Policías armados y con licencia para... grabar

Policías armados y con licencia para... grabar
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!Maldito sea Kovalski! ¡Entregue su arma, su placa... y su videocámara!. Esta podría muy bien ser la nueva frase tópica de guión para comisarios enfadados si sale adelante el proyecto puesto en marcha por William A. Farrar.

Farrar es el jefe de policía de la localidad de Rialto, en California. Él y su compañero Barak Ariel, del Instituto de Criminología de Cambridge, han iniciado un experimento consistente en dotar a los agentes de policía de Rialto con videocámaras integradas en su uniforme.

Montadas discretamente en unas gafas de sol o sujetas al hombro, estas cámaras están pensadas para que el agente las active cada vez que salga del coche patrulla a interactuar con un civil. Por si acaso, las cámaras graban también los últimos 30 segundos mientras están apagadas. Todas las grabaciones son enviadas a un servidor remoto de la policía donde se guardan temporalmente como posibles pruebas.

El resultado del experimento ha sido sorprendente. En el primer año de uso, y con sólo la mitad de los agentes equipados con cámaras se ha registrado un descenso del 88%, pero no en los delitos, sino en las denuncias por brutalidad policial, que han caído de 24 a sólo tres.

Evitar el conflicto

La medida también ha reducido un 60% los casos en los que los agentes de la ley recurren a la fuerza. Parece que todo el mundo se vuelve mucho más dialogante cuando hay una cámara registrándolo todo y guardándolo en remoto. En el lado positivo, los casos de falsas denuncias por abuso de autoridad han desaparecido por completo.

Grabación remota

Las asociaciones de defensa de las libertades civiles que tanto protestan por la instalación indiscriminada de cámaras han dado su visto bueno a esta medida ya que consideran que puede arrojar mucha luz en las situaciones en las que agentes y civiles ofrecen versiones contradictorias sobre una actuación policial.

Por su parte, la compañía que fabrica las cámaras Axon Flex utilizadas en el experimento, Taser International, ya ha recibido pedidos de Departamentos de policía en Pittsburgh, Salt Lake City, Hartford, Fort Worth y el área metropolitana de San Francisco.

Vía | The New York Times

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