Como os comentaba cuando analicé el primer Fitbit que llegó a España, el tema de los cuantificadores personales está en auge. Fitbit es ya un referente en EEUU, donde fue de los primeros equipos de este tipo en estar disponible en el mercado.
Tras la llegada del Fitbit Ultra hace unos meses, la compañía no ha demorado mucho la presentación de sus nuevos modelos tras su salida en EEUU. El Fitbit Zip, el más novedoso de los dos nuevos modelos disponibles, ya ha pasado por nuestra mesa de pruebas.
Fitbit Zip, más pequeño y con mejor conectividad
Empaquetado en una caja de las mismas dimensiones que su hermano mayor Ultra, uno no se da cuenta de lo pequeño que es el nuevo Fitbit Zip hasta que lo saca de la misma y lo coge con las yemas de sus dedos.
El Fitbit Zip puede usarse solo – que es cuando realmente se aprecia lo pequeño y ligero que es – 8 gramos – o embutido en una funda de silicona con pinza de metal para poder llevarlo colgado de casi cualquier prenda. Con ella realmente se mantiene firme sin resultar molesto.
Del nuevo Fitbit me gusta mucho su portabilidad. El modelo Ultra sí que podías llegar a notar que lo llevabas en el bolsillo o colocado en el cinturón, pero con este Zip te olvidas literalmente de él. Y creo que con este tipo de equipos de eso se trata en principio.
Digo esto porque el reducido tamaño del FitBit Zip hace que sea relativamente fácil olvidarlo en el bolsillo de la ropa del día anterior o el cualquier lado donde lo hayas dejado temporalmente. Es ahí donde opciones como la Fuelband le saca ventaja, pues el Fitbit Zip no es un gadget “vestible”, es decir, algo que llevemos sí o sí, en forma de reloj o pulsera, por ejemplo.
Sí que es un acierto en este Fitbit Zip que ahora podamos mojarlo sin problema. Cuidado, no hablo de hacer natación con él, pero una ducha, un descuido en la lavadora o hacer ejercicio no es un problema ya. Además, está disponible en cinco colores.
Cuando analicé para Xataka el primer Fitbit Ultra, una de las mejoras que se planteaban tenían que ver con la sincronización de los datos con nuestra cuenta en Fitbit. Tener que usar una base no era la mejor solución para los que quieren conocer sus progresos casi al minuto. Además, como la batería duraba más de una semana, resultaba casi una obligación forzosa sincronizar con la base por cómodo que fuera. La tenías que tener encima de la mesa.
El nuevo modelo Zip resuelve muy bien ese apartado haciendo uso de la conectividad bluetooth 4.0.
En este nuevo modelo, una vez configurado el equipo (se puede hacer vía online o mucho más rápido y directo, por medio de la aplicación móvil), la sincronización se realiza de forma automática cada vez que lo forzamos por medio de la aplicación para móviles o vía web si usamos un nano receptor muy bien pensado o la base. Ya no hace falta estar pegado a la misma.
Respecto a los datos que es capaz de almacenar el nuevo Zip, si estamos más de siete días sin sincronizar (algo extraño con el nuevo sistema basado en Smart Bluetooth), el Fitbit solo almacenará el resumen de calorías, pasos y distancia recorrida de los 23 días anteriores. De los últimos siete días sí que guarda estadísticas minuto a minuto.
La batería, de botón tipo CR2025, promete de 4 a 6 meses de autonomía. Esto tiene la ventaja de olvidarnos completamente de la carga del equipo.
Otra mejora más de este pequeño es que para conocer los datos de nuestra actividad diaria no hace falta botón alguno. La pantalla, de media pulgada (incluso le podrían quitar más si quieran), responde a los toques que hagamos sobre ella. En ella se muestran los datos relativos a distancia, calorías consumidas y pasos dados, además de la hora y un emoticono que está más o menos feliz según vayamos cumpliendo con nuestro objetivo.
Como en el modelo original, en el panel de administración de nuestra cuenta podemos configurar el Zip para que muestre los datos que realmente nos interesan. Todo un acierto.
La pantalla no es retroiluminada, quizás una mejora para anotar de cara a la siguiente renovación, sobre todo si solemos usar el equipo como reloj y queremos comprobar el dato en la oscuridad. Un accesorio que convierta en pulsera o reloj el pequeño Zip es una idea que dejo aquí para quien quiera recogerla.
Mide lo esencial y por eso es más asequible
Imagino que Fitbit ha querido que este nuevo Zip aglutinara la esencia de sus equipos pero dándole mejoras en el tamaño y la conectividad, y bajando también de precio (60 euros frente a los 100 euros del modelo Ultra o el futuro One).
Pero esa reducción de tamaño y precio se ha llevado consigo la funcionalidad de medir pisos subidos y sueño. Si no las necesitas y solo quieres mediciones de los pasos dados, la distancia recorrida y la calorías consumidas, el FitBit Zip es una herramienta a la que pocos “peros” se le puede poner porque hace lo que promete y además muy bien.
Como ya nos pasó con el primer modelo, la precisión de su acelerómetro MEMS de tres ejes no es exacta al 100% si la comparamos con un GPS, pero la desviación es perfectamente asumible.
Avanzando en comunidad
El tema de la comunidad es otra mejora que va avanzando poco a poco. La posibilidad de conectar nuestras redes sociales para competir con amigos o crear nuestros propios grupos que ahora aparecen en la aplicación móvil, es un buen avance. Además, con el aumento de popularidad es más fácil que esa comunidad crezca.
Pero la gran ventaja de Fitbit frente a otras opciones sigue siendo su sistema de medición de nuestro día a día al detalle, donde además de llevar el registro de actividades y calorías quemadas, podemos ir anotando lo que comemos vía web o la aplicación móvil.
Todavía no está desplegada en España de forma completa, así que hay que recurrir a una base de datos de alimentos americanos, pero cuando se establezca este nivel, Fitbit será la herramienta más completa para tener un registro bastante completo del yo cuantificado que tanto me gusta.
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