El viernes la gente no solo perdió vuelos: se vio incapaz de pagar con tarjeta en muchos comercios. Los sistemas de pago electrónico fueron también afectados por los fallos de los sistemas de ciberseguridad de CrowdStrike en servidores Windows. ¿Cómo era eso de que el dinero en efectivo tenía que desaparecer?
Solo aceptamos efectivo. Como señalan en The Guardian, el pasado viernes diversos supermercados, bares, cafeterías, estaciones de tren y aeropuertos se vieron afectados por el grave fallo de CrowdStrike. Quienes solo aceptaban pagos con tarjetas de crédito se vieron especialmente afectados por el problema.
Bizum avisó de que pudo estar entre las afectadas. En España los responsables de Bizum avisaron el pasado viernes de que podría haber problemas con sus sistemas de pago. Finalmente no pasó nada, aunque como señalan en elEconomista.es, otras entidades sí acabaron teniendo problemas, aunque al parecer fueron puntuales.
No tener alternativas es un error. En el Reino Unido la Payment Choice Allience (PCA), un organismo que lucha contra los movimientos para una sociedad sin efectivo, indicó cómo este tipo de situación demuestra que seguir defendiendo los pagos en efectivo sigue siendo útil. "Siempre habrá caídas del servicio", explicó Ron Delnevo, director del organismo, "pero si no hay alternativa, todo puede colapsar a tu alrededor".
Leyes para no erradicar el efectivo. Países como China o EEUU han multado en el pasado a ciertos negocios por no aceptar efectivo. Delnevo indicaba que el Reino Unido debería tener una ley que exigiese a todos los comercios que aceptasen el pago con efectivo.
En España el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios recoge el derecho a poder pagar en efectivo. Desde el Banco Central Europeo recientemente se defendía la creación del euro digital, pero preservando "el papel" sin "desplazar al dinero privado".
Anonimato. Otro de los directivos de PCA explicaba cómo los pagos en efectivo también permitían contar con anonimato en los pagos. "No quiero mis datos vendidos, y no quiero que bancos, compañías de tarjetas de crédito e incluso comercios online sepan todas las facetas de mi vida".
Imagen | Omid Armin
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