escuchar una emisora de radio concreta.
Mercedes nos asegura que puede almacenar hasta 600 datos de cada perfil para personalizar más la experiencia de conducción (rutas habituales, música preferida, temperatura, tipo de panel de instrumentos, etc.). Lógicamente esto no lo pudimos probar con propiedad en tan solo una ruta, pero la mera inclusión del procesamiento de lenguaje natural motiva a usar el asistente. Eso y que te comprende y ejecuta las acciones enseguida.
Como guiño curioso: puedes activar el asistente con el comando "Hey, Merche". Lamentablemente nos enteramos después de haber finalizado la ruta. Una lástima.
El lujo de poder compartir un coche de 32.000 euros
Otra de las grandes novedades de este Clase A tiene que ver con la aplicación Mercedes Me, disponible gratis para iOS y Android y con la que podemos vincular nuestro smartphone con el coche para hacer diferentes cosas:
- Consultar los diferentes parámetros del vehículo. Como el combustible que te queda, el estado de presión de los neumáticos, el estado de la batería, etc.
- Abrir y cerrar el vehículo desde el smartphone. Para abrir el vehículo el coche te pedirá una clave desde la aplicación, procesará la solicitud y en menos de 5 segundos el coche estará abierto. Para cerrarlo no pide permiso. Cuando el vehículo se abre, el dueño recibirá un mail avisando de ello.
- Localización del vehículo en tiempo real. Muy útil para cuando no sabemos dónde lo hemos estacionado. También se puede marcar una zona concreta del mapa e indicarle que no queremos salir de ella. En caso de salir del área delimitada, el dueño recibiría un aviso.
- Disponibilidad de plazas de aparcamiento en la calle. En esta opción, además de ver los parkings privados en el mapa, se muestran manzanas donde hay probabilidad de encontrar aparcamiento, incluso diferenciando a qué lado de la calzada. Para ello utilizan los datos de los Mercedes que liberan una de esas plazas o que escanean con los sensores de aparcamiento plazas libres. Todos esos datos se suben a la nube y están disponibles para los usuarios de Mercedes Me.
Ligado a estas opciones, Mercedes que, como decíamos, pertenece a Daimler, dueña de la plataforma de car sharing Car2Go, está justo la opción de poder compartir nuestro coche con quien queramos y durante el tiempo que queramos.
Por ejemplo, podremos dar permisos a un usuario concreto para que pueda abrir y cerrar el coche durante un fin de semana. Eso sí, Mercedes hace énfasis en que esta opción está pensada para particulares, no para lucrarse de ello, aunque también nos confiesan que si los usuarios deciden pactar una cantidad de dinero entre ellos por compartir el coche, es cosa suya.
No deja de ser curioso que una marca afincada en el segmento de lujo decida apostar por conductores que comparten vehículo, una muestra de que el fabricante está intentando adaptarse a las nuevas necesidades de movilidad de la sociedad.
En Motorpasión | Probamos el Mercedes-Benz Clase A 2018, donde la realidad aumentada es ya una realidad
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