Hoy llega a los mercados europeos un de los terminales más llamativos del año y al que teníamos muchas ganas de poner a prueba en Xataka.
El Xiaomi Black Shark, teléfono centrado en la potencia y experiencia para jugar, ha pasado por la mesa de pruebas de Xataka para comprobar si la máxima de Xiaomi de ofrecer lo máximo posible al mejor precio también se traslada a este sector en auge dentro del mercado de los smartphones.
Xiaomi Black Shark, ficha técnica
Anunciado en el primer trimestre de 2018, la cercanía de las Navidades y la época de compras ha traído al mercado europeo uno de los teléfonos que más se esperaban por aquí. El Xiaomi Black Shark ya se puede comprar en España de manera oficial con un precio de partida de 499 euros. La compañía advierte de que el único canal en el que ahora mismo distribuirán el terminal es su web, en la que ofrecerán soporte y la correspondiente garantía.
Curiosamente el momento elegido por Xiaomi para la internacionalización de este terminal es acertado por la época, pero nos deja con sabor agridulce toda vez que hace un par de semanas conocimos ya a su sucesor, el Black Shark Helo.
Procesador | Qualcomm Snapdragon 845 |
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RAM | 6 / 8 GB LPDDR4X |
Almacenamiento | 64 / 128 GB UFS 2.1 |
Dimensiones | 161,6 x 75,4 x 9,25 mm |
Peso | 190 gramos |
Pantalla | 5,99 pulgadas |
Versión de Android | Android 8.1 Oreo |
Cámara trasera | Dual 12 MP (1,25 nm de tamaño de píxel) f/1.75 + 20 MP (1 nm de tamaño de píxel) f/1.75 | Cámara frontal | 20 MP 1 nm de tamaño de píxel), f/2.2 |
Batería | 4.000 mAh, Quick Charge 3.0 |
Conectividad | 4G LTE, Wi-Fi a/b/g/n/ac, NFC y Bluetooth 5.0 |
Otros | Sistema de refrigeración líquida, lector de huellas, altavoces estéreo, USB-C, sin puerto auriculares, DualSIM |
Precio | 499 / 549 euros |
En la ficha técnica apreciamos que, como es habitual en la marca china, la elección de componentes es de las máximas que podemos obtener en el mercado y encima a un buen precio. Ahí tenemos por ejemplo una buena cantidad de memoria RAM, batería y el Snapdragon 845. Todo ello viene aderezado con Android 8.1 prácticamente nativo. Aquí no hay MIUI que valga.
Como extra a nivel técnico, en esta ocasión hay que hablar de que el Xiaomi Black Shark puede presumir de un sistema de refrigeración líquida para tratar de mantener bajo control la temperatura del dispositivo en las largas sesiones de juego con las que se supone que vamos a querer disfrutar en este teléfono.
En el paquete de serie no falta casi de nada para la experiencia gaming que nos quiere trasladar Xiaomi. Además del terminal, en la caja encontramos un cargador de 18 W y una carcasa para el marco y necesaria para acoplar el GamePad de este terminal, el cual también viene incluido de serie junto con una protector de pantalla y un adaptador para auriculares.
Diseño gaming indiscutible
Aunque ya lo analizaremos en su correspondiente sección, no contar con pantalla de 120 Hz le resta empaque gaming a este modelo de smartphone de Xiaomi, al menos sobre el papel y teniendo en cuenta que la pantalla es un elemento fundamental. La solución para tratar de compensarlo ha recaído en parte en el diseño.
Si bien de frente no encontramos una apariencia extraña salvo porque estamos ante uno de los pocos terminales importantes de gama media/alta de este año que mantiene el lector de huellas en la parte delantera, nada más darle la vuelta es muy evidente que este Xiaomi Black Shark no es un teléfono cualquiera.
La parte trasera está fabricada en metal pero con toques de plástico en forma de equis para darle zonas de relieve, evitar problemas de conectividad al agarrarlo en modo apaisado y en teoría un mejor agarre. Lo tiene efectivamente cuando cogemos el terminal en modo horizontal, pero en el día a día más clásico, el Black Shark me ha parecido algo escurridizo.
En mano y pese a esa apariencia robusta, no es un terminal que nos haya transmitido la sensación de peso excesivo (190 gramos) ni mucho menos. Es cómodo, manejable dentro de los límites de sus dimensiones físicas y agradable al tacto.
En el diseño de la parte trasera no falta el toque de color, verde, tanto en líneas distribuidas para darle personalidad, especialmente en el borde, como en el logo, el cual se ilumina según lo hayamos configurado. Lo podemos hacer para que resalte en verde tanto con llamadas como con notificaciones o por supuesto jugando.
Lector de huellas que hace algo más
Habrá que comprobar pronto qué tal es el paso del lector de huellas a la parte trasera en el nuevo Black Shark Helio, pero en este modelo de primera generación que hemos probado en Xataka, el lector se mantiene en su sitio clásico: en el marco inferior.
Su funcionamiento es rápido (no tanto en la configuración, algo pesada) y bastante preciso. Al ser un lector algo ovalado, el tacto no es completo cuando tratamos de identificarnos, pero el sistema no tiene problemas de ningún tipo con nuestra huella, ya le presentemos nuestro dedo bien orientado o completamente horizontal, como ocurre cuando estamos jugando en modo apaisado.
Precisamente con esa orientación el lector de huellas adopta cierto rol de touchpad. Con él podemos por ejemplo deslizar un panel de controles directos y configuración rápida de aspectos del terminal que pueden tener sentido cuando estamos jugando y no queremos interferencias ni menús de apariencia clásica o que entorpezcan mucho nuestras partidas.
Ese añadido de funcionalidad lo obtenemos cuando hemos entrado en el modo juego. Para ello hay incluso un botón dedicado en la parte izquierda del Black Shark. El deslizador, que alguna vez hemos activado sin querer, pone el terminal en modo juego.
Ese modo específico sale de la interfaz de Android para presentarnos un lanzador de juegos rápido.
Pantalla brillante pero no a 120 Hz
Además de en la potencia bruta, los fabricantes son conscientes de que en la pantalla se juegan gran parte del éxito y atractivo de sus terminales gaming. Sin embargo, pese a su calidad global, en este Black Shark no hay panel de 120 Hz para mejorar la experiencia. ¿Cumplirá en otros aspectos visuales?
La pantalla del Xiaomi Black Shark está compuesta por un panel de 5,99 pulgadas, con relación de aspecto 18:9 y donde destacamos el brillo de 550 nits, el contraste 1500:1 y el espacio de color DCI-P3 al 97%.
El resto de datos técnicos nos hablan de una resolución de 1080x2160 para conseguir una densidad de 403 puntos por pulgada.
En el día a día la pantalla del Xiaomi Black Shark se disfruta mucho. Es precisa, nítida y en exteriores, tanto contraste como especialmente el brillo alto hace que sea perfectamente visible, aunque peca algo de reflejos.
Otro inconveniente que nos hemos encontrado es que por la polarización de la pantalla, con algunas gafas de sol la pantalla queda completamente anulada, lo que es un incordio en zonas soleadas. No es la primera vez que nos pasa con un terminal de Xiaomi.
De las opciones que da Xiaomi para personalizar esta buena experiencia encontramos 3 modos con variación de temperatura de color para cada uno de ellos. El que nos ha resultado más adecuado ha sido el Natural, mientras que el de cuidado de la vista es inviable por la excesiva calidad que introduce.
Xiaomi también pasa de largo con la pantalla ambiente, que solo se activa cuando recibimos notificaciones. No hay más opciones ni tampoco posibilidad de activar la pantalla con doble toque.
Dos altavoces, pero no te dejes engañar
El sonido en el Xiaomi Black Sark cumple sin más. Es potente, justo de graves, pero el Black Shark insiste en el engaño al ojo y a pesar de tener dos zonas con orificios en la parte inferior del terminal, en realidad solo el de la derecha es el altavoz. Si lo tapamos, perdemos la práctica totalidad del sonido y no hay en ningún caso mucha sensación de sonido estéreo completo.
El Xiaomi Black Shark es otro de los terminales que acaba con el puerto de auriculares clásico, algo que en equipos para gaming no me parece buena idea. Si quieres usar los tuyos propios, hay que recurrir al adaptador que viene incluido en la caja para conectarlos al puerto USB-C si no dispones de unos con dicha conexión. Por cierto, Xiaomi no incluye auricular alguno en el pack a la venta.
Potencia de sobra para jugar
Sin Snapdragon 845 no hay terminal gaming que valga. Es una máxima que Razer y ahora Xiaomi llevan a la práctica con determinación.
En el Xiaomi Black Shark el procesador más potente de Qualcomm se vale de 6 y 8 GB de memoria RAM LPDDR4x, además de la GPU Adreno 630 y un procesador de imagen que firma PixelWorks.
Esas dos posibilidades de memoria RAM se complementan en dos configuraciones asociadas a una memoria interna de 64 y 128 GB (UFS2.1 y sin posibilidad de ampliar con memoria microSD) respectivamente. Por la poca diferencia de precio, apenas 50 euros, parece más sensato atacar la versión más completa.
Con esos argumentos, el apartado de rendimiento de este Xiaomi Black Shark queda plenamente resuelto. En los benchmarks ofrece cifras acordes con sus entrañas, como los 8207 en el test de PCMark o los 4542 del test Sling Shot OpenGL.
En el día a día el traspaso de esos datos a la experiencia se nota y mucho. El terminal va completamente fluido, veremos que el sistema operativo tiene mucho que decir a este respecto, y no hay demora en la ejecución de ninguna aplicación o tarea.
Lo mismo ocurre con los juegos. Aquí ya hemos indicado que no hay pantalla de 120 Hz, por lo que nos tenemos que conformar con estar en todos los juegos que hemos probado acaparando el máximo de fps posible con este terminal, alrededor de los 60 fps (hay una opción para que el terminal use el chip DSP para mejorar la tasa nativa de manera artificial)
Los títulos son completamente "jugables" sin tirones, pero habiendo probado recientemente el Razer Phone 2, considero que ese extra de la pantalla le da más empaque como terminal para jugar al modelo de Razer.
El modo Shark Space
El Xiaomi Black Shark apuesta también por un centro o modo especial dedicado a los juegos. En este caso y como hemos visto, contamos con un botón exclusivo para, estemos donde estemos del sistema operativo (no desde el terminal bloqueado), podamos entrar directamente en el llamado Shark Space. Por defecto aparecen los juegos mejor adaptados, pero podemos incluir los que nosotros queramos.
Cuando lo hacemos, el terminal permite adoptar directamente decisiones como cerrar las aplicaciones en uso para liberar todos los recursos posibles, desactivar las notificaciones/interrupciones (podemos configurarlo por separado) y dejar que configuremos el gamepad, un pequeño pero bien pensado accesorio para ofrecer "más" en el juego con el Black Shark.
Este accesorio, que viene incluido en el pack que hemos probado, no se coloca directamente en el terminal. Para acoplarlo necesitamos una especie de marco plástico extra y que lógicamente también va incluido con el terminal. El agarre es fuerte y seguro, se retira con la ayuda de un pequeño toque en un botón, y cuenta con su propia batería que debemos cargar vía USB-C.
Para usar el GamePad hay que enlazarlo primero vía bluetooth con el teléfono, previo encendido del accesorio (cuenta con su botón para ello). Una vez colocado ya disponemos de un stick que "mapea" automáticamente el botón respectivo que en los juegos que cuentan con él muestran habitualmente en pantalla, así como otros botones L y LT, los cuales podemos configurar según el juego desde su propio apartado en el modo Shark Space.
Si bien la ergonomía del accesorio es muy buena, el tacto de los controles físicos de este GamePad se queda en correcto, no esperes nada especialmente preciso ni suave, pero aporta de manera sencilla y rápida un extra de mucho valor para un teléfono para jugar. Conducción, primera persona, simulación deportiva, MOBA ... muchos son los géneros con los que agradecemos tener este accesorio a mano, así que punto extra importante para el Xiaomi Black Shark.
Estando en este modo, si queremos modificar algo de la configuración, basta con deslizar en lector de huellas y aparecerá en la parte superior de la pantalla un abanico con las opciones para por ejemplo dejar entrar llamada o activar el modo de lectura de la pantalla. Es sencillo de usar, pero en nuestras pruebas nos ha aparecido alguna vez mal configurado estando fuera de este modo y con el terminal en vertical.
Un extra del terminal de Xiaomi está en el sistema de refrigeración líquida para mantener controlada la temperatura del terminal si queremos jugar durante largos periodos de tiempo. En nuestras pruebas no hemos apreciado excesiva diferencia con otros terminales para jugar, así que tendremos el calentamiento típico, en este caso en la zona cercana a la cámara, en la parte superior del terminal.
La buena noticia es que esa zona es justo la que queda cubierta por parte del Gamepad cuando lo tenemos puesto, que será muchas de las veces en que estamos jugando.
Sin MIUI a la vista
El Xiaomi Black Shark no viene con MIUI. En la versión que nosotros hemos probado la interfaz era la básica de Android, sin nada de bloatware pero sí con los servicios y apps de Google instalados y disponibles.
Pese a esta pureza del sistema operativo, que solo está disponible en inglés (al menos antes del lanzamiento, que es cuando hemos estado probándolo nosotros), la versión instalada y con la que llega al mercado es Android 8.1, así que nada de la última por ahora.
Buena autonomía que aprovecha los 4000 mAh
En un terminal que quiere ser usado durante mucho tiempo con juegos es esencial el tema de la batería. Xiaomi no se ha olvidado de este punto y cuida bastante la batería de su Black Shark.
La capacidad de la batería es de 4000 mAh, y en nuestras pruebas el Xiaomi Black Shark se ha mostrado como un terminal con el que poder alcanzar el día y medio de uso sin problema alguno según nuestras baterías de pruebas habituales. Hablamos de un 35% de batería restante de media al acabar la primera jornada de uso a un nivel intensivo.
En horas de pantalla activa, la media de esta semana de uso ha estado en el margen de las 5-5,5 horas.
Respecto a los tiempos de carga en nuestros test, con el cargador de serie, compatible con QC 3.0, el Xiaomi Black Shark alcanzaba el 25% de carga (desde el 5% y con conectividad encendida) en 24 minutos, mientras que para la carga completa necesitamos de media 110 minutos.
Una cámara correcta en lo esencial
Nos lo temíamos y así ha sido. Parece una leyenda pero asociar teléfono con juego de manera muy contundente suele hacer que el fabricante se olvide del apartado de la cámara. No lo hacen de manera física pero sí en el cuidado y mimo que requiere hoy en día una cámara de fotos en un smartphone importante.
La ficha técnica de la cámara del Xiaomi Black Shark nos dice que estamos ante un terminal con una cámara trasera doble compuesta por un sensor principal de 12 MP con apertura f1.8 que se apoya en un segundo elemento de 20 MP f1.8 para las tareas relacionadas con el desenfoque de fondo. No hay posibilidad de usarlo como un zoom 2X.
En ninguno de los dos casos hay sistema de estabilización alguno. Para la cámara secundaria Xiaomi ha dejado un sensor de 20 MP con apertura f2.2.
El módulo principal de la cámara ofrece diferentes modos de disparo, entre ellos uno manual y otro de retrato. La interfaz es correcta, no muy rápida cambiando entre modos ni tampoco realizando las fotografías. De hecho esa pereza a la hora de funcionar la hemos notado especialmente en el enfoque, que tarda bastante en acertar pero que además no admite acercarse mucho en los primeros planos y da algunos errores en escenas en que no debería.
Este comportamiento lo sufrimos especialmente en la grabación de video, que puede ser hasta 4K. Incluso con buena luz y en un escenario en que otros terminales no habían cometido fallo alguno, el Xiaomi Black Shark pierde el enfoque con facilidad . Y no contar con estabilización también se nota mucho en el resultado final.
Si nos centramos en las fotografías, el Xiaomi Black Shark nos ofrece fotos correctamente resueltas en escenarios controlados de luz, aunque vemos que con el rango dinámico tiene algunos problemas, especialmente en los cielos ocasionales.
El modo HDR es un buen aliado en muchas situaciones, y sin ser nuestro preferido, nos puede salvar de alguna situación compleja.
En las fotos con suficiente luz los resultados muestran buena reproducción del color y nivel de detalle algo justo, especialmente en escenas generales donde a veces parece que el procesamiento de la imagen se queda a medias en las zonas que requieren más trabajo.
Respecto al modo retrato, no queda mal resuelto en general pero no es inmediato conseguir buenos resultados y además el bokeh que obtenemos nos parece algo forzado.
Cuando nos enfrentamos a escenas donde La Luz ya escasea, sin fijarnos en los detalles los resultados son correctos pero al no contar con OIS, el sistema necesita subir la sensibilidad de manera automática y ello nos trae excesivo ruido cuando nos acercamos a los detalles.
Xiaomi Black Shark, la opinión y nota de Xataka
Xiaomi no quiere dejar ningún segmento del mercado de los smartphones sin abarcar y este Black Shark es su intento por convencer a los que buscan un modelo de teléfono diferente en apariencia y con extras centrados ante todo en el juego.
Su baza global vuelve a ser la misma: más por menos dinero. Aquí lo consigue en apartados clave como la pantalla y por supuesto el rendimiento. Son facetas donde basta con ser un gran ensamblador. En este modelo aporta además una experiencia limpia bajo Android, contando además con el extra del modo de juego bien acompañado de un accesorio como el GamePad.
A falta de una pantalla de 120 Hz que hubiera marcado diferencias pero también elevado el precio del terminal, el conjunto funciona, aunque nos queda siempre el lunar de una cámara descuidada en algunos aspectos que requieren más de cariño y dedicación que de elementos físicos.
A favor
- Buena pantalla en términos generales
- Android limpio con un toque solo en la parte gaming
- Buena autonomía con carga rápida y potencia de sobra
- Viene con GamePad para sacarle partido desde cero
En contra
- El acabado de la parte trasera lo hace algo resbaladizo
- No cuenta con pantalla de 120 Hz
- La cámara sigue siendo el gran punto débil
- No sale directamente con Android 9.0
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