Hay varios tipos de grupos de WhatsApp. Uno de ellos es el de amigos que quizás no escriben apenas en todo un día, pero al día siguiente acumulan 700 mensajes en dos horas. Uno de estos grupos es el de mis amigos de toda la vida.
A un lado, oficinistas con WhatsApp web abierto para picotear conversaciones a lo largo de la mañana. Al otro, personas cuyo trabajo les aísla de él durante toda la mañana y se encuentran el pastel cuando paran a comer.
Fight.
De 865 mensajes a 170 palabras
Vivo en un limbo voluntario entre los primeros y los segundos, así que a veces me enfrento al panorama de una marabunta parloteando a quienes debería dedicar media hora para enterarme de todo.
Lo más importante, minoritario, queda enterrado en comentarios disparatados de los que airean el cerebro pero no entienden de productividad. Adoro a mis amigos, pero una jornada laboral y las obligaciones domésticas no adoran el tiempo que esto requiere.
Con ChatGPT siendo usado hasta para pedir menús semanales que alimenten el alma y no la lorza, era cuestión de tiempo utilizarlo para sacar al menos las ideas principales en estas situaciones. ChatGPT, hazme un resumen de esta conversación de WhatsApp, recién pegada desde WhatsApp web.
Y lo hace bastante bien. Una de las últimas veces que lo he usado fue ante 300 mensajes que comenzaron hablando de la organización de una comida y acabó degenerando. No pregunten, cada grupo tiene su propia jerga.
La concreción llega a un punto en el que algunos amigos empiezan a sugerir uno de estos resúmenes cuando la conversación se desmadra. Funciona bien y permite no perderse nada importante, por lo general, como el cumpleaños en el ejemplo de arriba. Ese tema ocupó una fracción del total de los mensajes. Imposible seguirlos salvo para los que estén continuamente pendientes de la aplicación. Usar resúmenes para evitar que algunos se queden fuera por no enterarse equivale a pegar un tirón al enchufe cuando la cafetera está a punto de explotar.
No pienso renunciar a aquello a lo que los italianos sí por la sencilla razón de que cualquier cosa dicha en ese grupo, por un pacto tácito, jamás será lo demasiado grave, confidencial o incriminatoria como para que alguien no quiera transferirlo a los servidores de OpenAI, además de la posibilidad de aplicar cambios en bloque y en local para modificar los nombres antes de pegarlo allí. Y más ahora que podemos eliminar consultas de nuestra cuenta.
Imagen destacada | Javier Lacort con Midjourney.
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